La senda

Cuando una película pide a gritos que la avances a toda prisa para encontrar un momento en el que pase algo interesante, solo puede ser puntuada muy baja. Cuando llegas a los créditos y te das cuenta de que no ha ocurrido nada de nada en toda la cinta, horror.

mala, lenta y pretenciosa. No merece la pena.

y no hay mucho mas que decir, lo siento.

Sin saber como, Miguel Ángel Toledo nos muestra una senda que desafortunadamente no lleva a ningún lado. Y es que en esta senda sin destino, el espectador se ve sumergido en una amalgama de conceptos tan sospechosos que hacen que recordemos con rubor a la excelente película de "El Resplandor". Sin embargo, el resplandor con el que intenta cegarnos el señor Toledo, al transitar por esta dudosa senda, se convierte rápidamente en un crepúsculo tenebroso, que transita entre la perplejidad surrealista y el aburrimiento mas soporífero.

La historia empieza de una forma un tanto chocante e irreal, al ver como nuestro protagonista, un reputado maestro de ajedrez intenta hacer las paces con su mujer, por algo muy malo que ha hecho. Quizás, el motivo del desamor de la pareja se deba a una infidelidad, tal vez reiterada, pero no, pronto caemos en la cuenta que el crimen del protagonista fue el tabaco. Si, han oído bien, su vicio por el tabaco. No se entiende bien ¿verdad?. En fin, el caso es que podemos ver al sufrido protagonista sentado en el asiento delantero de su coche con su mujer al lado, jurandola una y otra vez que va a cambiar, (sin embargo, no le ha sido infiel, ni la ha maltratado física o psicológicamente; que podría ser lo mas normal, cuando escuchas a alguien así de avergonzado, con propósito de enmendar sus errores). Pero no, la bestia negra de esta pareja es el tabaco. Esa droga blanda que tanto les ha distanciado.
Y es que parece ser que en ésta película los guionistas quisieron innovar metiendo una idea original y se toparon con el grave problema del tabaco, cuando vemos que el protagonista no tiene ni cáncer de pulmón ni nada que se le parezca. Quizás si hubiesen dicho que era ludópata o adicto al sexo, pues podría haber resultado mas creíble e interesante la historia, pero no. Originalidad a tope y fracaso absoluto en el guión.

Para enredar mas la historia, el padre de familia invita a su mujer y a su hijo a una casa rural perdida en la montaña. Estamos en navidad, y allá por las montañas nieva mucho. La casa es solitaria y el protagonista está un poco desquiciado porque su mujer parece que tontea con un vecino de la zona y eso sumado a que no puede fumar, pues hace que se desarrolle una especie de paranoia, que según los geniales guionistas dará emoción e intriga a la película. Pero pronto comprobamos que hemos perdido una hora y media de nuestro tiempo al darnos cuenta de que no es mas que una copia mala al Resplandor de Kubrick, con un montón de vueltas y revueltas, para comprobar, que tanto los guionistas, como el director nos han llevado por una senda sin destino.

Acabo de llegar de verla. He podido disfrutar de un rato muy agradable y además con el propio director, Miguel Ángel Toledo, que la ha presentado en la isla. No la he visto en una gran sala de cine (este tipo de películas, lamentablemente aquí no pegan fuerte), sino en un espacio cultural como es el TEA de Tenerife que nos ha dado la oportunidad a los que nos acercamos al séptimo arte buscando algo más allá de lo comercial... Creo que los euros invertidos en la entrada han sido los mejores invertidos en cine de los últimos tiempos (y hablo de ella, días después de la entrega de los Oscar 2013 en los que hemos tenido superproducciones...) pues he salido con la satisfacción de haber visto el comienzo de algo bueno, el nacimiento de un buen cineasta. Creo que si Toledo sigue por esa senda va bien.
Leo en la mayoría de las críticas que la película tiene un claro aire e incluso "tufo" a "El Resplandor"... Justo de camino a ver "La senda" iba hablando con una amiga de los Oscar y de Jack Nicholson... (por su declaración a Jennifer Lawrence en medio de una entrevista) y le comentaba que conocía la escena de "El Resplandor" del hacha, no porque haya visto la película, sino porque en todos los programas de cine que he visto, siempre recurren a ella... Pues bien, leyendo todas las críticas, creo alegrarme de no haberlo hecho (y nunca lo haré, más que nada por miedosa) pues me ha hecho enfrentarme a "La senda" con la mirada limpia y con la memoria sin residuos de algo conocido. Para ser un director novel he de decir que la fotografía es excelente, los planos me parecieron realmente buenos y el montaje está muy logrado. El guión es bueno, la historia está bien hilada, si bien se puede adivinar el final desde el principio, la estructura circular no desagrada sino que te hace entender la historia y construirla perfectamente en tu cabeza.
En cuanto a la interpretación, Gustavo Salmerón tiene momentos que me desencantan, sobre todo en el arranque de la película en la que aún el espectador está intentando encajar los personajes y catalogarlos. Afortunadamente evoluciona en la interpretación (a medida que el personaje degenera) y consigue atraparte...
Para terminar decir que es cierto que le falta intensidad y un poco de profundidad (los personajes se podían haber trabajado un poco más, se podía haber jugado un poco más con el bien y el mal y darle más carga psicológica) pero para ser una ópera prima no está nada mal y consigue que no salgas de la sala indiferente y con la esperanza de que el director siga por estos derroteros porque en los tiempos que corren para la cultura hacer una película de este calibre no es fácil, más aún cuando se trata de cine español.

