"Beau is Afraid" ("Beau tiene miedo"), dirigida por el singular visionario Ari Aster, es una odisea cinematográfica que se adentra en los abismos más oscuros y retorcidos del miedo humano, la ansiedad y la relación materno-filial. Conocido por su habilidad para tejer narrativas complejas que exploran los rincones más sombríos de la psique humana, en películas como "Hereditary" y "Midsommar", Aster vuelve a sumergirnos en una experiencia inquietante, profundamente personal y visualmente deslumbrante.

La película sigue a Beau, interpretado magistralmente por Joaquin Phoenix, en su viaje alucinante y surrealista hacia casa, tras recibir la noticia del fallecimiento de su madre. Lo que inicialmente parece ser una travesía hacia el cierre emocional se transforma rápidamente en un laberinto de terror psicológico, enfrentando a Beau contra sus miedos más profundos y oscuros secretos familiares. La actuación de Phoenix es una fuerza de la naturaleza; su capacidad para encarnar la vulnerabilidad, el terror y la desesperación de Beau añade una capa de profundidad emocional que es rara en el cine contemporáneo.

La narrativa de "Beau tiene miedo" es un viaje a través del inconsciente, donde cada giro y vuelta desafía nuestra percepción de la realidad. Aster utiliza elementos del surrealismo y el horror psicológico para construir un mundo que es a la vez extrañamente familiar y desconcertantemente alienígena. La película es un tapiz ricamente tejido de símbolos y metáforas que invitan a múltiples interpretaciones, cada una ofreciendo una ventana distinta hacia los temas centrales de la obra: la maternidad, la identidad, el miedo al abandono y la búsqueda de aceptación.

Visualmente, "Beau tiene miedo" es un espectáculo para la vista. La dirección de fotografía, a cargo de Pawel Pogorzelski, colaborador habitual de Aster, captura la belleza grotesca del mundo de Beau con una precisión escalofriante. Los paisajes oníricos y las secuencias de pesadilla se presentan con una claridad que es tan hipnótica como perturbadora. La banda sonora, compuesta por Colin Stetson, complementa perfectamente la atmósfera opresiva de la película, utilizando sonidos disonantes y melodías inquietantes para sumergir al espectador en el viaje emocional de Beau.

Uno de los aspectos más destacados de "Beau tiene miedo" es su capacidad para equilibrar el terror con momentos de humor negro y absurdo. Esta mezcla de géneros se convierte en una herramienta efectiva en manos de Aster, permitiéndole explorar la complejidad de la experiencia humana sin caer en el cinismo o la desesperanza. A través de este equilibrio, la película invita a reflexionar sobre la naturaleza del miedo y la forma en que este moldea nuestras relaciones y percepciones.

La crítica podría argumentar que "Beau tiene miedo" es un desafío para el espectador medio, dado su ritmo deliberado y su inclinación hacia lo abstracto. Sin embargo, esta es precisamente la fortaleza de la película. En una era cinematográfica dominada por fórmulas predecibles y narrativas simplistas, la obra de Aster se destaca como un faro de originalidad y audacia. No es solo una película para ser vista, sino para ser experimentada, digerida y discutida.

"Beau tiene miedo" es una obra maestra del cine contemporáneo que confirma a Ari Aster como uno de los narradores más innovadores y provocativos de su generación. Con una actuación inolvidable de Joaquin Phoenix, una dirección artística impresionante y una historia que desafía los límites del género cinematográfico, esta película es una exploración valiente y desgarradora de los terrores que anidan en el corazón humano. Como un viaje a través de los oscuros pasadizos de la mente, "Beau tiene miedo" es un recordatorio de que, a veces, los mayores horrores se encuentran dentro de nosotros mismos.

La película "Flashback" de 2021, dirigida por Caroline Vigneaux, emerge como una brillante joya en el vasto universo cinematográfico contemporáneo, ofreciendo una experiencia narrativa refrescante y profundamente resonante. Al sumergirse en esta obra, el espectador es transportado a través de un viaje que no solo desafía las convenciones narrativas sino que también ofrece una profunda reflexión sobre temas universales, todo ello encapsulado en una ejecución cinematográfica impecable.

Caroline Vigneaux, quien no solo dirige sino también protagoniza y coescribe la película, presenta una historia que es tanto personal como universal. La película sigue la historia de una abogada que, tras una revelación impactante sobre su pasado, emprende un viaje tanto físico como emocional para redescubrir su identidad y propósito. Lo que distingue a "Flashback" no es solo su trama intrigante, sino cómo Vigneaux equilibra hábilmente el humor, la emoción y el suspense, creando una narrativa que es tan entretenida como significativa.

