El golpe del siglo

Otra más de atracos a casinos y secuestros de autobuses.El punto de partida no se concibe en la "vieja" Europa social demócrata, donde a nadie se le ocurre que la vida de una niña dependa de poder encontrar 300.000 dólares para operarla. Esto sólo sucede en EE.UU,, en el marco de los países occidentales adelantados. A partir de aquí la trama parece una secuela barriobajera de la saga "Ocean's", sólo que "el golpe" sólo se ve en "flash forwrard" de forma improvisada y sin preparación. Robert de Niro ya está muy gastado en su papel de capo mafioso viejo y acabado. El desarrollo es inconexo y la realización, propia de la serie televisiva "Ley y orden". El film se limita sólo a entretener. No es de los que pasan a la historia.

¿La película? Se ve de un tirón, y eso, en los tiempos que corren ya es mucho.
La película tiene cosas buenas y cosas malas, se podía haber quedado en un 5 Salomónico, pero es que me ha caído simpática, y he decidido ponerle un 6.
¿A Favor? Un reparto muy resultón (Bosworth seguro que aceptó salir 5 minutos porque iba a ser un cara a cara con De Niro, si hubiese sido otro actor dudo mucho que hubiera aceptado), un par de giros que no están mal, aunque uno de ellos no tiene mucho sentido (tendré que volver a ver la escena de la preparación del robo en el restaurante, pero creo que no cuela :-), en algún instante recuerda mucho a Speed (en planos exteriores e interiores, con la relación entre pasajeros, etc.), algún diálogo está conseguido, en general los actores están muy metidos en su papel y el ritmo es bueno aunque...
¿En contra? ... tiene un par de escenas que no se las cree nadie (como la de Gina Garano con el control policial, no me fastidies hombre, un poquito más sesudos con el guión), el tiroteo en el casino regular para alguien que haya nacido con Hill, Donner, Verhoven, McTiernan, Mann (Michael, no Scot), Harlin, o haya visto algún film coreano reciente, como "El Redentor" (que por cierto, tiene la mejor secuencia de acción en años), y alguna cosilla más no muy importante.
¿La recomiendo? Sí, porque tiene destellos, buenas maneras en varios momentos, ya sean diálogos, giros, personajes, algún momento de acción, algún chiste (hay un par muy graciosos), y por un no sé qué y qué sé yo que yo qué sé.

La película está protagonizada por un reparto variopinto con varios actores competentes que dan interpretaciones convincentes a través de una retorcida intriga. Se trata de un padre, Vaughn (Jeffrey Dean Morgan), que no tiene medios para pagar el tratamiento médico de su hija. Como último recurso, se asocia con un codicioso compañero de trabajo, Cox (Dave Bautista), e intentan robar un casino propiedad del temido gángster Pope (Robert De Niro), que cuenta con la ayuda de su desagradable secuaz (Morris Chesnut). Cuando las cosas van mal, se ven obligados a secuestrar un autobús urbano. Así Vaughn y Cox se ven constreñidos a huir a pie y secuestrar el autobús 657 de la ciudad y tomar a los pasajeros como rehenes. Los acontecimientos van a peor son localizados por una patrullera (Gina Carano) y se produce un tiroteo. ¡Nunca hagas una apuesta que no puedas permitirte perder!. ¡Aguanta por tu querida vida!.

Esta emocionante película contiene acción, suspense, sangre y mucha violencia gráfica. La trama es un cruce entre ¨John Q¨ y las técnicas de filmación fueron influenciadas por ¨Speed¨ y el ¨Tournament¨ del propio Scott Mann, esta dos últimas también incluye una impresionante persecución en autobús. La película muestra acontecimientos fuertes y realistas con excelentes secuencias de acción, incluyendo matanzas a sangre fría, luchas encarnizadas y efectos especiales cargados de acontecimientos violentos. Lo más destacado de la película es la relación que se establece entre los peculiares personajes, así como las impresionantes e imparables persecuciones-choques entre un autobús y sus perseguidores. Scott Man es el responsable de este apasionante thriller de acción sobre un atraco que se complica enormemente. Con algún que otro giro de guion, la película cuenta con un reparto sólido, encabezado por el veterano Robert De Niro que ya había protagonizado algunas películas de atracos como la exitosa ¨Heist¨ de Michael Mann. Y Jeffrey Dean Morgan, que es el auténtico protagonista, un actor que sabe poner los pelos de punta al público, ya que ha interpretado a uno de los villanos más escalofriantes de la serie ¨Walking Dead¨. Entre el elenco secundario, otro rostro muy conocido: Mark Paul Gosselaar de ¨Salvados por la campana¨, pero que llevaba 14 años sin aparecer en la pantalla grande. Y otros actores atractivos y familiares, tales como Kate Bosworth, Gina Carano, Morris Chestnut, Lydia Hull, D. B. Sweeney. Y Dave Bautista destaca como un tipo macizo y poderoso pero esta vez no tan bueno como debía ser. Como curiosidad, cabe señalar que la historia sobre el saqueo de un casino fue filmada en Alabama, un estado donde el juego está prohibido por ley y además la policía que ves en la película es la verdadera policía de Mobile, Alabama, quien proporcionó un control de carretera rodante que se manejo constantemente en abrir ó cerrar la autopista durante días.

