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El empleo del tiempo

Drama Vincent se queda sin empleo, pero no tiene valor para contárselo a su familia y amigos, por lo que decide inventarse un trabajo en las Naciones Unidas, un trabajo ficticio que le obliga a vagar sin rumbo día tras día. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
4 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si les sugiero el nombre de Jean-Claude Romand no es por asociarles con nadie en especial en concreto. Solamente si nos adentramos en la personalidad de un Don Nadie cuyo único éxito, por así decirlo profesional, fue llenar las páginas de los periódicos por el hecho de haber ocultado durante casi veinte años la triste situación de que se recreaba en sus propias mentiras. Partiendo de ésta base en mente os vendrán películas tan sugerentes como la francesa “El Adversario” (L´Adversaire, 2002) de Nicole Garcia, “La Vida de Nadie” (2002) de Eduard Cortés y éste “El Empleo del Tiempo” realizado un año antes que las dos primeras y que apuntó muy alto en la carrera del reaccionario como tremendamente realista Laurent Cantet, autor de obras tan primordiales como “Recursos Humanos” (Ressources Humaines, 1999), “Hacia el Sur” (Vers le Sud, 2005), “La Clase” (Entre les Murs, 2008) y “Foxfire” (2012).

En la sucesión de los hechos reales se descubrió que Romand no trabajaba realmente para la ONU. Al verse descubierto asesinó a su familia y fue condenado a Cadena Perpetua en una prisión de su país.

Cantet se olvida de los exabruptos y nos ofrece un retrato desencajado de la ambición del poder en el personaje representado por el actor Aurélien Recoing que encuentra en el aislamiento su refugio para alejarse del ambiente que le toca vivir: familia feliz, amigos de toda la vida encantados en ofrecerles sus inversiones pero que choca con una realidad que ni él mismo se ve capaz de afrontar.
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Natxo Borràs
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6 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muestra Cantet en su obra un especial interés por los temas laborales. Así lo hizo en "Recursos humanos", un poco anterior, y en "La clase", unos años después. Se desarrollan en esas películas, acciones relacionadas con el deber, la ética y el compromiso, aunque con un estilo alejado del realismo del típico cine político. En la que nos ocupa, se nos cuenta una historia de "no empleo", o más bien de empleo "contemplativo" del tiempo. La doble vida del personaje nos hace reflexionar sobre los valores en que se sustenta la sociedad, sobre lo productivo y la felicidad, sobre lo cotidiano y la aventura de lo imprevisto. Basada libremente en "El adversario" de Carrère, adopta otro estilo diferente a la película homónima rodada en fechas cercanas a esta. Más que centrarse en la narración de hechos, la película se detiene en la parte visual, con grandes dosis de poesía. Has recorridos por el campo, trenes que pasan, nieve, contemplación. El personaje es enigmático, introvertido, raro, pero nos lleva más a acompañarle en las esperas que a analizar su comportamiento enfermizo. El desenlace toma derroteros distintos a los de la novela y la adaptación al cine que Nicole García estrenará en 2002.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fuman2
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21 de noviembre de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
395/17(18/11/21) Sugerente film francés que va de más a menos en su retrato seco y adusto del vacío existencial de un ‘cobarde’ que se niega a aceptar el fracaso como parte del ciclo vital e inicia una huida hacia adelante en efecto bola de nieve que ytatrde o temprano terminará explotando. Dirigida por Laurent Cantet, en su segundo largometraje tras “Recursos humanos”, con guión propio junto a Robin Campillo se inspira libremente en la historia real de Jean-Claude Romand, impostor que hizo creer a sus familiares durante dos décadas que era médico, cuando no tenía trabajo alguno, aunque Cantet varía sustancialmente el final con respecto a la acontecido, historia llevada al cine más fielmente un año después en “El adversario” por Nicole Garcia , este 2002 también habría una producción española dirigida por Eduard Cortés, “la vida de Nadie”. Es un análisis de personalidad que se puede ver como una respuesta radical a la presión que nos autoimponemos en una sociedad hetero-patriarcal donde el Patriarca debe proveer de recursos a su familia, lo contrario es un fracaso y por lo que será visto como un fracasado y perdedor. Pero esto que es lo que siento durante parte de la película lo veo transformado por mor de este protagonista en algo que vira al lienzo de un tipo carente de objetivos, carente de pasiones, carente de aficiones, carente de vicios, carente de alma, simplemente es alguien huero de contenido, lo vemos vagar de una lado a otro, con su coche, por pasillos, por parkings, por restaurantes, o en el refugio de montaña que encuentra (epítome de su soledad) pero no me dice de lo que espera de la vida, y entonces ya me pierdo y no sé lo que el director me ha querido contar. Pues además este tío parece tener estudios, ha tenido un buen trabajo, y lo despiden, y que, pues a buscar otro curro, pero aquí comenzamos in media res, el tipo es un vago que prefiere deambular y crearse una vida de éxito ficticia, engañar a unos y a otros para financien su ociosidad, hasta embauca a su padre en su espiral de mentiras, sangrándole dinero. Prefiere una vida aislada del mundo, dormir en parkings, en áreas de servicio, conducir sin rumbo su auto, y en mentiras en su castillo de naipes siempre al borde derrumbarse.

