Halcones de la noche

Flojo thriller policiaco de 1981 dirigido por Bruce Malmuth y cuyo mayor atractivo son las actuaciones de Sylvester Stallone y Rutger Hauer que interpretan respectivamente a un agente de policía y un terrorista internacional.

Por lo demás, una buena banda sonora y un final bastante logrado.

Se deja ver con cierto interés, pero no aporta nada especial.

Érase una vez que, a pesar de la relevancia alcanzada por 'Rocky' (1976, John G. Avildsen), Sylvester Stallone aún no era el icono del cine de acción en que estaba a punto de transformarse, gracias sobre todo a la franquicia de un ex boina verde cuyo comienzo era inminente. No obstante, la ventaja de no saber todavía en qué clase de estrella vas a convertirte, es que puedes tocar distintos palos y probar suerte hasta encontrar tu camino, ya sea rodando un musical country junto a Dolly Parton o disfrazándote de Al Pacino con una barbaza y gafas de sol más próximas a las pintas de un proxeneta de los bajos fondos que a un poli duro de NYC. Aún faltaban varios años para que el italoamericano del morro torcido diese con la fórmula del gañán, ultraviolento y viril Marion Cobretti, mientras aquí trataba de cobijarse bajo la sombra de Frank Serpico. Por desgracia, a ratos da la impresión de que ni siquiera sabe cómo interpretar a un policía, y se limita a comportarse como si Rocky Balboa empuñase una pistola. Por no mencionar esa delirante secuencia de apertura -dirigida por él mismo-, con Sly disfrazado de mujer para capturar a un par de violadores.
Por extraño que nos parezca hoy, 1981 fue también el año en que Hollywood creyó lo suficiente en las posibilidades de Rutger Hauer dentro de su industria para importarlo desde el viejo continente y hacerlo debutar -en América- como el terrorista Wulfgar, un demencial cruce entre los asesinos de mujeres de cualquier giallo europeo, los tics histriónicos de Andrew Robinson en 'Harry el Sucio' (1971, Don Siegel) y el camaleónico Edward Fox en 'Chacal' (1973, Fred Zinnemann), con algo de la teatralidad que habría de proliferar en los enemigos de las futuras 'buddy movies'. Aunque el único nexo en común con dicho género corre a cargo de un desacomplejado Billy Dee Williams que apechuga con situaciones ridículas: reclinado en brazos de su compañero, tras recibir un navajazo en el moflete, mientras éste clama venganza, o correteando por los túneles del metro de Nueva York con una sudadera de Superman.
Hay películas que nacen adscritas al subgénero de acción que yo denomino 'pelis de polis del sábado por la noche', y desde luego ésta es una de las más tontas, burdas y divertidas.

Estoy revisando mi listado de las calificaciones que le he ido otorgando a las películas de Stallone, y a diferencia de lo que muchos afirman esta es una de las menos sugerentes que me he encontrado (salvo honrosas excepciones en forma de puntuales desastres como la feísta 'Demolition man').

No tiene mucha acción, la intriga tampoco diría que tenga una presencia significante. La interpretación de Hauer la encuentro sosa y su personaje pasado de rosca. Solo salvo la escena final, exponente de la brusquedad con la que se rodaban las escenas de violencia en aquellos tiempos. Con todo su visceral esplendor, no dejando fuera del encuadre ningún detalle. Película necesaria para cinéfilos (hay que verla, como todas que tengan alguna remisión positiva) pero en general, carente de enjundia. 'Cobra' la da mil vueltas.

Que Stallone jamás será un referente del séptimo arte es algo que a nadie escapa. Pero si dejamos a un lado Rocky (la primera, las demás son un continuo absurdo), la mejor película de este "actor", en "Halcones de la noche" consigue hacer un rol bastante apañado.

La película tiene una base bastante trillada, pero por aquél entonces (comenzaba la década ochentera) aún no se había ahondado mucho en el tema del enfrentamiento fuerzas de la Ley contra terrorismo organizado. Sin ser nada del otro mundo al menos mantiene la atención, que siendo una película del pétreo Sylvester ya es mucho.

Fenomenal Rutger Hauer, con mucho el mejor del reparto. Su frialdad salva la cinta y su buen hacer también. En definitiva, después de Rocky la mejor película que ha hecho Stallone y en mi modesta opinión las dos únicas. Eso sí. A bastante distancia una de la otra.

Así es. En esta desconocidísima y muy olvidada película de "Rambo", es un policía barbudo que en ocasiones se hace pasar por mujer para atrapar a los delincuentes.
Dejando de lado esa anécdota, se trata de un policíaco muy convencional y ochentero, que cuenta con la presencia del muy afamado por aquellos tiempos Rutger Hauer, que borda su papel de pérfido terrorista.
También sale "Lando Calrissian", un actor al que apenas he visto fuera de la saga galáctica.
El film es entretenido. Tiene secuencias de persecución y de investigación, y al menos no es la típica historia de traficantes.
No es muy larga, pero el director se explaya con el estiramiento de algunas escenas, como cuando localizan al malo en la discóteca, por ejemplo.
No se puede decir demasiado más de una película normalita. No es mala, pero prácticamente nadie la diría si preguntaran en un concurso por películas de Stallone. Por algo será.