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La llegada

Ciencia ficción. Drama Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre... Adaptación del relato ... [+]
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Críticas 498
Críticas ordenadas por utilidad
23 de noviembre de 2016
37 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película de ciencia ficción introspectiva que pretende reflejar la idea del relato corto de Ted Chiang dentro de su libro "La historia de tu vida" que se compone de ocho relatos cortos. Denis Villeneuve escoge el relato de la llegada de extraterrestres y cómo es el primer contacto y su manera de vivir la dimensión temporal que es lo que más influye y dificulta su comunicación con los terrícolas.

Aunque "Contact" de Robert Zemeckis tiene un tema parecido, en el caso de "Contact" la llegada es de un mensaje extraterrestre, aquí el contacto es directo, y la resolución en la manera de explicarlo es completamente diferente, alejándose totalmente en parecido con "Contact" que es más lineal y asequible para todos los espectadores y creando una película de ciencia ficción diferente del uso ordinario de cualquiera otra del género. No ocurre lo mismo con "Arrival" que puede no ser comprendida en una primera visión o puede ser mal interpretada ya que explica una teoría real que existe pero que no es fácil de explicar y que se resume en que la adquisión completa de un nuevo lenguaje, es decir, con una inmersión linguística completa, promueve cambios en las conexiones neuronales de nuestro cerebro y por lo tanto cambia nuestra percepción de las cosas.

Dejando a un lado la buena dirección, magnífica interpretación de Amy Adams, excelente banda sonora de Jóhann Jóhannsson que impacta en determinados momentos ante la presencia de los extraterrestres, la delicada fotografía de Bradford Young y el buen guión de Eric Heisserer, me interesa explicar la película tal como yo la veo intentando esclarecerla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mariano Bayona Estradera
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20 de noviembre de 2016
87 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo peor no es intentar copiar a un genio. No. Lo peor es intentar copiar a un tarugo. Porque si eres razonablemente bueno, si copias a un genio puedes llegar a ser aceptable. Pero si copias a un tarugo, por muy bien que lo hagas, no vas a llegar a nada. Digo todo esto, porque Villeneuve tenía que haber ido directamente a la fuente, y no a los afluentes: si copias a Kubrick, igual puedes hacer algo aceptable -sin llegar a la genialidad del maestro, claro-. Pero si copias a Malick -uno de los más inexplicablemente sobrevalorados directores en la historia del cine, adalid de la pedantería más insulsa...-, entonces el batacazo está asegurado, que es precisamente lo que le ha pasado con esta película.

Salvando a la que es para mí, la más grande película en la historia del cine, esto es, "2001, una odisea del espacio", la ciencia ficción metafísica no ha solido llegar a buen puerto cuando se ha intentado, incluyendo el "Interestellar" de Nolan, otro fallido -aunque no chirriante- film que rezumaba pedantería y pretenciosidad a ratos. Pero lo de "La llegada", ha sido de traca. Mejor dicho, de mascletá. Más que nada porque ha hecho justo lo que no se debe hacer en una película de ciencia ficción, a saber: A) no plantear las "reglas" para hacer creíble un relato; B) no seguir una relativa coherencia con la historia; y lo que es peor C) engañar al espectador. Así como suena. Se meten en tantos berenjenales, que al final te sientes totalmente engañado por un relato que se retuerce para intentar "quedar bien" con la intención final de la historia.

Sí, el planteamiento es de lo más sugerente (aunque lo hayamos visto muchas veces): 12 naves extraterrestres aparecen en la tierra y el gobierno de los Estados Unidos (¡cómo no!) pide ayuda a una gran lingüista para desentrañar el mensaje lanzado por los alienígenas, mientras que las restantes 11 naves -desperdigadas por 11 lugares diferentes, desde China a Venezuela- intentan ser comprendidas por los 11 países restantes -y algunos de manera más beligerante y militar, como Rusia, China, (¡cómo no!) etc. También son sugerentes los recursos visuales, e incluso los propios extraterrestres (aunque a estas alturas ya estemos curados de espanto, de tantos y tantos que hemos visto...).
Pero pronto este titubeante, aunque prometedor inicio empieza a desensamblarse, a derrumbarse como un castillo de naipes. Y lo que es peor, timando al espectador con un trile bastante chapucero, de los que se cogen a la primera de cambio. Eso es precisamente lo que más me indignó de toda la película. Incluso más que las pretenciosas y empalagosas imágenes metidas con calzador al estilo Malick (qué daño ha hecho este hombre a la historia del cine, madre del amor hermoso...) simplemente "porque quedan muy bonitas". Por cierto, que la banda sonora de Jóhannsson no solo me parece nada efectiva para la película, sino incluso totalmente ridícula en varias ocasiones.

