Magic Mike

Soderbergh es un director bipolar, más por estilo que por su indiscutible calidad, al que le gusta transitar entre el cine más independiente y los hits de masas, moviéndose como pez en el agua ya sea en los más pequeños riachuelos o en los grandes y concurridos océanos. Da la sensación, de hecho, que las grandes producciones dirigidas por Soderbergh son más bien fiestas de alto standing, celebraciones entre amiguetes supermediáticos que se lo pasan de fábula actuando para él, y ya sea en clave de comedia o dramática, le siguen el rollo sin rechistar. De lo que no cabe duda, en todo caso, es que una de las virtudes del de Atlanta es la dirección de actores, a los que hace seductores y creíbles por unanimidad. Desde máximos exponentes como Michael Douglas o Cate Blanchett hasta noveles sin experiencia como Gina Carano o Sasha Grey, todos pasan por el filtro bordando actuaciones remarcables, acrecentadas además por la imaginería cool de Soderbergh, tan elegante y tan estilosa.

Magic Mike sería más bien uno de esos riachuelos, de rumbo alternativo aunque cercano a lo mediático que centra la mirada en los clubes nocturnos y el ocio femenino de la despedida de soltera, los bailes entre culos musculosos y depilados y el tíobuenismo en general, hablándonos de amor en un contexto por supuesto desinhibido pero sobretodo inusual, lo que es de agradecer. Un Matthew McConaughey en plena madurez artística –ya deleitaba hace poco con Killer Joe (William Friedkin, 2011), y con ésta suma y sigue–, hace de maestro de ceremonias de este particular show, más espectacular que redondo, protagonizado por Channing Tatum, Olivia Munn y Alex Pettyfer. Parece que, en este caso, el director tenía más claro el tema que la trama, a la que delega un segundo plano dejando a los actores cautivar al público con su dulce banalidad, elemento constante en la filmografía de Soderbergh. Vuelve así a las atmósferas intimistas de Bubble (2005) o de The Girlfriend Experience (2009), de tonos ocres y diálogos concisos que transmiten calidez, en constante contraste con las noches de lujuria y desenfreno.

El mágico Mike es un espectáculo que vale la pena contemplar, no sólo por el show en sí, también por el microcosmos del backstage, mapa de relaciones personales, amoríos y sexo, terreno de Sodergergh y McConaughey, Munn y un Tatum que se desnuda en todos los sentidos y ofrece un gran papel protagonista.

[Tupeli.es]

Lo mejor del film si duda son las interpretaciones y el buen desarrollo psicológico de su personaje central, Tatum/Mike, que evita que la trama caiga en la sordidez y el aburrimiento.

Antes que actor, parece que Tatum se dedicó al mundillo del stripeo masculino, y sin duda le habrá resultado fácil identificarse con su historia, aunque dicen que es el personaje desorientado de Pettyfer el que cuadra con su pasado de joven buscando raíces y estabilidad en un mundo de pocos principios y de intentar cazar el nuevo sueño americano.

Sólida realización, sólidos personajes, pero está claro y evidente para cualquiera, que el film es muy light en su retrato de ese mundo nocturno y que pasa de puntillas por muchos temas escabrosos como podrian ser las drogas o la sexualidad y que el gran Soderbergh, al igual que Tatum, no quisieron implicarse más a fondo en este sórdido ambiente sino simplemente hacer un esbozo interesante, y desde luego que lo consigue, pero desde luego el film podía haber sido mucho más real de lo que es y jugar mejor sus cartas.

Creo que dentro de unos años, cuando estos famosos actores metrosexuales ya sean bien mayores, este film se verá con gran curiosidad y será un pequeño referente de sus carreras y de su evolución profesional.

Pensé que con Haywire Soderbergh había tocado fondo, pero esta Magic Mike es aun peor.
Película sin gracia, mal actuada, con diálogos imposibles y lo que es peor muy aburrida.
La historia es la del personaje con experiencia que entrena al novato, el que despues de un tiempo supera al maestro, historia contada muchas veces y de manera mejor.
Lo único rescatable es la actuación de Matthew McCounaughey, uno de los mejores actores americanos de la actualidad, que lucha por darle algo de vida a esta lánguida película, y las coreografías de los bailes, que si bien son vistosas llega un momento que se hacen algo repetitivas.
Leí que Soderbergh pensaba retirarse, es lo mejor que puede hacer antes que la crítica se de cuenta que es un mediocre total.
Recorriendo su filmografía, salvo alguna excepción como Oceans Eleven o Erin Brockovich que se salvan del incendio, las demás son de una chatura importante.
En fin si quieren ver una película de stripper que divierte y emociona vean de nuevo a Full Monty a la que esta película no le hace ni sombra.

