Almas de metal

Voy a ser sincero y decir que hasta hace un mes no sabía ni que Jurassic Park estaba basada en un libro ni que su autor también hubiera sido director, ni que la serie que iba a adaptar Jonathan Nolan este año estaba basada en el autor de Jurassic Park y director de la idea original de Westworld o Almas de metal. Curiosamente Michael Crichton cual Stephen Chbosky (Las ventajas de ser un marginado) son autores y directores de sus obras propias, los que mejor conocen a sus personajes y mejor pueden adaptar y construir sus universos en el cine. Jurassic Park llegó como novela en 1990 para que luego Spielberg en el 93 adaptase semejante obra, pero antes de Terminator, antes de Jurassic Park estaba esto. Westworld con un Yul Brynner más cabreado que nunca robotizado cual Terminator que nadie niega que Cameron se inspirase en su personaje para el personaje de Arnold en el 84.
Pero más allá de la inspiración y la originalidad de las ideas que propone la cinta, el deseo de todo niño en una película, no deja de ser una película prácticamente de serie b de bajo presupuesto y con algunos actores un tanto ridiculizados. Aunque James Brolin y Richard Benjamin están correctos como protagonistas, no deja de desaprovechar quizás a falta de duración los otros dos mundos centrados más en la película en el Oeste cual western de ciencia ficción. Lo medieval y sobretodo lo románico apenas se toca en la cinta y los tópicos abundan en la cinta por más que haya momentos sorprendentes y giros inesperados más que nada si no sabes nada de la trama es donde puedes sorprenderte.
Quizás actualmente adaptar eso sea un tanto difícil, pero quizás los diálogos y las ideas estén mejor explotadas por parte de Johnny Nolan y Ed Harris con Anthony Hopkins a finales de este año en la serie inspirada en esta película que quizás ahora con mayor presupuesto y más profundizada la historia saldría una notable cinta a recordar o serie, como queráis. La película está bien pero todo el mundo sabe que no es nada del otro mundo más que una idea original que ha servido como referencia que posteriormente han sido mejor explotadas en cintas como Terminator en el caso robótico o Jurassic Park en el caso temático.

Michael Crichton escribe y dirige esta propuesta original de ciencia ficción basada, de un modo parecido a su novela “Jurassic Park” (1990), en la idea de que la humanidad ha construido un gran resort llamado Delos en el que se han recreado tres parques temáticos basados en distintas etapas históricas: la del lejano oeste (Westworld), la edad medieval (Medieval World) y la antigua Roma (Roman World). La acción sigue a John Blane (James Brolin) y Peter Martin (Richard Benjamin), dos amigos que deciden pasar unos días en Westworld, donde vivirán diferentes aventuras relacionándose con los robots programados para actuar como si estuvieran en pleno siglo XIX, y se enfrentaran a la insistente amenaza de un pistolero interpretado por Yul Brynner.

“Westworld, almas de metal” se podría considerar una propuesta coherente con el cine de ciencia ficción que se hacía en la década de los 70, y es que si hay algo que sobresale de las producciones de esa época sería la intención de poner una idea por encima de estilismos visuales, y en este caso nos encontramos con una historia con una crítica muy dura hacia la humanidad, pues nos presenta como seres inmorales, primitivos y, mucho peor, patéticos. La clave esta en mirar hacia adelante, nunca hacia atrás, y ninguna simulación realista podrá conseguir los mismos resultados que un desafío real. Muy recomendable.

Lee la crítica completa en: http://reelsofcinema.com/critica-westworld-almas-de-metal/

Tengo la impresión de que el tiempo no le ha dado la fama que merece. El argumento es muy potente, y hoy se ha popularizado gracias a la serie Westworld. Un gran parque de atracciones para que los "huéspedes" pasen sus vacaciones, viviendo sus fantasías sin ningún tipo de normas, en un mundo ambientado con robots que parecen personas reales.
Esta película es del año 73 y me parece un acierto en lo formal y en el contenido. Me ha sorprendido lo brillante de la narración, y lo verosímil que es todo, atendiendo a las capacidades de la ciencia ficción para esa época. El trasfondo es muy rico, pero sobre todo nos habla de la rebelión de las máquinas, al igual que la serie.
Una película digna de verse.

Yul Brynner parece haber nacido para este papel. No es una de sus mejores interpretaciones, ni mucho menos, pero hace lo que el personaje le pide, que no es otra cosa que parecer un robot. Me parece una película muy interesante por su originalidad. No se han mezclado el género del western con la ciencia ficción en muchas ocasiones. El resultado es una temática novedosa, sobre todo para la época en la que está hecha. Es incomprensible como no se ha utilizado el argumento en mas ocasiones. Se rodó una secuela, "Mundo futuro", pero no alcanzó en ningún aspecto a su predecesora.

Michael Crichton, escritor de novelas de ciencia-ficción de éxito, cogió el gusto por la dirección con esta “Almas de metal”, una película a medio camino entre el western y el thriller futurista.

El filme presenta un gran parque temático de alta tecnología, en el que el cliente tiene tres áreas para elegir: el Imperio romano, la Edad Media y el Oeste americano. El parque está diseñado para que el cliente viva y sienta la recreación de cada una de las posibilidades, y se convierta en el protagonista de su propia historia. Para ello, el parque cuenta con sofisticados robots que ayudan a hacer la experiencia más real. La trama principal se centra en el área del salvaje Oeste, a la que acuden Peter (Richard Benjamin) y John (James Brolin). Disfrutarán de tiroteos, peleas y demás clichés del género, pero no todo funcionará a la perfección… sobre todo cuando un Yul Brynner de metálicos ojos grises deja de funcionar como debería.

Qué mejor director para adaptar una novela que el propio autor de la misma, y con esta película Michael Crichton prometía, pero en su corto bagaje cinematográfico se puede decir que es su única obra destacada. Aun así, a pesar de su dirección novel, de su evidente falta de presupuesto y de su pobre fotografía, Crichton consigue hacer de “Almas de metal” una obra de culto gracias al sentido visionario que se respira en la misma: desde los parques temáticos, centros de ocio conocidísimos en nuestro siglo XXI, a los androides asesinos, que popularizaría James Cameron once años más tarde con su “Terminator” (1984).

El desarrollo de la trama, aunque bastante simple, no deja de ser interesante y atrapa al espectador no ya sólo por la novedad, sino también por el buen ritmo del filme, pasando de la sosegada e interesante presentación del funcionamiento del parque a la acción. Además, cuenta con un Yul Brynner como siempre magnífico, que llena por sí solo toda la pantalla cuando sale, y es quizás uno de los mejores androides-asesinos de la historia del cine.

Muy recomendable.