La senda

"Aquí está Jack". Esa fue la escena que retrató para siempre al inconmensurable Jack Nicholson en la espeluznante El resplandor. Hacha en mano, destrozando una puerta. Muchas similitudes podemos encontrar en La senda con la obra de Kubrick, salvando las distancias, por supuesto. Pero uno no puede evitar recordar aquella película. Aislamiento, nieve y locura componen La Senda, elementos imprescindibles en el film de culto de Kubrick. Y aunque sé que las comparaciones son odiosas, es casi obligada en este caso por aunar elementos tan característicos en ambos largometrajes.

Sin embargo, Miguel Ángel Toledo realiza un trabajo notable. Por arriesgado y coherente. No se puede decir lo mismo del guión y las interpretaciones, que, aunque correctas, requerían más fuerza. Gustavo Salmerón realiza una interpretación correcta, pero lejos de ser creíble por forzada en muchos pasajes. Mucho mejor por otra parte Irene Visedo, mostrando una innata naturalidad delante de la cámara.
Merece la pena el visionado por la escasez del género en nuestro cine, sin embargo no pasa de interesante, cayendo en muchos tópicos por el camino que empobrecen el resultado final. Y es que no hay que ser ningún lince para imaginarse el final.
Sin embargo, un montaje original en el tramo final con alguna escena inesperada consiguen reflotar la experiencia. Como casi siempre, una cinta española diferente que pasará de puntillas por la mayoría de espectadores, mereciendo una oportunidad.

La senda propone un viaje a la locura ya visto antes con mejores resultados, sin embargo no puede negársele a Toledo su buen hacer por filmar una película a ratos inquietante, y con un tramo final que sabe mantener la tensión.

Recomendada para irse a la cama con un mal rollo considerable ese sábado noche.

Película absurda donde las haya y nada recomendable. Cuando a los 5 minutos un film ya te aburre es por algo... No sé por qué soy tan tozuda y me empeño en ver las pelis hasta el final, podía haber empleado el tiempo perdido en hacer la colada.
No se le ha sacado provecho ni al paisaje, ni a los actores, ni a la historia... y lo único que nos deja la película son detalles ridículos... o ¿¿cómo llamaríais vosotros al hecho de que un matrimonio se rompa porque uno de los dos fuma??

PD: ¿Y ese niño insípido de dónde lo sacaron? Casi mejor que se dedique a la fabricación de cartón piedra porque como actor no creo que llegue lejos...

Es verdad que la película no aporta nada al género y que recuerda mucho a El resplandor ¿pero por eso se merece un suspenso?. A mi me ha entretenido y es lo que buscaba cuando me puse a verla. Aunque en ocasiones es previsible a mi me mantuvo con la intriga hasta el final y aunque me olía como iba a acabar en ocasiones me hizo dudar de que fuera a ser así, por lo que creo que cumple su objetivo, que es precisamente ese, engañar al espectador.
A destacar la interpretación del padre.

Ópera prima de un Miguel Ángel Toledo que, aunque pasa con aprobado raspando, comete el pecado capital de reducir el film a lo que a él le interesa mostrar (1). Al final el espectador se queda con interrogantes que no tienen respuesta, habiendo asistido a un relato cuyo desenlace se sabía desde el principio mismo por propia decisión del director. El visionado no deja más que una suerte de sensación de haber ido de vacaciones por ese paraje montañoso y nevado donde la acción transcurre -que es realmente encantador. Las actuaciones correctas apenas compensan, por otro lado, las demás faltas de que adolece este producto: poca originalidad del argumento, guión paupérrimo asociado a una pobre elaboración de una trama que, como digo, nada revela de sus protagonistas -aparte del dudoso cuento de que el mayor conflicto en el matrimonio pasa por el hábito de fumar del marido. Y poco más. Con un metraje que no llega a la hora y media redunda sin embargo en situaciones reiterativas -hay incluso algunas que parecen de relleno-, a falta de temas que podrían haberse planteado y desarrollado agregando contenido y complejidad a la historia.

Me queda entonces el cuadro de un director en agraz que tiene mucha senda para remontar todavía.

No voy a hablaros de la mejor película de terror de la historia del cine español. Voy a hablaros de “La Senda”, una película con unos actores estupendos, donde brillan Gustavo Salmerón e Irene Visedo, totalmente creíbles como matrimonio en crisis, que decide irse de vacaciones a una solitaria casa en la montaña para, quizá, poder solucionar sus problemas. Me encantó el montaje, de ritmo muy pausado, dejando hacer a los actores, (algo muy poco habitual) que nos van descubriendo información poco a poco, revelándonos que hay algo raro en esa familia, algo extraño pasa...Una fotografía excepcional que nos transmite el frío, la soledad en esos parajes en medio de ninguna parte, y con una ambientación más que buena. Paisajes preciosos pero que a la vez dan un mal rollo inexplicable por la situación que viven los personajes. Estamos aquí ante un nuevo hito en cuanto a óperas primas. Como he dicho, no os hablo de la mejor película de terror de la historia del cine español, pero si de lo mejor que se ha hecho en muchos años. Por fin una película “de miedo” con cabeza, (atentos a los geniales 15 minutos finales) que no es de consumo rápido, que recordarás tiempo después de haber visto, y que ofrece una experiencia en la que los personajes son lo realmente importante. Que Miguel Ángel Toledo vuelva a rodar en breve, por Dios.