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El crepúsculo de los dioses

Cine negro. Drama Joe Gillis es un joven escritor de segunda fila que, acosado por sus acreedores, se refugia casualmente en la mansión de Norma Desmond, antigua estrella del cine mudo, que vive fuera de la realidad, acompañada únicamente de su fiel criado Max. A partir de ese momento, la actriz pretende que Joe corrija un guion que ella ha escrito y que va a significar su regreso al cine. (FILMAFFINITY)
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Críticas 214
Críticas ordenadas por utilidad
17 de febrero de 2013
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La otra cara de la moneda del Hollywood de los años dorados. Cruel y desgarrador homenaje al cine mudo, a sus estrellas, que con la llegada del cine sonoro apagaron su luz, condenadas al olvido. No hay mayor crueldad que ser testigo de nuestra decadencia.

Alguien dijo alguna vez "La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
newman
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31 de julio de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha hecho falta una revisión para reconocerle las virtudes a una cinta que, en su momento, me inspiró muchísimo asco, hasta el punto de que tomé represalias en forma de crítica, que esta vez no rescataré, intentando desmerecer un trabajo, en todo caso, conseguido. Y es que algo de cierto habrá de haber en aquella frase de marras que viene a decir que "si no te deja indiferente, es que la película -o lo que sea- es buena". Yo me negué. Me negué a relajar mi postura cuando la Swanson, con su histriónica y desmedida interpretación, desatada por completo, únicamente me incitaba según pasaban los minutos a apagar el televisor y salir con viento fresco, lejos de sus manías y arrebatos infinitos, lejos de su todopoderosa tela de araña, la cual parecía arrastrar a todos los personajes, incluido a mí, hacia una trampa mortal de la que, intuía, era imposible escapar. Lo de esta mujer en esta cinta en concreto es de órdago. Sencillamente apoteósico.

Luego a uno le da por investigar y se cerciora, con asombro incluso, de que la historia de esta buena señora fuera, efectivamente, aunque con las licencias propias de esto del cine, como la de esa implacable araña de la Desmond. Flor de un día. La historia de una cara bonita sentenciada por el cambio de los gustos y los tiempos. La historia de unos ojos sin fondo aquí relegados a un puñado de fichas que, entre todas, apenas arañan los mil votos. El nivel de curiosidades contenidas en la obra del omnipotente Wilder es bastante reseñable (lean, si no, el resto de críticas publicadas).

Volviendo al presente, esta vez nada pude hacer para disimular las virtudes de un guión y una puesta en escena redondas, con un manejo del tiempo y el espacio, con un nivel de perfección y maestría, con un dominio, en fin, de técnica y calado humano cercanos a lo sobrenatural. Y no es exagerar, pues cada frase es un regalo; cada minuto un pequeño descubrimiento y cada gesto digno de ser admirado. Todo es cadencioso en la obra más mordaz y abrupta del mejor director que ha parido el celuloide, aquí también (como en, por ejemplo, "El gran carnaval") crítico de pluma inclemente pero tremendamente consciente de las debilidades humanas, nada de gratuidad en su análisis de personajes y reacciones, a pesar del tono pesadillesco y su parecido con eso que llaman "gran guiñol". La atmósfera no podría ser más fascinante ni acertada.

En resumen, película de las de ver una y mil veces. Prueba de cómo un primer visionado puede no ser suficiente, pues corremos el riesgo de salir echando pestes y quedarnos, como yo, en la hueca superficie: la Swanson es odiosa, sí, pero nunca un recurso tan arriesgado como ése estuvo tan justificado. Y es que los dioses, o los que se creen tales, son así, fácilmente irritables e irritantes, y esto va por ti, por mí, por ella, por todos, vaya, pues del crepúsculo no escapa nadie y su sombra es, en efecto, intrincada y alargada... cual tela de araña.

PD. La fugaz historia de amor, preciosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
José (FullPush)
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3 de noviembre de 2008
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada voy a justificarme porque viendo las puntuaciones, si le pongo un 7 me caerán palos por todos lados, jajaja. No le pongo más nota porque el ritmo de la película decae en algunos momentos, el protagonista no transmite y la trama paralela con la correctora no cuela, y hay algunas escenas irrisorias y/o poco creíbles; eso sí, hay una gran dirección, la protagonista da auténtico pavor, la música está muy bien, las escenas sarcásticas están muy logradas, además la historia es interesante, y la escena de la piscina es memorable. A partir de aquí considero que son mucho mejores El apartamento y Primera Plana.

