Miamor perdido

Una pareja de jóvenes enamorados e ilusionados, decide avanzar en su relación, adoptando a un gato callejero, con el que pondrán patas arriba, todo lo establecido.

La película tiene un comienzo prometedor y simpático, pero a medida que avanza su desarrollo, cae en algo previsible y reiterativo que no tiene gracia y termina por saturar y agotar la paciencia del espectador.

Los chistes y muecas de Dani Rovira, no llegan a tener el efecto esperado en una comedia. Se nota que le quiere poner ganas y entusiasmo, pero lo cierto es que se hace pesado para el público y hasta para su compañera de reparto, Michelle Jenner.

La personalidad y la relación de los personajes protagonistas, queda presentada con claridad y su evolución, no llega a sorprender, ni a resultar entretenida.

Miamor perdido, queda como una insulsa y mediocre comedia española que juega con los tópicos habituales del género, perdiendo gracia y sentido en cada movimiento gatuno.

Una típica y clásica comedia romántica sin muchas complicaciones ni pretensiones, una historia cliché sencilla, con el acostumbrado estereotipo del personaje protagonizado por Dani Rovira.

Yo entiendo que uno sabe que cuando va a ver una película de Dani Rovira de entrada esta consiente de que no va a ver la súper joya cinematográfica española; el filme es entretenido y palomero, el humor funciona por momentos, aunque en partes es muy predecible... pero aún así es más de lo mismo y no aporta nada nuevo.

En cuanto a Dani Rovira puede ser que no sea el mejor actor o comediante de España, pero el hombre tiene carisma, encanto natural y simplemente llena la pantalla con su presencia.

El planteamiento era interesante y, como en los matrimonios sin rumbo, no sabiendo adónde llevarlo, la parejita de guionistas optó por salvar la idea derivando la atención hacia una mascota que terminó arruinándola. Puede que a los niños entretenga, pero la engañifa no cuela. Lo mejor, una vez más, la espléndida actuación de Michelle Jenner, junto con algunas reflexiones. Lo peor, las chiquilladas.

Me caen bien los protagonistas y el director es el autor más que sobresaliente de "El otro lado de la cama", pero mi Conjunta y yo nos sentamos ante la pantalla del televisor ayer y el más flojo de los comienzos que habíamos visto en décadas se convirtió a los diez minutos en el bodrio más indigesto que veíamos desde hace muchos años. Total, que solo vimos el cuarto de hora de cortesía que le dimos antes de "emigrar" a "De repente el último verano", aprovechando que habíamos estado en Begur unos días tras levantarse el arresto domiciliario a que nos había sometido el (des)gobierno de snchz, y queríamos "reconocer" rincones y ver cómo trataban los guionistas a ese "pueblo primitivo" que era para ellos España (que no Cataluña, por supuesto). Una lástima. Soy un degustador nato del mejor cine español, pero confieso que ayer la vergüenza ajena pudo conmigo: ¡qué triste me pareció ver a dos actores totalmente "desquimicados" haciendo el ridículo ante las cámaras! En fin. Paciencia. Incluso Martínez Lázaro rodará, dentro de poco, algo digno de él.

El buen oficio de Emilio Martínez Lázaro salva del desastre esta historia ligera que, en esencia, es una pura tontería, pero que contiene momentos (pocos) de cierta elegancia en la mejor tradición de la comedia española.
Lástima que el resultado sea tan irregular y las emociones y la magia brillen por su ausencia; probablemente, por culpa de un mal guion insustancial, insípido.
A ratos entretenida, a ratos aburrida; casi siempre olvidable.