Es una verdadera lástima que la intención y filigranas narrativas de "La historia de tu vida" de Ted Chiang, brillante relato literario en el que se basa esta película, no estén correctamente encajadas en esta decepcionante película, por mucho que el autor literario haya participado en el guión -experimento éste que no suele funcionar nada bien, ya que un escritor no suele conocer los mecanismos y el lenguaje audiovisual, que no suele coincidir normalmente con los de los libros, y la ayuda de Eric Heisserer (por otra parte, un guionista mediocre...) no ha sido precisamente lucida-. Aunque el cine te de la capacidad para jugar con el tiempo y puedas rescribirlo, hay que conocer muy, muy bien todos los resortes y ajustarse a ellos para no terminar desconcertando al espectador. A bote pronto recuerdo filmes como "Primer" o "Memento" o "Código Fuente", donde ése manejo está bien articulado. Pero lo que no se puede es intentar vender una historia, y luego dar otra (y no sigo a riesgo de hacer spoiler, algo que me tengo prohibido hacer en mis críticas desde hace muchos años).

Las esforzadas interpretaciones de Amy Adams, como siempre encantadora, y sobre todo de Jeremy Renner -un crack donde los haya- no son suficientes para dinamizar esta historia que va paulatinamente palideciendo en un desarrollo bastante lento y pesado para desembocar en una completa decepción, una engañifa barata para salvar los muebles. Tiemblo al pensar que el individuo que ha dirigido este film sea precisamente el que vaya a hacer la nueva versión de "Blade Runner", por mucho que estén implicados Harrison Ford y Ridley Scott. Esperemos que por lo menos no se acuerde de Malick...
Federico_Casado
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19 de noviembre de 2016
42 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más importantes del presente año sin duda es “La llegada”. También pronostico que, a pesar de ser de las más interesantes y logradas, será una de las que mayores decepciones podrá provocar entre el público, sobre todo en el sector más afín al cine comercial, deseoso de ver explosiones a granel, rayos láser que revienten a humanos o a alienígenas, argumento simple de seguir y ritmo frenético, aunque no viniese a cuento, mucho p´allá y p´acá, que es lo que se lleva y se espera en esta clase de productos.
Pero es que “La llegada” no es un producto, no es la típica producción palomitera, aunque así nos la estén vendiendo. Aunque se enmarque dentro del género de la ciencia- ficción y su presupuesto roce los cincuenta millones de dólares (que tampoco es tanto para lo que se están gastando en otros vacuos fuegos de artificio), es un film muy adulto, cocinado fuera de los parámetros “hollywoodienses”, quizás ambicioso en muchos sentidos, pero de gran valentía y originalidad. Sus logros, a muchos niveles, son evidentes.
Los primeros minutos puede que desconcierten al espectador con respecto a la historia que luego se nos irá contando, aunque luego se le encontrará su sentido. Denis Villeneuve, entre otros propósitos, pretende demostrar, o mejor dicho, hacernos entender, una verdad como un templo y que la cual aún, a nuestra sociedad, no le ha entrado en la mollera: que el tiempo no es una medida lineal. Dicho lo cual, la opción que Villeneuve toma es la de hacer un cine reflexivo, cercano al cine de Kubrick, Spielberg, Zemeckis o a la poética de Terrence Malick, pero despegado de la espectacularidad y del fervor popular de Cuarón, lejano del cine de Nolan y, a años luz de cualquier título de la saga de “La guerra de las galaxias”.
Para ello se apoya en un trabajo estupendo de la fotografía, que no está para deslumbrar, con más sombras que luces, muy sugerente, con espectaculares (y contados, para no saturar) efectos visuales o de sonido, y una maravillosa banda sonora, que incluye alguna composición de Dvorak, por ejemplo, pero cuyo trabajo original es, aparte de acertado muy inspirador. Sus actores están todos muy bien, en especial Amy Adams, cada día más hecha como actriz. Si este año de nuevo no es nominada por este espléndido trabajo quizás lo hagan por el film de Tom Ford, pero su trabajo es profundamente emotivo. Su Louise me ha cautivado y eso que ha sido enfocado desde la más honda contención.
Y todo ello tiene como base una excelente dirección de Villeneuve y un gran guión, que esconde una leve “trampa” para salirse con la suya, más que para dar la posible sorpresa, pero que ha sabido articular con humanidad y con destreza el difícil empeño de sus mensajes, que apasionará a los buenos aficionados al cine y a la cultura, y sobre todo a astrofísicos, físicos y lingüistas, o al menos eso creo, ya que yo nada tengo que ver con ellos.
Hay quien la acusa de un final demasiado empalagoso. Falsa estupidez. Su final, además de ser coherente tiene la capacidad de mover lo más profundo de nuestro ser, como en su momento, y volvemos a citarlos, ya hicieron Kubrick o Spielberg, saber transmitirnos muchos conceptos tan difíciles que son para nuestra comprensión y a asumirlos con tacto, humanidad y revestidos hasta de una hermosa poética. Ojalá que este comentario no condicione a los posibles lectores que, a su vez, serían posibles espectadores. Lo mejor en estos casos es asistir a su proyección sin expectativas, solo con la confianza de que es un film de calidad y que dependerá exclusivamente de nosotros si queremos o no dejarnos seducir por él.
Maggie Smee
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17 de octubre de 2016
58 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionado y engañado quedé después de ver "La Llegada" (Arrival) en el pasado festival de Sitges. Me vendieron una buena peli de ciencia ficción y me encontré con un dramón que encima no me tocó la fibra sensible. Un amigo me comentó que habías de ser madre/padre para que te llegara. También que para los apasionados de las lenguas es un maravilla de film. Pero claro, yo de ciencias y sin hijos pues me sentí engañado.