Dr. Hackenbush.
Amelie76
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29 de julio de 2007
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Norma Desmond, la gran diva del cine mudo, la estrella que enamoró las pantallas, la actriz que alzó plateas en efervescencia, La Desmond que antaño fuera permamente objetivo de las cámaras ansía su vuelta a los escenarios. Volver a vivir para el amor de un público inexistente creado por el que fuera su embelesado descubridor. Las evidencias no importan, porque no hay más ciego que el que no quiere ver. De esta forma Gloria Swanson se funde con su personaje construyendo una ficción muy veraz en la que el cruel mundo de Hollywood es dibujado con profundo cinismo, verismo e ironía por parte de uno de los grandes directores de aquel entonces, Billy Wilder. Autor de un guión que pareciera haber sido escrito para demostrar que la perfección existe, hilvanando una historia de soledad, locura, fama y amor en la que la visión del patetismo encarnado en el personaje de la Swanson, y el sacrificio de un guionista que se sabe vencido por las circunstancias hace más daño que cualquier otra cosa. La luz de un simple foco puede cegar no solo la vista sino engrandecer egos ya de por si inmensos. Egos de Dioses que, efectivamente, perecieron en un momento en el que el sonido les significó su crepúsculo, su muerte, desaparación y extinción en el siempre cambiante mundo del cine. Mundo de obras maestras, de estrellas fugaces y malas películas, de soledades y locuras, fama y olvido. Hipnotizante, bello y destructor. Tal es su alcance que nunca sé si estaré a su altura, si mis alabanzas y críticas para con él serán lo suficientemente buenas para algo tan grande.
Difícil se me hace escribir tan libremente de películas que personalmente considero tan grandes como el mismo concepto de cine. Deseas que las mejores películas se lleven las mejores palabras, y que las pronunciadas por ti sean las idoneas. Lo intento, lo reflexiono, finalmente lo escribo y al termino del mismo, no sé si el resultado es el deseado. No sé si mis palabras son las que se merecería una obra maestra. ¿Cómo podría saberlo? ¿Cómo podría cerciorarme de que no resulto excesivamente cargante, ni inmensamente cegado por el brillo que siempre desprenden las buenas películas, obligandote a soltar nada más que eternos piropos hacía las obras que más te han llenado el espíritu? Todas cuestiones que sólo uno mismo puede responder. Por otro lado no se qué es lo que me ha hecho experimentar tal cambio de actitud en mis escritos, tal trascendencia y reflexividad en mis críticas, pero tampoco me importa. Si es el cine el causante de que rebose armonía entonces le estaré eternamente agradecido. Es lo que deseo que me otorge, es lo que siempre ansío que me dé. Unos lo encontrarán estupido, les será imposible entender tanta pasión desbordada hacia un mundo que para ellos sólo ofrece entretenimiento, probablemente de manera justificada y no les guardaré rencor, otros seguro me comprenderán, y eso lo agradeceré.

(Continua en Spoiler)
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El Fauno
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9 de octubre de 2006
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Billy Wilder nos lega uno de los mejores homenajes al mundo del cine con un film negro ambientado en el hollywood de los años 50, que refleja el patetismo de las gloriosas estrellas, que años atrás llenaban de glamour las pantallas, allá por el comienzo del star-system americano, y que ahora se recluyen detrás de vetustas mansiones rememorando viejas glorias.
La película es contada en flash-back y gira en torno a William Holden, guionista en paro, que para subsistir se ve obligado a aprovecharse de la mezcla de patetismo e inocencia de una diva del cine mudo (Norma Desmond) que se resiste a caer en el olvido (cuando la evidencia delata que nadie se acuerda de ella).
Para dar un giro más de tuerca Wilder adjudica el papel de Norma Desmond (tras el rechazo de otras ilustres de la época muda como Lilian Gish o la mismísima Mary Pickford) a Gloria Swanson, conocida actriz de cine mudo, que llevaba tiempo sin representar para la gran pantalla, aunque también es justo decir que la actriz nos deja una interpretación impecable.
A Wilder no le pareció bastante con eso y plagó la película de viejas glorias, para hacer más palpable, aún quiza, ese halo mezcla de nostalgia y tristeza. Figuras como: el considerado director maldito de Hollywood Von Stroheim (en el papel de mayordomo), o Cecil B. DeMille, Buster Keaton o Hedda Hopper (actriz de cine mudo que acabó como precursora allá por los años 40 de la "prensa rosa" tan masificada hoy en día), que hacen cameos representándose a ellos mismos.
o0_oscar_0o
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