Contiene una apropiada partitura musical ajustada a la acción de compositores James Edward Barker y Tim Despic, compuesta en su mayor parte mediante sintetizador. Además de una cinematografía atmosféricamente adecuada al ambiente de camarógrafo Brandon Cox, filmada en Mobile, Alabama y San Pedro, Los Ángeles, California. Esta película magníficamente producida fue bien dirigida por Scott Mann. El es un experto en el género de acción y ha dirigido algunas películas de éxito repletas de escenas espectaculares, violencia, suspense e intrigas retorcidas, tales como: ¨El Torneo¨, ¨Fall¨, ¨Abajo entre los muertos¨, ¨Final Score¨ y este ¨Heist¨. Calificación: 6,5/10. La película que atrae a los fans de Jeffrey Dean Morgan y Robert De Niro.
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Excesivas ramificaciones, para ser padre del año.

De Niro de mafioso como que le pega más, está más habituado a dicha firme personalidad por costumbre repetitiva, aunque en este caso hay tendencia ligera a no componer al capo con la contundencia merecida; está en las últimas, lleno de lamentos y penas, intento de reconciliación con sus errores familiares que no acaba de funcionar ni cuajar, ni para él ni para la audiencia pues, aunque están todos los ingredientes que cuentan, su uso, profundidad y revelado manejo, en su supuesta situación tensa, se queda en un abanico de claras intenciones que no osan ir más allá de ese consumo tenue y acomodado cuyo efecto no inquieta, no altera, no crea misterio sobre su evolución ni tira de la cuerda lo suficiente para que, el casino flotante y todos sus tejemanejes, te atrapen con adoración convincente.
Y es que “yo estoy al cargo”, pero no es rotunda la impresión recibida, por mucho que insista con esas frases prototipo, de categoría veterana para el género que trata; “nunca dejes que nadie te robe a ti, es señal de debilidad, agujero en las cañerías por donde tus enemigos tratarán de colarse”, que suena a lección vieja conocida, de amenaza neutra, teniendo en cuenta qué ilustre afirma dichas sentencias.
El guión peca de tocar muchas teclas, sin confirmación ni decisiva parada en ninguna de ellas; que si “robar a Pope es un suicidio”, que si “quien dijo que el amor no se puede comprar no tenía suficiente dinero” -¡que manera de vapulear a los beattles!-, que si un socio de negocios turbulentos que ejecuta las palizas, que si cuestionamos el funcionamiento financiero de la sanidad y sus políticas, que si el héroe en duda toma vestigios de un Denzel Washington más glorioso de otra época, que si su compañero -de errónea aventura- llega para fingida pose de escasez realizada, que si por momentos recuerda a la mítica Speed pero sin su talento e inteligencia, con un formato humanitario de fondo que no coagula ni emociona ni se solidifica como debiera, más esa resolución altruista, de fondo bonachón, gracias a una poli que razona y juzga propiamente pasando de las órdenes del jefe ya que, el malo es un bueno en difíciles circunstancias, ¡hay que comprenderlo! que, con todo, no convence, únicamente remata lo que era un mirar sin sentir ni apenar, menos revolucionar al vidente, cuyo deducción cede y abandona pues no hay materia, no vale la pena.
Y es que se trata de una más en el haber de Robert de Niro, ¡sin más!, que se dudara si mencionar en su futuro homenaje; un digno Jeffrey Dean Morgan, sobrio y esforzado en su papel de padre desesperado/ex combatiente de torpes decisiones/desfalleciente malogrado en el presente cuyo personaje no da para mucho -le dan emociones, de pasado angustioso, sin calidad narrativa para ser expresadas-, con un recorrido sin secretos, que abarca en exceso para tan pobres lineas.
Porque su argumento tiene intenciones obvias de ser un avalado clásico, quiere cumplir y gustar pero, abarrota el escenario con un escrito sin carácter ni aptitud para abordar, con cualidad, todo lo pretendido; es de rango inferior, y tal vez en ese sentido se la pueda excusar y aprobar pero, quieras o no está de Niro, hay un casino y un drama sentimental en el interior de tanta soltura de dinero, amén de que es esperado acción acelerada de robo cometido; por tanto, sin evitarlo y con exigencia de demanda, deseas más y mejor, tanto en su validez como vigor.
Típica para pasatiempo temporal y moderado, de nimiedad obvia, pero aún así sabe a poco, a limitada en su entretenimiento.

Lo mejor; de Niro y los buenos propósitos de inicio.
Lo peor; compone una cinta estándar que no satisface.

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