Greenberg

Cuando se dice que un actor trabaja con la voz se suele poner el ejemplo de Daniel Day-Lewis (yo mismo lo hago). Emplea una voz profunda, grave y que atemoriza. Aquí tenemos otro ejemplo de interpretación desde la voz, Greta Gerwig. Desde su voz triste y risueña al mismo tiempo nos transmite todo lo que necesitamos para sentir empatía hacia su personaje desde el primer segundo. En una actuación que es la película entera, deja en pañales a cualquiera que esté enfrente suya, incluido Stiller. A simple vista no parece nada del otro mundo pero está llena de matices, sensibilidades mostradas u ocultas y un halo de sensaciones para una de las actuaciones del año sin duda. No suelo empezar por los actores pero esta gigantesca actuación me ha obligado a ello. Stiller hace lo que puede, que no es poco, pero queda reducido a un tipo amargado que es engullido por una roba-planos. Rhys Ifans, eterno secundario, da una lección de cómo engrandecer un reparto con su sola presencia. Pero pienso que su personaje está desaprovechado (al igual que él mismo como actor).

Me esperaba algo más de esta película, básicamente porque anunciaba un personaje interesante pero el guión no está a la altura. Simplemente nos limitamos a ver pasar la vida de Greenberg, lo que es muy loable, pero lo sería aún más si en esa vida pasara algo de valor o trascendencia aparte de sus idas y venidas con el personaje de la magistral Gerwig. Estoy de acuerdo en la forma que tiene el film de criticar la mediocridad aceptada de los demás, mostrando a Greenberg como un pseudo-loco que se atreve a ser el mismo. En estos tiempos de falsedad, mentes cuadriculadas y prototipos casi mecanizados de personas, el ser sincero y honesto (a veces duro o demasiado directo) es un comportamiento tachado por la mayoría de poco humano, mientras el humano es el ser igual que todos y saberte las referencias pop del momento. Crítica bien hecha, inteligente y sin redundancias. El problema es que no va más allá de una crítica con criterio. No parece haber interés por conocer más del protagonista o secundarios, lo que me parece correcto si es la elección del director, pero el saber plasmar lo que se piensa no significa que lo que se piensa esté bien. Una buena dirección, clásica y cálida, que no se ve bien acompañada por una elección musical mayoritariamente indie y buen rollista.

Para terminar, decir que el verdadero lastre de la película es Stiller, no por su correcta actuación, sino porque hay actores que inevitablemente se sienten más cómodos dentro de un género y no en la mezcla de géneros. Si bien lo bordaba en Tropic Thunder o Los padres de él/ella, aquí está realmente perdido en parte por la indefinición de Baumbach entre comedia y drama, aunque es bastante más dramática que graciosa (por lo menos yo no me reí en ningún momento). Buen intento de representar una crítica a la sociedad que acaba siendo una historia que se deja ver y poco más.

Partiendo de un Stiller que realmente está perfecto en el papel, podemos decir que es este drama con toques de comedia y romance llega a convertirse en un aceptable film a pesar de que por momentos se vuelve un poco lento y tedioso.

Stiller interpreta el papel de un ex paciente de un psiquiátrico que cuidará la casa de su hermano que se apresta a pasar un vacaciones en Vietnam con su familia, allí se relacionará con una especia de ama de llaves con que contaba la casa, la rellenita Florence y la mascota de la casa, el averiado Mahler. El papel de Stiller está muy bien para él, egocéntrico, obsesivo, inseguro, con un pasado a cuestas y un presente que no puede resolver. En estos parámetros se va desenvolviendo la película que a mi me gusto, aunque por momentos se vuelve un poco lenta y repetitiva.

En fin, una película aceptable que tiene momentos interesantes, sobre todo con esas eternas contradicciones del papel de Stiller y cuando saca a relucir su locura el personaje del susodicho, si no fuera por él seguro que sería una película difícil de recordar.

Películas románticas como esta, es lo que hace falta en Hollywood, sin príncipes, ni princesas, ni jóvenes triunfadores, ni vampiros guaperas.

Película con diálogos muy interesantes, comunes en nuestras vidas de gente con problemas nada ajenos a la realidad, miedos que no nos dejan avanzar,gente que como bien se dice, son de nuestra misma calaña.

Una grata sorpresa es la que me he encontrado con este film, y una actriz que acabo de ver por primera vez y me ha cautivado pero bien, la tendré en cuenta, sin embargo nuestro amigo Ben ha estado correcto fuera de esa comedia que le estamos acostumbrado a ver.

Aconsejable, no esta nada, pero que nada mal.

Lo mejor: Greta Gerwig, y la historia en general, me ha hecho pasar un buen rato.

Lo peor: Que es y será una peli olvidable...

Greenberg demuestra que Noah Baumbach tiene especial interés por aquellos personajes que se encuentran en un momento de crisis vital, que quieren empezar de cero y, como primer paso, se ven obligados a decidir qué hacer con sus vidas. Su tendencia a plasmar en pantalla las crisis generacionales de sus protagonistas también encuentran un hueco en sus últimos trabajos, Frances Ha (2012), Mientras seamos jóvenes (2014) y Mistress America (2015).

El encuentro de Robert Greenberg (Ben Stiller) y Florence (Greta Gerwig) propicia el contacto entre dos generaciones diferentes con sueños por cumplir. Él es un músico frustrado de 40 años que padece un trastorno obsesivo compulsivo y cuyas decisiones pasadas le persiguen, ella es una joven aspirante a cantante que acaba de poner fin a una relación amorosa. El hecho de que ambos estén en proceso de iniciar una nueva etapa en sus vidas contrasta las motivaciones y actitud frente al mundo de las generaciones a las que representan. Sin embargo, ante tanta diferencia existe un elemento que funciona como nexo entre ambos: la música.

Pero, ¿qué ocurre cuando dos personas insatisfechas con su presente que han atravesado la misma fase en algún momento de su vida se encuentran? Florence manifiesta su frustración y miedo ante la idea de no tener éxito, buscando una respuesta en la experiencia de Greenberg. Por su parte, él se manifiesta conformista, expresando su idea de que no puede hacer nada por mejorar su situación.

Este choque de personalidades conduce a los protagonistas a una amistad tan inestable como el propio Greenberg, quien por primera vez encuentra una razón en Florence para imaginar un futuro.

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Dirección simple y sin nada que aplaudir. Guion demasiado plano, carente de variaciones de nivel de intensidad dramática que te lleven a través de la trama entretenidamente, aburrida en mayor parte, giros demasiado sutiles, clímax falto de intensidad y desenlace insípido.