Los 100 (Serie de TV)

La verdad es que después del primer capítulo, dije, no veo más, pero no sé porqué vi el segundo y, la verdad es que te acaba enganchando, poco a poco va mejorando la trama y aparecen más cosas que lo típico que me esperaba de todos fornicando con todos y el chulo de playa de turno pegando palizas.

Evidentemente, no es una serie original por su argumento, y tiene planteamientos que no tienen mucho sentido, pero para echar el rato está bien y, porqué no decirlo hay algunas chicas (y chicos en el caso femenino) que te alegran la vista un rato, como en todo este tipo de series, claro.

Me acerco a 'Los 100' con unos notables prejuicios ante lo que tiene todas las papeletas de ser un producto lleno de topicazos, sobredosis de acción y cuerpos serranos para el deleite de adolescentes con las hormonas a flor de piel. El primer capítulo confirma mis sospechas una por una. Y el segundo. Y el tercero. Y así hasta el decimotercero y último… Anda, que me he zampado la temporada entera. Y encima la he disfrutado.

Así podría resumirse mi experiencia con esta serie postapocalíptica basada en el libro homónimo (y para mí desconocido) de Kass Morgan. La premisa argumental es la que sigue: tras una catastrófica guerra nuclear cuyos radioactivos efectos imposibilitan la vida en La Tierra, unos cuantos supervivientes establecen una sociedad en un conglomerado de estaciones espaciales conocido como “el Arca”. Allí, la severa ley castiga con la pena capital cualquier delito, sea cual sea su gravedad, salvo que el criminal sea menor de edad, en cuyo caso es encarcelado. Casi un siglo después de la susodicha hecatombe nuclear, y cuando el futuro del Arca pende de un hilo por motivos técnicos, cien de estos niñatos presos son enviados como exploradores a La Tierra en un intento desesperado de verificar si el planeta presenta ya condiciones de habitabilidad.

La acción se desarrolla pues en dos tramas paralelas que tienen lugar en un Arca donde hay muy mal rollito y las conspiraciones y luchas de poder están a la orden del día, y en la superficie terrestre, en la que los jóvenes han de hacer frente a las amenazas que el hostil planeta presenta (inesperados moradores incluidos) y también a los problemas que ellos mismos se crean para no aburrirse.

Reconozco que la serie está plagada de estereotipos, diálogos predecibles, reacciones difíciles de explicar en personas con un coeficiente intelectual medio, solemnes frases lapidarias que pueden dar algo de risa y momentos de una nada sutil (pero efectiva) manipulación lacrimógena. Pero, como dice el título de la película de Woody Allen, “si la cosa funciona”… Y funciona. Funciona gracias a una intriga bien dosificada, a sus sorpresas constantes y a una conseguida alternancia Arca-Tierra que casi nunca corta el ritmo sino que ayuda a entender las (a veces estúpidas, eso sí) motivaciones de los protagonistas y a dotar a la historia de mayor interés.

Si a esto añadimos que el diseño y la ambientación, aunque algo horteras, son resultones, que los personajes evolucionan de ser totalmente planos a una cierta (sin pasarse) complejidad emocional y que los actores realizan interpretaciones razonablemente correctas (notable la composición de Eliza Taylor como la aguerrida heroína Clarke), nos encontramos ante un guilty pleasure bastante entretenido.

Se ha criticado que la dinámica grupal del colectivo teen en cuestión no tiene la profundidad sociológico-filosófica de, por ejemplo, 'El señor de las moscas'. Ni falta que hace: 'Los 100' es lo que es. Se ha cargado asimismo contra el atractivo de los protagonistas: obviamente, la inclusión de chicas y chicos guapos (Marie Avgeropoulos, quítate más ropa, por favor) son un gancho para el público juvenil, pero, ¿y qué? ¿Sería la serie mejor si sus protagonistas fueran más feos? ¿Acaso la media de belleza en series idolatradas (por un servidor también) como 'True Detective', 'Black Mirror' o 'Juego de Tronos' no es igualmente un pelín alta? Basta de hipocresías. Si hay carnaza, mejor. Es más, el promedio de polvos (tres en trece episodios) se me antoja injustificadamente pobre.

En definitiva, si uno no se forma expectativas ilógicas, ´Los 100', con su genuino suspense, su acertado montaje, sus derivas sentimentaloides y sus mozos y mozas de buen ver, constituye un pasatiempo placentero. En unas semanas, el 22 de octubre, dará comienzo la segunda temporada. No la espero con ansias, pero no me la perderé.

Calificación: 6/10.

Si hubiese puntuado esta serie cuando comencé a verla allá por el 2014, la hubiese suspendido seguro. Es decir, un grupo de jóvenes son enviados a una Tierra posapocalíptica sin ninguna garantía de sobrevivir y allí les tienes, jugando al pilla-pilla de risas. Durante sus primeros capítulos parecía que se encaminaba a convertirse en uno de esos visionados cutres que dejas a medias, algún que otro personaje te cae gordo desde el principio y hay actores que no dan la talla. Pero todo esto cambia rápido.

Una serie que con el paso de episodios y temporadas evoluciona, y aún asumiendo que continuará siendo un producto con situaciones sin demasiada base científica y dirigido a un público joven que no sea muy crítico, he de decir que te mantiene enganchado, y mucho. Te hace sentir cositas. El trasfondo de algunos de sus personajes te van seduciendo hasta que no puedes evitar quererles. Tengo que destacar a Octavia (Marie Avgeropoulos), cuyo papel me parece soberbio a lo largo de la serie. Y bueno, Murphy también está a otro nivel sobre el resto. Incluso Clarke Griffin terminó siendo de mi agrado contra todo pronóstico.