Vincent (Aurélien Recoing) un hombre que goza de su satisfacción en la soledad fuera del hogar y que ha hecho creer a su familia que mantiene un trabajo que perdió hasta creer conveniente hacerles creer también que ha encontrado un nuevo empleo en Suiza como delegado de la ONU para los países subdesarrollados. Evidentemente los días y las horas de ausencia la pasa en la más absoluta de las soledades, en la carretera, estaciones de servicio y en una cabaña al pie de los Alpes. Sus seres más queridos ignoran la situación que vive pero de la que parece vivir viendo como el tiempo pasa, así sin más, aunque los engaños no tardarán en salir a la luZ.

Que no me cuenten que todos preferimos hacer lo que nos gusta y no trabajar en lo que no deseamos, pero por Dios! Qué porcentaje de la gente gana dinero haciendo lo que les gusta? Si acaso los deportistas, los artistas y los actores porno, el resto a pringar, es Ley de Vida para los que no somos ricos de cuna o no nos ha tocado la lotería. Pero es que a mí este protagonista no me refleja que al fingir una vida en realidad está haciendo lo que le gusta, solo pasa el tiempo y después más en una existencia inane, que eso sí el director lo expresa muy bien, pero llega un punto que el tedio que nos hace ver en que vive este se nos traslada al espectador (ósea, yo), y entonces continua sin ofrecerme avance alguno, no notamos la angustia vital ante la mentira asfixiando al protagonista, es un ser que aparece apático, más allá de su advenimiento de conciencia por engañar a un amigo, pero hacerlo lo mismo con el padre no pasa nada (¿?). Un ser zombi en vida muy bien exhibido por Cantet, adornados su vaivenes hacia ninguna parte por una bella música de Jocelyn Pook, con una actuación notable de Aurélien Recoing, tipo introvertido, lacónico, emitiendo patetismo, pero esto al servicio de un protagonista al que le falta ir hacia algún lado, anclado en una alienación, Cantet nos reitera y subraya esto de modo machacón hasta conseguir estancar la cinta en algo pesaroso.

Teniendo un desemboque un tanto naif, supongo habrá exégetas que le den un significado existencialista-filosófico trascendental, yo lo que veo es que me han teniendo más de dos horas en una historia que acaba de este burdo modo, me ha sido una tomadura de pelo (spoiler).

Karin Viard como la esposa da bien con el perfil de mujer un tanto inquieta por las grietas que encuentra en las historias que le cuenta su marido, para terminar en una tramo cortante donde la mesura se funden con el cariño, buena, lástima de u un tanto desorientado papel; Serge Livrozet está notable como Jean-Michael, un tipo enigmático que entra en contacto con el lado oscuro de Vincent, abriendo una sub trama que realmente, como casi todo el film no sé qué sentido tiene en esta cinta.
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TOM REGAN
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28 de febrero de 2019
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¿Por qué vivir de esta manera? Es una pregunta que uno puede hacerse al ver esta película. Una persona aparentemente cabal que huye de la realidad y se refugia en un mundo fantasioso creado por él, en una mentira perniciosa para su familia y amigos. Nos va a causar cierta intriga el desarrollo de todos los acontecimientos, aunque quizá el final defraude; un tanto flojo.
El espectador vivirá muy de cerca la cotidianidad de este personaje -estaremos los momentos de soledad en áreas de servicio o las maneras de encontrar recursos financieros para poder mantener un buen nivel de vida- en un filme inspirado en el asombroso caso de Jean Claude Romand, pero que mantiene ciertos aspectos diferenciadores; no obstante, no esperen encontrar demasiados parecidos con la vida de aquel padre de familia: si desean conocer en una línea más fidedigna el "caso Romand", vean "El Adversario" (2002) de Nicole García.
absevilla
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