The Nest

Y supongo que A24, la productora por la que todo el mundo pierde el culo, estará echando espumarajos por la boca, porque "The Nest" es la película que lleva años intentando hacer. No sólo tiene lo bueno de sus obras, que es lo que comúnmente llamamos parafernalia, sino que también tiene el calado y la autenticidad que le faltan a todas ellas.

Eso lo consigue al fundamentar sus cimientos en la normalidad, aparente claro. Luego ya vendrá todo lo demás, pero de momento el espectador ya ha conectado con ellos. Más tarde, y poco a poco, irá descubriendo que no es oro todo lo que reluce, para su sorpresa y también para su tristeza, porque "The Nest" es tan buena que no sólo fascina sino que duele, pero para entonces el pobre espectador ya estará envuelto en esa ambientación exquisita, golpeado por unas escenas que van subiendo de nivel e intentando descifrar a ese matrimonio irresistible a través de una cámara que muestra lo que quiere y desde dónde quiere.

Un matrimonio, por cierto, formado por un par de guapos, a cada cuál más turbador. Él, una especie de lobo de Wall Street de mercadillo, neurótico y demente que recuerda al mejor Marlon Brando, y ella, una miscelánea de la Garbo y la Pfeiffer, tan misteriosas, elegantes y terriblemente atractivas como ella, una mujer que lo soporta todo gracias a su amante de cuatro patas y a las bofetadas que suelta en forma de cigarrillos. Ambos están tan perfectamente definidos e interpretados que la película termina por radiografiar.

Volviendo a lo que decía al inicio, "The Nest" no necesita basar todo su poder en el terror, estrategia que nunca ha salido bien pero que siguen intentando, como en "Hereditary"; ni tampoco colocar a sus protagonistas en un ambiente tan recargado como en el "El faro"; ni mucho menos apalear al espectador con tanta grandilocuencia; ni valerse de una historia retorcida como la de la familia de "El sacrificio de un ciervo sagrado". En pocas palabras, "The Nest", y su director Sean Durkin, no necesitan el esnobismo estrafalario, gafapastoso y siempre barato de A24 que no puede disimular que todo lo que pare es pura ficción.

A modo de reiteración, concluyo que "The Nest", siempre elegante e inquietante y por momentos depravada, cruza la línea roja, succiona al espectador para luego provocarlo, estremecerlo, enamorarlo y destrozarlo, todo en dos horas. Desde luego, yo sigo enamorado de ellos y destrozado por ellos.

Aunque el título ya anticipa de que va a ir el film, de un hogar, a medida que transcurre la película te das cuenta de que se trata de la mejor producción de casas encantadas que se ha hecho hasta la fecha.

De este modo, se aleja de las habituales películas de terror fácil, con los típicos planos de miedo que ya no dan miedo a nadie, y plantea otro tipo de maldición más realista basado en el drama familiar.

Del mismo modo que Night Shyamalan planteó, en "Unbreakable", la mejor película de superhéroes, al contar la historia de como sería una persona en nuestra realidad si de verdad tuviese poderes extraordinarios, siendo precursor en este tipo de cine; esta película hace lo propio con una casa maldita enfocándola más desde las desgracias personales que desde el terror fácil.

Y es que, todo sucede paulatinamente desde un punto de vista dramático sin llegar a entrar en lo paranormal.
Una película que se va comprendiendo poco a poco.