El final un poco bastante forzado, las cosas como son. ¿Tanto como para bajarle un puntito a mi valoración? Probablemente. Pero se lo tendré que perdonar, qué se le va a hacer.

Recomiendo verla sin juzgar sus mediocres primeros capítulos, como hicieron la mayoría de los que la suspendieron en esta página entre 2014 y 2015. Te gustará si no tienes un doctorado en física y si no esperas prepararte para uno gracias a ella. Entretenimiento, sin más.

Desde luego, quien diga que es una serie para adolescentes les está echando un piropo bonito. La complejidad moral de la serie es de lo mejor que se ha visto en los últimos años. Consigue atraparte sin darte cuenta, una sucesión de decisiones difíciles que juegan con tu mente y personajes con dos caras que a veces odias y a ratos amas.


Cosas malas

Los primeros episodios: dan pena. Cuesta engancharse por el tono inicial de la serie. El mismo productor ejecutivo de la serie siempre dice que "Hay que darle hasta el 1x04, ahí empezó la serie de verdad". Y no le falta razón. Le cuesta un poco arrancar, aunque mantiene la suficiente intriga como para que la sigas viendo.

El helenco estereotipado: irritante al empezar la serie. En cuanto avanza la trama, consigues que eso sea algo totalmente irrelevante a la trama. Deja de ser importante quién o cómo.

Las historias amorosas: Empiezan con un topicazo adolescente como una catedral que por desgracia arrastran durante gran parte de la primera temporada. Pero consiguen usar ese elemento que les lastraba para mejorar aún más la trama. Las tramas amorosas son más bien secundarias a lo largo de la mayor parte de la serie, y las que usan consiguen dotar de mayor complejidad moral a los personajes.

Los fans adolescentes: Aquellos a los que lo único que les importa es que la chica acabe con el chico. Definitivamente esta no es su serie.

Isaiah Washington: Genial actor, pero no aguanto a su personaje ni su trama.


Cosas buenas:

El desarollo de los personajes: Empiezan siendo algo planos para acabar convirtiéndose en cercanos, con sus fallos. Ninguno es perfecto, y sorprenden y muchísimo. Tienen reacciones humanas y creíbles, se desahace de la idea del líder perfecto que todo lo puede. Personajes como Anya, Dante o Murpy que provocan un sinfín de sentimientos encontrados.


El desarrollo de la historia: Consigue un desarrollo de la trama bien ejecutada, salvo algunos errores perdonables. Asimismo consigue (En las temporadas actuales al menos) no descarrilarse e ir cerrando tramas con coherencia, sin perder el hilo (como pasó con Lost o Flash Forward) y sabiendo salir de su propio embrollo. Saben finalizar temporadas cerrando las tramas gordas y dejando el camino abierto para un nuevo rumbo en la siguiente, algo cada vez más difícil de encontrar en la ciencia ficción.

La moral: En cuanto acabas la serie y echas la vista atrás, ves que es el eje de la serie. Una sucesión de conflictos morales que te hace entrar en la mente de los protagonistas y plantearte sus mismos dilemas. Los buenos no son buenos, los malos tienen cosas buenas. Empatizas con todos y entiendes, comprendes que no hay salida "correcta" posible. Y entonces se te encience la intriga por saber qué va a pasar.

La humanidad de los personajes: Tanto a nivel físico (Si se hacen una herida en el capítulo 2, ten por seguro que la seguirá teniendo el 8) como psicológico. Aquellos personajes trastocados por acontecimientos traumáticos pasan un proceso de duelo donde intentan volver a encontrarse, que se prolonga durante el tiempo que haga falta. Ninguno es un superhéroe al que nada afecta, todos sufren y cada uno lo supera a su manera. La serie nos enseña este proceso de diferentes maneras con varios personajes, de una manera humana y realista.

Las mujeres y el colectivo LGTB: Increíble fuerza, determinación y liderazgo de personajes femeninos. Brillan por sí mismas, sin ser sombra de nadie. Asimismo, se deshace de la idea de "salir del armario" y se olvida de la homofobia y del prejuicio social: cada uno se acuesta con quien quiere y a nadie le importa. A nadie le sorprende que dos personas del mismo sexo estén juntas, y la heteronormatividad no existe: nadie es heterosexual por defecto.


El equipo detrás de The 100: Tanto los escritores, como los actores como el Director Ejecutivo son gente cercana, que contestan a los fans y dan información adicional de los personajes fuera de pantalla. También comentan los episodios en directo e incluso realizan competiciones entre los fans. Sin duda el camino a seguir para muchas series.


En resumen, no es una serie que busca meramente "entretener" al espectador, va más allá. Si buscas una serie fácil, no es tu serie: te resultará meramente entretenida. Hay que verla con ganas de pensar y reflexionar, despacio, analizando los detalles que la hacen tan sorprendente.

Comencé a ver la serie de aburrida y buscando algo más "light" para pasar el rato. "Un grupo de cien chiquillos delincuentes que viaja del espacio a la tierra en un contexto post-apocalíptico", con esa reseña no me esperaba mucho y comencé a verla con recelo, esperando encontrarme con un drama típico adolescente. Al conocer a los personajes en los primeros capítulos sentí que mi predicción se iba confirmando (nos presentan a la líder, el chico malo y guapo, el malo y feo, el nerd enamorado de la chica sexy y su amigo más nerd, etc) sin embargo de a poco fui adentrándome en la trama. La primera temporada estuvo bastante pasable, pero la segunda, cielos, no sé cuántos cigarro me fumé viendo varios capítulos de ésta, los personajes comienzan a consolidarse y la historia se torna más densa e impredecible. Serie totalmente recomendada, sorprendente, aunque sea inevitable encontrarle algunas grietas, no deja de restarle calidad, incluso ganas de leer las novelas me han dado.