Náufrago

Mal lo tuvo que pasar más de un cliente de FEDEX al no recibir sus pertenencias (unos patines, un traje algo hortera, algún balón de volley, etc.) en la vida.

Como sea, esta peli me caló hondo. Muchísimo, quizá. La interpretación de Hanks no se llevó el Óscar porque las malas lenguas se lo habían otorgado previamente a un simplemente correcto Crowe y porque llevaba otros dos en la misma década (¡y encima consecutivos!).

Me pongo a pensar y no me viene a la cabeza ningún otro actor que sea capaz de estar 120 minutos en pantalla, apenas sin hablar y sin parecer cargante y/o aburrido. Este señor no fue sólo capaz de hacerlo, si no con matrícula. Fantástico, Tom.

La cinta está dividida en varios fragmentos:

1.- Sé quien soy y tengo el control.

2.- No tengo el control y dudo de quien soy.

3.- Cambio en las preferencias materiales

4.- Golpe emocional.

5.- Volver a empezar.

Quien la ha visto, entenderá los aspectos que, a grosso modo, he intentado discernir (no seré más explícito en ellos por aquellos que aún no la han visto).
Si bien no es una obra maestra, cuenta con un mensaje que no cae en lo fácil y que, al menos a mí, me hizo pensar y cuestionarme cosas.

Desde los segmentos 3 al 5 de la película, la garganta se me empezó a anudar, siendo el reencuentro con Hunt de los más cargados de química y capacidad para emocionar que he visto jamás. He de reconocer que con la última media hora de la peli he llorado las tres veces que la he visto. Recomendada.

Mucho antes de que conociéramos a Wilson, mucho antes de que se hiciera mundialmente famoso el concepto de "amigo imaginario", servidor de ustedes ya conversaba con su balón (el de Naranjito) y, por qué no decirlo, también de vez en cuando teníamos nuestras broncas; terribles broncas que, no es por presumir, siempre ganaba yo. A lo que iba: este PELICULÓN me enseñó que, con un poco de imaginación, nadie está solo en este mundo; sólo hace falta pintar una sonrisa en la pared y esperar a que Paulo Coelho aparezca por la puerta y te dé un abrazo.

Tengo también que decir que esta película supuso mi reconciliación con Tom Hanks, un actor que jamás me hizo la más mínima gracia (ya que se parece un montón a un cuñado mío, también imaginario) y que en este "Náufrago" está portentoso.

Un 10. Bravo.

A mi juicio es la mejor película de Robert Zemeckis, muy superior a ese panfleto titulado "Forrest Gump" aunque esta historia de amor es peor que aquella, y recuperando el pulso que nadie le recordaba desde su clásico "Regreso al futuro".

Por ser breve destacaría varias cosas como una fotografía cuasiperfecta, los maravillosos exteriores en las localizaciones algo cada vez más difícil de encontrar en el cine contemporáneo. Un par de aportaciones de Zemeckis con la cámara que es de agradecer, un buen rodaje del accidente aéreo que no es nada fácil. Y como no, la idea de Wilson, bastante brillante.
Pero sobre todo un Tom Hanks en estado de gracia, ya que esta película sin él no sería la misma. No cabe duda que estamos ante uno de los tres mejores actores norteamericanos vivos del cine comercial.
En contraposición tenemos a Helent Hunt que está igual de histriónica que siempre, lo hace mejor con Nicholson donde así pasan más desapercibidos sus caretos a lo Ally McBeal.
El guión es flojo sin duda aunque es digno de aplauso que presenten un personaje que es más un antihéroe, rehuyendo en todo momento los fastos de su vuelta y buscando la soledad y a su amor. También que el final no sea un happy end total es destacable.
En definitiva una buena película no suficientemente valorada en Europa porque se ha perdido el gusto por el sentido escénico y teatral que tuvo el cine. La gente quiere acción y cámara nerviosa. Como para ver "Cinco horas con Mario" de Miguel Delibes.

PD: ¿El tema de la publicidad? En "Blade Runner" salen un montón de marcas y a la gente parece no importarle. ¡Qué poca objetividad!

Nota: 7,7.

Muy buena película. No alcanza el nivel de un peliculón pero sin duda es una buena película, entretenida, bien dirigida y con una preparación minuciosa y muy cuidada.

Pero a parte de la excelente dirección de Robert Zemeckis es inevitable hablar de uno de los mejores actores de nuestros días. El señor Hanks se ha superado a sí mismo una vez más.
No sólo ha demostrado que es capaz de realizar uno de los papeles más complejos que se han planteado en los últimos años del cine, sino que ha demostrado ser el único actor capaz de encargarse de un film entero.
No es que haga un buen papel, sino que es el único actor que aparece en el 80% de la película, y consigue hacerla entretenida. En ningún momento pierde la credibilidad de su actuación ni hace que nosotros perdamos el interés por la película.
Actuación estelar que merecía el Oscar en el año 2000 sin ninguna duda.

Dejando a un lado esta maravillosa actuación, la película en sí misma es entretenida y está muy cuidada. El personaje de Wilson es una de las mejores invenciones en el cine desde hace mucho. Nunca antes una pelota había sido el coprotagonista de un film.

En fin, la película me entretuvo, me gustó y me arrancó alguna lágrima al final.
Muy buena, sí señor. Sin duda alguna la recomiendo para una tarde de sábado.

Hanks es obsesivo, meticuloso, ordenado. Posee un concepto muy rígido en cuanto al empleo efectivo del tiempo y reparte entregas varias mediante una marca norteamericana que seguramente promovió esta peli. En el medio se produce un accidente, el naufraga y queda varado en una isla desierta a la espera de una muerte segura...

Náufrago hipnotiza, pero no lo hace desde un arranque porque a esta obra le cuesta arrancar. Estan bien desarrollados todos los elementos simbólicos que se van a manejar, lo que sucede es que el ritmo de la narración antes y después de la isla cae en un abismo que se pretende sugestivo, reflexivo pero que peca de pesado en demasía. Hanks encara este unipersonal de manera cuasi perfecta, se desespera ante su presente y no obstante mantiene esa calma parsimoniosa de las personalidades que se caracterizan por ser racionalistas.

A esta obra la puntué con un nueve y solo marqué errores. Vamos con las, enormes, virtudes: Wilson, ya saben todos porqué; el concepto filosófico en clave lírica que se maneja en la peli no es común y esta muy bien desarrollado, ese final es antológico; el espacio de pausa que si bien muchas veces le actua en contra resulta de un intento notable y bienvenido por parte del autor para que interactuemos en su producto.

Muchos han comparado con mala intención a esta obra con la de Robinson Crusoe: la idea es casi idéntica, pero la dirección, lo que se pretende demostrar es completamente distinto. El mundo de Crusoe no se puede comparar con esa sensación de desarraigo, de tristeza infinita y metafísica en la que se ve envuelto Hanks; en donde la pérdida de una pelota implica la mutilación de un afecto tan estéril como necesario, en donde la imagen de el llorando en el medio del océano dispara en nosotros sentimientos preciosos y universales.