El guion brilla por su ingenio y profundidad, entrelazando hábilmente elementos de comedia, drama y aventura. La habilidad de Vigneaux para escribir diálogos que son al mismo tiempo divertidos y cargados de significado es notable, permitiendo que la película aborde temas complejos como el feminismo, la autodescubrimiento y la importancia de enfrentar el pasado, de manera accesible y resonante. La narrativa se siente fresca y original, evitando clichés y ofreciendo en su lugar una perspectiva única y matizada sobre la vida y los desafíos personales.

La dirección de Vigneaux es igualmente impresionante. Su visión para "Flashback" es clara y potente, utilizando una combinación de técnicas cinematográficas para realzar la narrativa. La cinematografía es particularmente notable, con una paleta de colores vibrantes que refleja los diversos estados emocionales de la protagonista y los mundos que ella navega. La edición es ágil, manteniendo el ritmo de la película y asegurando que la atención del espectador nunca decaiga. Además, la dirección de Vigneaux demuestra un ojo agudo para la composición de escenas, utilizando el espacio y la perspectiva para añadir profundidad a la historia.

El rendimiento de Vigneaux como protagonista es otro de los puntos fuertes de la película. Su actuación es dinámica y emotiva, permitiéndole navegar con destreza entre momentos de ligereza cómica y profundidad emocional. La química entre los personajes es palpable, gracias en gran parte a un elenco de apoyo talentoso que aporta sus propias capas de complejidad y humanidad a la historia. La interacción entre los personajes es auténtica y conmovedora, sirviendo como un recordatorio de la importancia de las conexiones humanas.

La música y el diseño de sonido complementan perfectamente la experiencia visual, enriqueciendo la atmósfera de la película y subrayando momentos clave de la narrativa. La banda sonora, que abarca desde melodías emotivas hasta ritmos más enérgicos, juega un papel crucial en la inmersión del espectador en el mundo de "Flashback".

"Flashback" es una obra maestra contemporánea que desafía las expectativas y ofrece una experiencia cinematográfica profundamente gratificante. Caroline Vigneaux ha creado una película que no solo entretiene sino que también invita a la reflexión, haciendo de "Flashback" una adición valiosa y memorable al cine. Es una película que merece ser vista y apreciada, no solo por su excelencia técnica y narrativa, sino también por su capacidad para conectar con el espectador en un nivel personal y emocional. En última instancia, "Flashback" es un testimonio del poder del cine para explorar, cuestionar y celebrar la complejidad de la experiencia humana.

Cuando puse esta película la primera vez, está disponible en Prime, me pareció tan cutre el comienzo que estuve a punto de abandonar a los 10 minutos.

Al final, la vi 2 veces porque me pareció buenísima. Me encantó, y no descarto verla más veces.

Estoy seguro que muchos que la valoran mal en realidad es porque no la comprenden. Es una película que solo la gente más actualiza en tecnología comprenderán bien, pese a que el director se ha tomado las molestias de explicarlo todo bien claro. Pero la realidad en España es la que es, y hay mucha gente que no saben ni descargarse una App.

La primera vez que la vi me recordó a "Coherence", otra obra maestra que vi cinco veces, pero no en el argumento sino a que tanto Coherence como House son capaces de demostrar que con poco presupuesto pero con mucha voluntad y sobre todo con una gran historia y un gran guión se puede hacer una película maravillosa. Además en ambas películas todo el argumento se desarrolla durante una cena en una casa y tienen un suspense trepidante.

Otro aspecto de House, es que casi es una película basada hechos reales, la mitad de la película se desarrolla con hechos muy actuales y verídicos. Hay una parte de ciencia ficción, como es lógico, pero también es cierto que narra hechos que quizá en un futuro podrían ser posibles, especialmente cuando la computación cuántica se una a la IA, tal y como se explica en un momento de la propia película.

Por último, tanto el final de la película, como la película en su conjunto, te hacen reflexionar, es de esas películas que tras verlas se siguen saboreando un tiempo después. Tal es así, que la primera vez la vi solo, me gustó tanto que la segunda vez la vi con mi mujer una noche de viernes lluviosa de invierno en casa y nos abrimos una botella de vino que nos bebimos mientras debatimos sobre el futuro de la humanidad y la tecnología, tras ver la película.

Basada en la aclamada novela homónima, esta adaptación cinematográfica no solo captura la esencia del texto original, sino que también lo eleva a nuevas alturas a través de una narrativa visual y sonora magistral. Una película que ha resonado profundamente en la conciencia colectiva del público y la crítica.

"Dejar el Mundo Atrás" ("Leave the World Behind") se despliega en un escenario aparentemente simple pero cargado de tensión: dos familias se ven obligadas a coexistir en una casa de campo aislada debido a circunstancias misteriosas y alarmantes. Lo que comienza como una intrusión incómoda rápidamente se transforma en un intenso drama interpersonal, que explora temas como la confianza, la seguridad, el racismo y nuestra creciente dependencia de la tecnología, todo ello enmarcado en un evento global desconcertante que se desarrolla en el fondo.