Lo peor: que la película no genere nada, ni risa, ni emoción ni siquiera algo de interés.

Lo mejor: Matthew McCounaughey, que pelea con uñas y dientes para darle un poco de vida a la película.

La escena: : Matthew McCounaughey haciendo un baile stripper, un fenómeno el tío.

"Magic Mike" es una anécdota sobre la vida de un striper con la suerte que en vez de Demi Moore tenemos al sexy de Channing Tatum meneándose hacia la tribuna. El problema del film es que no pasa de ahí, se queda llanamente en eso, en una anécdota, en mostrar tres meses que pasan sin pena ni gloria en la vida de este sex symbol.

La historia es absolutamente superficial, el film parece más bien una colección de videoclips, está mal contada, con una narrativa que camina a tropezones, donde los personajes tienen reacciones poco justificables. ¿El dinero que Tatum le "presta" a Pettyfer? Tu amigo te traiciona, cae en malas manos y tú vas y le salvas el pellejo porque tienes una responsabilidad social; muy poco creíble para mi gusto. El trance en la vida del protagonista es mostrado de forma muy brusca, de la nada recapacita sobre su existencia, todo muy acomodado para ese final mediocre que nos ofrecen. Y para colmo los diálogos tienen cero profundidad, y dicen menos de lo que querrían.

Lo único que podía haber salvado a "Magic Mike" era la idea de que sirviera como excusa para profundizar sobre al arduo trabajo de los stripers, pero incluso en eso falla. Nada de lo que nos presentan en el film tiene mayores consecuencias; ni la droga, ni el dinero, ni el negocio, ni los bailes o fiestas privadas; nada jamás pasa a mayores, nadie termina mucho peor que borracho o en pelotas; olviden a la policía porque en este film sólo se los menciona como disfraz de ocasión.

Para mi sorpresa Soderbergh ofrece una flojísima dirección, abusa de las coreografías y coloca escenas con poco sentido. Muestra mucho de lo que ya sabemos y poco de lo que no, es decir, nos brinda muchas tomas de los stripers arriba del escenario y pocas fuera de éste. Eso sí, hay que reconocer que las coreos son todo un goce, muy bien montadas, bailadas y con mucha creatividad; pero lo dicho, pasadas de metraje. Todo esto lleva a que la narración se empiece a sentir reiterativa, te das cuenta que la cosa no avanza y el film comienza a hacerse cansino.

El reparto es por lejos lo mejor, un Tatum que ya había demostrado que era buen bailarín pero que aquí se reivindica, está en el esplendor de su carrera y se nota. McConaughey resucita de entre los solteros olvidados en este 2011/2012, suma su rol de Dallas a lo ya realizado en "¿Culpable o inocente?" (Brad Furman, 2011) y en Bernie (Richard Linklater, 2011), y así completa una vuelta a las primeras filas logradas en los '90, tras los fiascos que había realizado en la década anterior. El único que me decepciona es Pettyfer, bastante soso e inexpresivo en su rol de novato.

Mención aparte merece la canción que se canta McConaughey y que luego suena durante los créditos finales: "Ladies of Miami".

Por cierto, es alucinación mía o en el baile especial del 4 de julio hay un intento de "homenaje" a Kubrick y su magnífica "Nacido para matar" (1987).

Producto de telefim para que los/las amantes de torsos musculados, culitos prietos y abdominales trabajadas se den un pequeño homenaje, especialmente en las escenas de baile del club de striptease masculino en el que pretenden prosperar de forma dispar un Channing Tatum un tanto soso (dando muestra eso sí de su experiencia en el campo) y un Matthew McConaughey pasado de vueltas (en el fondo, tal y como demanda su personaje).
Todo está aderazado con música machacona y diálogos pseudo-pretenciosos que no engancharán al espectador, especialmente si le unimos un desarrollo argumental panfletario mínimamente interesante.