Película pobre en sus resultados, grande en sus pretensiones, buenos actores, pero a veces sobreactuando, menos Visedo y Salmerón.

Algo extraña en su continuidad, mal realizada,
con muchos clichés en su historia.

Un triste intento, con algunas pinceladas de posibilidades, lamentablemente la sombra de "El Resplandor" está muy presente.

ntentar dar gato por liebre suele terminar en conflicto. Si el timado se percata de estar siendo engañado, el timador puede salir huyendo sin dudarlo porque el escándalo puede ser grande.
Si esto del gato y la liebre te toca vivirlo en el cine, el escándalo se convierte en tedio y en una promesa firme de no volver a caer en la trampa de un autor que espera éxitos clamorosos. Los autores que lo esperan deben contar con que el público no es una manada de tontitos que tragan con lo que se les eche.
La Senda en una película deudora (mucho) de la película de Stanley Kubrick El Resplandor. Deudora y alejada. No pueden compararse por tratarse (La Senda) de una fotocopia burda. Es previsible desde el principio, pretenciosa y vacía.
Los diálogos son un insulto a la inteligencia. La información es tramposa y es, en realidad, una ocultación estúpida que sirve para que su director, Miguel Ángel Toledo (guionista junto a Juan Carlos Fresnadillo), intente jugar a ser realizador. Se apoya, además, en un montaje igual de tramposo y que trata de ser original cuando es un calco de otros que ya están más vistos que el tebeo.
La dirección actoral es penosa. Gustavo Salmerón se pasa la película entera dentro de un mismo registro que es soso y aburrido. Irene Visedo muy justita. Ariel Castro más soso todavía. Parece que se aburrían en cada toma, no hay un solo momento con chispa. Es como si estuviéramos viendo esos totems que hay en los aeropuertos para que aprendas a facturar sin ayuda de otros.
La música es exagerada y añade engaño intentando matizar imágenes que, por sí mismas, deberían funcionar sin agobios externos. La fotografía se libra del desastre aunque no es nada del otro mundo.
El guión hace de la película una tortura insoportable.
Un fiasco de los gordos.
La cosa va de una familia que viaja al campo nevado para pasar unos días. Raúl (Gustavo Salmerón) está como una chota. Ana (Irene Visedo) es la esposa y pasa de Raúl ampliamente. Samuel (Ariel Castro) es un vecino que tiene pinta de palmarla según aparece en pantalla. Nico es el hijo (Ricardo Trénor) Van haciendo cosas que demuestran lo loco que está uno, lo poco que se fía otra, el miedo y la desconfianza que reina en la casa de campo, lo poco que le queda a otro., el trauma del niño. Todo contado con lentitud, como dando una clase de buen cine que ya nos sabemos. Sin ritmo.
Está muy bien tener referencias a la hora de crear y, sobre todo, cuando empiezas. Pero no puede faltar la honestidad. Nadie puede querer colar un producto ya visto, sabido, contado. La Senda es una película floja. No pierdan el tiempo con ella. Mejor ver a Kubrick o cualquier otro clásico.
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