La dirección de la película es un 'tour de force'. El director, Sam Esmail, reconocido por su habilidad para capturar la complejidad humana y construir tensión narrativa, realiza un trabajo sobresaliente en llevar esta historia a la pantalla. Su uso de encuadres cerrados y largas tomas crea una sensación palpable de claustrofobia y ansiedad, mientras que la paleta de colores y la excelente banda sonora complementan y amplifican las emociones que se desarrollan en pantalla.

El guion es una maravilla en sí mismo. Cada línea de diálogo está cargada de significado y subtexto, revelando poco a poco las capas de cada personaje. Estos diálogos, que fluyen de manera natural pero están imbuidos de una tensión latente, son un reflejo de la habilidad del guionista para tejer complejidad y profundidad en conversaciones aparentemente cotidianas.

El elenco es excepcional, con actores y actrices que entregan actuaciones poderosas y llenas de matices. La química entre Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke y Myha'la Herrold es palpable, lo que agrega un plus adicional de realismo y empatía a la historia. Cada personaje es retratado con una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad, lo que permite al espectador identificarse y comprender sus motivaciones y miedos.

La cinematografía es otra pieza clave de esta obra maestra. La película utiliza el lenguaje visual para contar su historia de manera efectiva, con una atención meticulosa al detalle. La elección de los encuadres, el uso inteligente de la luz y la sombra, y la manipulación de la perspectiva no solo sirven para mantener la atención del espectador, sino que también juegan un papel crucial en la construcción de la atmósfera general de la película.

Quiero también destacar la edición, que es un aspecto que merece mención especial. La película fluye sin esfuerzo, con transiciones que son tanto suaves como impactantes, manteniendo al espectador completamente inmerso en la historia. La edición no solo mantiene el ritmo, sino que también es instrumental en la construcción de la tensión y el suspense. Hace que las poco más de dos horas que dura la película se pasen un un instante atrapado en el sillón.

En mi opinión personal, "Dejar el Mundo Atrás" es una película que se destaca en todos los aspectos de su realización. Desde la dirección hasta la actuación, pasando por el guion, la cinematografía y la edición, cada elemento se combina para crear una experiencia cinematográfica que es tanto emocionalmente resonante como intelectualmente estimulante. Es una película para ver y volver a ver, que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión y al debate, haciendo de ella una adición valiosa y memorable al panorama cinematográfico de nuestros tiempos.

En el vasto universo del cine, pocas películas tienen el valor y el alcance intelectual para sumergirse en las profundidades de la historia científica con una narrativa cautivadora y un rigor histórico. "Oppenheimer" es una de esas raras joyas, un filme que no solo entretiene sino que educa, inspira y provoca una reflexión profunda sobre la ciencia, la ética y la responsabilidad humana.

El director, Nolan, conocido por su meticulosa atención al detalle y su habilidad para tejer historias complejas, ha superado todas las expectativas con "Oppenheimer". El filme se adentra en la vida de J. Robert Oppenheimer, el "padre de la bomba atómica", explorando no solo su contribución científica sino también su tormentosa vida personal y su lucha interna con las implicaciones de su trabajo.

Lo destacable de esta película es su habilidad para hacer la ciencia accesible y fascinante. A través de un guion inteligentemente escrito y una dirección artística impecable, "Oppenheimer" consigue explicar conceptos científicos complejos de una manera que es a la vez comprensible y cautivadora para el espectador. La película logra un equilibrio perfecto entre la precisión científica y la narrativa cinematográfica, haciendo que temas como la física cuántica, o la nuclear y la carrera armamentística de la Segunda Guerra Mundial sean interesantes y relevantes para un público amplio.

Además de su excelencia científica, "Oppenheimer" brilla en su humanización de un personaje históricamente complejo. El filme no glorifica ni condena a Oppenheimer, sino que presenta un retrato matizado de un hombre atrapado entre su genio científico y las implicaciones morales de su trabajo. Esta profundidad en la caracterización aporta una capa adicional de complejidad y humanidad al filme.

En un momento en que la ciencia y la tecnología juegan un papel cada vez más importante en nuestra sociedad, películas como "Oppenheimer" son necesarias. No solo sirven como entretenimiento de alta calidad, sino que también fomentan una mayor comprensión y aprecio por la ciencia y sus implicaciones éticas. Esta película invita a los espectadores a reflexionar sobre el papel de la ciencia en la sociedad y la responsabilidad de aquellos que la manejan.

"Oppenheimer" es una obra maestra cinematográfica que se destaca no solo por su ejecución artística sino también por su significado cultural y científico. Es una película que merece ser vista y discutida, no solo por los amantes del cine sino por cualquiera interesado en la intersección entre ciencia, historia y ética.