La palabra que mas se repite al leer las críticas es una película "inteligente". ¿Soy el único que piensa que el directo nos da todo super mascado y sobreexplicado y que las revelaciones del final de la película hace una hora que ya las conocíamos? Da por hecho que el espectador no sabe sacar conclusiones y sumar dos más dos.

Resto de crítica en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ohtar
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8 de marzo de 2017
41 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no la he entendido, aunque sería más adecuado decir que no me la he creido, he tenido que recurrir a la crítica más valorada y en ella me he encontrado con la siguiente frase: "Los humanos somos incapaces de participar de la dimensión tiempo". Literal. Nacemos, crecemos, si tenemos suerte envejecemos y, al final, nos morimos. Pero, mira tú por donde, somos "incapaces de participar en la dimensión tiempo". Acabáramos. ¿O empezáramos?.
Hasta los palíndromos tienen un principio y un fin. Y si la tesis de la película fuese cierta, seríamos omniscientes porque seríamos capaces de percibir no un "antes" y un "después", sino todo al mismo tiempo. Yo, en mi simpleza, concibo el tiempo linealmente, como una sucesión de acontecimientos, uno después de otro. Sólo en las narraciones se puede alterar este flujo continuo. En el cine, en concreto, con la introducción de flashbacks y flashforwards. Y esta película hace trampas desde el principio introduciendo lo que percibimos como flashbacks y que más tarde (después, por si no está claro), nos enteramos que son flashforwards. Otra de mis limitaciones con la percepción del tiempo es que lo percibo como "duración", es decir, que si me divierto se me pasa volando y, si me aburro, se me hace eterno, como ha sido el caso. En fin, que no puedo asegurar que el tiempo sea una dimensión simultánea o reversible, pero sí estoy en condiciones de decir que me parece elástica (o relativa), aunque casi dos horas son siempre casi dos horas. Tampoco contribuye gran cosa el aspecto plomizo que domina toda la película.
La contundente afirmación que encabeza esta crítica no viene dada porque sea incapaz de entender películas tan valoradas por los usuarios de esta web como la que nos ocupa, u "Origen" o "Interstellar"(la cual deje a medias), que, en mi limitada percepción, me parecen auténticos camelos hinchados de pretenciosidad, sino porque la crítica que publiqué de "Enemies" la titulé "Sr. Villeneuve, esta ha sido su última oportunidad" y, sin embargo, me ví "Sicario", que me pareció incluso apreciable, y esta otra, que tan bien como "La llegada" podría haberse titulado "La par(t)ida". Además de idiota, contumaz.
iñaki
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