Atrapado en el tiempo

Pues romperé una lanza a favor tanto de Bill Murray como de Andie MacDowell. Resulta increíble lo infravaloradamente que se someten a juicio las carreras de ambos intérpretes, sobre todo en lo que a él respecta. Es un actorazo. No responde a los prototipos, ¿de quién? ¿ha estado encasillado en papeles cómicos y/o de serie secundaria durante tiempo? ¿Y qué? Su interpretación en, para mí, “El Día de la Marmota” lo resarce con creces.

Probablemente sea un caso atípico en el que el tiempo y la cordura ofrezcan al film de Ramis su justiprecio, como si tratase de una expropiación forzosa por parte de unos críticos cegados y gilipollas a otros, esos mismos que en su día no supieron valorar la película de referencia como se lo merece de lleno: una genialidad, barata y por eso desprestigiada.

Está llena de sorpresas, es un vaivén de ocasiones múltiples en los que jugamos con él (Murray) al azar, a la vida, al arrepentimiento y a la superación; un azar con el que todos fantaseamos, ese... ¡ojalá! hasta el momento en que pueda convertirse en la peor de tus pesadillas: RUTINA. ¿Habrá algo más triste?

No es una comedia y sin embargo puedes reír y reír, al lastre de una situación amarga y solitaria. ¿No veis que Murray sufre y sufre sólo y abandonado durante todo el 2 de febrero eterno?

De esa situación sumamente amarga, en clave de comedia (no hay más que ver sus caretos de hastío), la rutina maldita evidencia que su/tu vida ha de ser replanteada por cojones.

Y si no es porque tú ni te enteras, sea entonces porque a la marmota se le antoja jugar contigo e involucrarte en su mundo reiterado, malgastado: criando hongos en el sofá, quejándose de uno mismo, apestándose y lastimeramente lamentándose de la vida que nos toca en suerte seguir o... ¿quizás cambiar?

¡La marmota es genial! Ojalá fuésemos más animales, no en sentido peyorativo que lo peyorativo es ser humanos.

Esta película nos ofrece disfrutar del atemporal día de la marmota hasta despertar, como Murray, a la magnífica vida.

Y acabo. Yo en su caso, no cambiaría la canción al despertarme, “I got you baby” (GENIAL) de Bob Dylan, por mucho que me despabilasen del comatoso estado en el que vivimos todos. Imagínate que te dicen que el chico de Minnesotta te va a canturrear durante el eterno retorno! Jaajajajaa. Puestos a pedir, elegid la canción que os despierte todas las mañanas a las 6:00. Yo me quedo con Bill y con Dylan. Otro acierto grandísimo de una historia que nos recomienda a todos: tómate tu tiempo con tal de salir adelante y campante.

Me encanta. Vedla.

Esas cosas que pasan a veces.. una peli que pasó sin pena ni gloria cuando se estrenó, que luego fue recomendada por el boca a boca, principalmente en VHS, y que ahora, muchos años despues es casi una comedia de culto, que hasta se la cita en círculos mas intelectuales. No hay que creer que tiene un humor rebuscado y dificil de digerir.. para nada. Es una comedia llena de gags brillantes y directos (nada chabacana ni guarra como los últimos "éxitos" del cine americano) pero con un eje argumental bastante delirante: qué pasaría si te quedas "atascado" en el mismo día de tu vida, y no puedes hacer nada para salir de allí? Nadie mejor que ese genio de Bill Murray para interpretar este pronosticador del tiempo de un noticiario de TV, un tipo pagado de sí mismo, amargado, intratable, que debe tratar de salir de ese bache en el tiempo... o aprender a soportarlo. Y todo en un pueblito minúsculo de la campaña. Pero hay algo a favor: la compañía de Andie Mc Dowell, una compañera de trabajo, la productora de esa sección del programa. Imposible no pasarla bien con esta película. Para mí la mejor comedia que ha parido Hollywood.

