Líbranos del mal

Increíblemente pesada y tediosa, pero de alguna manera agradecí una estructura muy diferente al 90 % de películas de terror que vemos en cartelera. Líbranos del Mal es como Seven (mal hecha) mezclada con cualquiera de las películas de posesiones y exorcismos. Eric Bana rebaja su nivel interpretativo a una cinta que no acaba de despegar hasta el exorcismo final, el cual no es una maravilla pero no es el típico retuerce-cabezas. Algo es algo.

Scott Derrickson no sabe de donde viene, pero tampoco sabe a dónde ir. En ese viaje se lleva por delante al espectador otorgándole una pseudo-trama obsesionada con aportar suspense y profundidad a una película que, como siempre, no es más que una excusa para llevarnos hasta los artificios finales donde todo acaba. El problema es que se pasa de lejos de duración, y la recompensa final no merece la pena.

Una más que ya he empezado a olvidar.

Por motivos qie se me escapan, los grandes estudios siguen pensando que el género de exorcistas está de moda. Aunque quede muy manido y muy gafapastoide, todo lo (interesante) que se podía hacer ya se hizo en la película de William Friedkin, por dos motivos fundamentales: es una sucesión de escenas memorables que agotan el material de partida y, sobre todo, el estilo es clásico, sobrio, y no recurre a ningún truco sucio. Por ello este producto es burdo y torpe, porque es incapaz de provocar en el espectador nada que no sean espasmos involuntarios ante los mediocres sustos, o una contínua sensación de incomodidad visual. Porque si hay algo que define a esta película, amigos, es que no se ve un carajo, y esto siempre es un recurso de mal cineasta. Eric Bana hace lo que puede con su papel de agente de la ley de New York con dotes extraordinarias, y el metraje se nos va en intentar conciliar la típica historia de movidas policiales chungas, la atmósfera de Seven y (repito), todos y cada uno de los tópicos de endemoniados que ya vimos en El exorcista. Para completar el aforo de despropósitos, se introduce a un Jesuita con aire de macarra de discoteca para que apoye al pobre Eric Bana en sus cuitas. En definitiva, producto que no sabe muy bien a lo que juega y que por tanto no remata ni la trama policial ni la sobrenatural.

Sólo por el hecho de la grata sorpresa que nos dio Scott Derrickson a los amantes del cine de terror con "Sinister", "Líbranos del mal" parecía merecer una oportunidad, por más que su trailer y sus primeras impresiones te impulsaran a marchar en otra dirección. Por desgracia, el verla confirma que seguir ese impulso quizá hubiera sido la mejor opción.

No eligió mal actor para el papel protagonista (Eric Bana) y en lo técnico se le pueden apreciar virtudes, incluso resaltar alguna escena puntual, pero todo ello simplemente sirve para salvarla de un suspenso mayor. La película desde el primer minuto divaga torpemente, con una presentación de los personajes y la premisa que te deja más perdido (no por complejidad, sino por torpeza) que si no lo hubiera hecho. La cinta más que una historia mínimamente original o disfrutable, ofrece más un juego de "a qué obra anterior te recuerda esto" con una torpe mezcla de películas de detectives investigando asesinos en serie y exorcismos / posesiones sobrenaturales. Algún cliché de se dejará en el camino pero no muchos. No haré una lista por si alguien aún leyendo estas líneas tiene ganas de verla pero mi favorito que mezcla ambas cosas es el padre de familia que se distancia de los suyos, que además tiene algún trauma del pasado y que para rematar hace tiempo que no pasa los domingos por la iglesia ni se confiesa y no hay mejor señal divina para hacerlo que una dosis de demonios.

Además de pasearnos por tópicos de los dos estilos de films sin tener claro en cual se queda o encontrar un "mix" convincente, no sabe conseguir un clímax (sea exorcista, de acción o de tensión) final, que aunque es el mejor tramo de la cinta (no es difícil), resulta apresurado. Y hablando de cosas forzadas, la inmersión de la música de The Doors parece más un patrocinio metido con calzador que parte de la BSO o menos aún, como a ratos parece pretender, un elemento argumental. Sumado a algún momento musical que da vergüenza ajena, son cosas que suman al sabor decepcionante que queda tras el visionado, que no resulta una tortura pero si muy prescindible.

Nota: 3'7

El cine de terror es una de los géneros que más me gustan porque cuando se hace bien son capaces de dejar imágenes y momentos grabados a fuego en nuestra memoria por eso cuando llegan películas de este género a la cartelera mi “sentido cinéfilo” se dispara y esta de “Líbranos del mal” tenía bastantes cosas que a priori llamaban mi atención.

La primera de ellas era el hecho de tener a Jerry Bruckheimer detrás algo que aseguraba que la película tendría un estilo visual muy cuidado, la segunda era el estar basada en una recopilación de hechos reales ocurridos a un sargento de la policía de Nueva York y a un cura muy particular del Bronx (personaje salido de la unión de dos personajes reales que participaron en los hechos) y por ultimo una unión de actores que me atraía.

Y efectivamente la película tiene una ambientación muy cuidada y oscura mostrándonos una ciudad de Nueva York y en particular del Bronx muy oscura y tétrica en la que muchas de las escenas ocurren con lluvia y en la que se van encadenando unos hechos que conforme la película avanza nos daremos cuenta que todos están relacionados entre si, y esto va creando un clima de tensión que va aumentando progresivamente hasta el clímax final y esto lo hace muy bien el problema es que lo consigue por medio de recursos que ya hemos visto mil veces en anteriores películas, las risas de niños de fondo, las imágenes terroríficas que salen de pronto, los ruidos estridentes o inexplicables por todos lados , etc… algo que a estas alturas ya no sorprende pero no nos equivoquemos no por ser recursos muy utilizados no consiguen su objetivo de retorcernos en la butuca y de hacernos saltar alguna que otra vez.

La música también tiene un hueco importante sobre todo la canción de The Doors “people are stranger” que suena en numerosas ocasiones y los actores están bien en especial Sean Harris que aunque su aparición sea escasa consigue destacar entre unos notables Eric Bana y Edgar Ramirez.

Por lo que esta “Líbranos del mal” no pasara a la historia por mostrar nada nuevo ni destacar especialmente en el género peros sí que por lo menos consigue su objetivo de hacernos pasar un “incómodo” momento en la sala y nos deja algunas escenas destacables sobre todo en su parte final.

Ciertamente es una película más, en la que se mezclan varios conceptos, posiblemente ya explotados hasta la saciedad, pero el ritmo de la película es ágil y mantiene la atención de principio a fin. Mezcla varios casos, que poco a poco, se relacionan todos en uno mismo y yo la verdad, es que he pasado un buen rato.

La recomiendo para todos aquellos que busquen pasar una tarde con algo de intriga, con más de un susto, pero ciertamente sin esperar encontrar la mejor película del género, simplemente es una película más, pero mejor contada que muchas otras que aparecen en cartelera.