Suena el despertador, el mismo timbre cada día. Y tú, que estabas tan a gusto, te levantas de la camita para arreglarte a toda prisa y no perder el autobús que te lleva, como cada día, a la misma hora, al mismo sitio, donde ves a la misma gente y haces las mismas cosas. Y después de tu jornada laboral (o estudiantil, o lo que sea) te haces el mismo camino inverso para llegar a tu domicilio, el de todos los días, a hacer las cosas que haces siempre antes de acostarte y así dejarlo todo dispuesto para el día siguiente. Entonces… suena el despertador, y tú, que estabas tan a gusto, te levantas de la camita para arreglarte a toda prisa y no perder el autobús que te lleva, como cada día, a la misma hora, al mismo sitio, donde ves a la misma gente y haces las mismas cosas… Y así, cada día. Hoy qué es ¿martes?... ¿miércoles?....

¿Quién no está atrapado en el tiempo?

Es posible que esta rutina inmunda te llegue a desesperar, e incluso te plantees el auto-homicidio. Pero, qué duda cabe, el paso de los años, por rutinarios que sean, te aportan cierta experiencia y sabiduría. ¿Por qué no enfocar ese aprendizaje, tan inherente a la circunstancia respiratoria, a desarrollar todo nuestro potencial? Saldríamos ganando, tanto nosotros como los que nos conocen.

El cine, a veces, puede ser didáctico e inspirador sin perder su esencia más innata, la de entretener al espectador.

Esta puede que sea la única comedia moderna que recuerda al cine de Capra, pero sin abastecerse de una ñoñez irritante. Todo un milagro.

Dinámica, simpática e inteligente película cómica con elementos imaginarios y sobrenaturales. (fantástica comedia fantástica)

Película simple, franca y detallista que evoca mucho más de lo que pudiera aparentar, ya que bajo su notable sentido del ritmo y el dominio total del género cómico en que se encuadra, se esconden lecciones de vida tan universales como aprovechables. Es, básicamente, una pequeña joya ideal para esos días extraños en los que el sinsentido se empeña en jodernos la existencia. Es filosofía al alcance de todos y cada uno de nosotros, sin recovecos engañosos ni puntos negros en su guión complejo a pesar de su fácil digestión... Es magia, joder. Una simbiosis perfecta entre espectador, personajes y aconteceres.

Así, conforme nuestro sufrido Bill Murray, perfecto en su papel, va sufriendo en sus carnes lo absurdo y monótono de un día sin fin, vamos viendo diversas transformaciones en su personaje, etapas para todos reconocibles, y cómo poco a poco va calando en él cierta idea de lo propio y lo impropio, lo esencial y lo innecesario, lo hermoso y lo plástico... Va madurando en pos de un Yo mejor persona, y en el momento que finalmente se enamora nosotros también lo hacemos: nos enamoramos de la bellísima Andie Macdowell y de la propia historia.

Y bueno, ya se sabe, en contadas ocasiones ocurre que, de forma inesperada, el amor rompe las barreras del tiempo, y éste deja de ser la pesada carga que marca los días que restan de vida, para ser simple y llanamente el hábitat natural de los sentimientos más puros y eternos. Aquellos que dan sentido a la existencia.

Probablemente la mejor comedia del cine contemporáneo, o al menos la más divertida y la de mejor argumento. Fui de los que tardó en verla, por culpa del lamentable trailer con la que la estupidez de los distribuidores y de quien se encargue de realizar los trailers nos “obsequió”, intentando vendernos una película inteligente (eso no podía ser), como una típica tontería descerebrada para atiborrarse de palomitas en el cine sin pensar lo más mínimo.

Pero cuando finalmente la vi, intrigado por las buenas críticas recibidas de gente poco sospechosa de mal gusto o poco criterio cinematográfico, pude comprobar lo dicho; una película divertidísima, con un actor cómico en estado de gracia, y con un argumento genial, originalísimo y lleno de posibilidades, y que sólo tiene el defecto de no quedar cerrada brillantemente, con algún giro final o alguna gran idea. Simplemente se conforma con un final algo convencional y previsible, y ese es su único problema.