Sansón y Dalila

La historia de Sansón, el más popular de los Jueces de Israel, y su destino final al encontrarse con Dalila.

Otorgándole a Dalila el rango de filistea, a pesar de que históricamente eso es discutible, su relación con Sansón será el detonante de esta gran película protagonizada por la inteligente Hedy Lamarr, irresistible en cuanto a malicia mal guardada, y descarado encanto morboso que pone al forzudo Victor Mature a sus pies, y por Angela Lansbury en una licencia histórica garrafal, pero que encaja en la narración dramática, la película de Cecil B. DeMille se erige como el mejor ejemplo de un cine clásico pasional, que no se ha quedado atrás en mostrar la traición, el amor.

Con toda la fuerza sexual que una pareja puede llegar a transmitir, el dúo Mature-Lamarr juegan inintencionalmente el juego y el peligro de una relación de por sí misteriosa, dolorosa y épica con la decisión divina en último lugar, para plasmar el devenir de dos pueblos y su futuro en una tierra que aún sigue ahí.

El reparto de esta película inolvidable es excelente, George Sanders estaba en su mejor momento.

Dejando de lado las exageraciones y las inexactitudes históricas el resultado es el de una pareja explosiva, única, y un retrato que ha sido el más vibrante de cuantos el cine ha hecho de Sansón y Dalila, la versión hollywoodiense única y auténtica de ellos para bien o para mal, que ya es legendaria y que nada ni nadie podría igualar.

Cecil B. DeMille fue un maestro en cuanto al cine épico y bíblico se trata. Escuchar el nombre de este director no lleva a recordar títulos como "Los diez mandamientos" (1956), "Cleopatra" (1934) o "Rey de Reyes" (1927). Estas películas además de ser grandes ejemplos del cine épico, también ha calado en la memoria colectiva de todos.
"Sansón y Dalila" tampoco pasa desapercibida, además de ser una historia cautivante, el nivel de narración y la estética es impresionante. Se puede ver la mano DeMille en cada fotograma.
La trama se ubica 1000 años antes de Cristo, donde el pueblo israelita era perseguido por muchas tribus,pueblos y potencias, en especial por los filisteos. Dios al ver que su pueblo era torturado y esclavizado, decide enviar Jueces, los cuales liberaran a los israelitas.
Sansón es uno de ellos. Su característica más peculiar es que tiene una fuerza descomunal, pero si su cabello es cortado la perderá completamente. Un día conoce a Dalila, una hermosa mujer del valle de Soreq, de quién se enamora perdidamente.
DeMille refleja en pantalla al pie de la letra la historia bíblica, presentándonos un relato de codicia y de traición pero a la vez de redención.
Las actuaciones de Victor Mature y de Hedy Lamarr son imperecederas, en especial Lamarr que personifica a un personaje icónico como Dalila. Una mujer que se enamora pero que al escuchar una propuesta de los filisteos, traiciona vilmente a su enamorado.
La fotografía de George Barnes es magnífica al igual que la dirección artística, que en exteriores presenta paisajes exóticos y en interiores grandes edificaciones.
"Sansón y Dalila" es un relato catequético que expone como Dios no deja de luchar por su pueblo, no deja que velar por sus hijos.

Hollywood siempre ha tenido un megalómano entre sus filas. Si en los ochenta-noventa fue James Cameron, en los cuarenta-cincuenta fue Cecil B. DeMille el precursor del cine-espectáculo de grandes proporciones y elevados presupuestos.

Sus obras más aplaudidas y conocidas son las de temática bíblica, siendo la más destacada la monumental “Los Diez Mandamientos” (1956). Siete años antes, adaptó la historia de “Sansón y Dalila”, otra narración de la Biblia conocida por el gran público y especial por sus connotaciones románticas y erotismo sutil, que DeMille explota de manera acertada. El filme tiene la estructura de una película de aventuras clásica y se beneficia de su impecable aspecto visual, el cual conforma el marco ideal para los amoríos y desamoríos de los dos personajes.

Sansón es interpretado por Victor Mature, actor prototipo de “latin lover”, con pocos arrestos dramáticos pero de buena presencia en pantalla. Su papel sería el primero de muchos de corte bíblico que le darían fama posteriormente. Su Sansón es un hombre forzudo, de elevada belicosidad pero también de amor ardiente y decidido, el que intenta dar a Dalila (Hedy Lamarr): una mujer de gran carácter pero también muy pasional. Se tiran ambos toda la película en un tira y afloja, en un contigo ni sin ti de imposible resolución. Hedy Lamarr, la “actriz-científica”, aporta sin duda el papel más interesante y más complejo de todo el guion, y lo aborda de forma brillante y con naturalidad, ayudada también por su ya legendaria belleza. Atención también al papel de una jovencita Angela Lansbury mucho antes de investigar crímenes.

Como constante en el cine bíblico de DeMille, el diseño de producción es notable y presenta decorados y escenarios majestuosos, con fotografía en flamante Technicolor, destacando la parte final de la cinta: un set verdaderamente espectacular que resulta el marco perfecto para un final apoteósico, propio de la magnitud legendaria de la historia.

“Sansón y Dalila” se erige como una obra interesante, de potencia visual y de historia atractiva, aunque su ritmo sea a ratos demasiado lento para los que no amen de verdad el cine clásico. Recomendable.

Sin la ambición adoptada en sus dos más aclamadas adaptaciones del Antiguo Testamento forjadas en 1923 y 1956 con “Los Diez Mandamientos”, Cecil B. DeMille siempre estuvo interesado en plasmar al celuloide otros pasajes de la Biblia y la historia del forzudo Sansón sucumbido al amor de Dalila que puede retener su fuerza y debilitarlo a favor de los Filisteos, enemigo de los israelitas que confían en el poder de Sansón para protegerlos.
El argumento, adaptado también de una novela de Vladimir Jabotinski, da importancia el romance que tiene el hercúleo protagonista con la filistea Semadar y la intromisión de Dalila cuando en un percance trágico contra los filisteos, aprovecha el amor que siente hacia él para atraerlo aún sin saber que de su provecho puede demostrar que puede desvelar el secreto de su fuerza.

En el reparto se contó con los actores de moda del momento: Victor Mature, cuya fornida presencia ya quedaría demostrada en dos films también de índole bíblico como “La Túnica Sagrada” (The Robe, 1950) y la continuación “Demetrius y los Gladiadores” (Demetrius and the Gladiators, 1954). Por otra parte, Hedy Lamarr, la enigmática y bella actriz de origen austríaco ensombreciendo no con su personaje y su presencia a Angela Lansbury como rival femenina.

Un pequeño clásico de DeMille que goza de un notable vestuario ganador del Oscar.

Sansón y Dalila un título obligatoria del cine religioso.
Dirigida por uno director especializado en temática religiosa.
Sansón y Dalila es otro tipo de cine, otro tipo de dirección y otras actuaciones, hay que saber enmarcarla en su entorno pues hoy en día esta película pasaría desapercibida además de que ya no interesa este tipo de temática.
Sansón y Dalila, historia que pertenece a la Biblia y la cual podemos ver claramente reflejada en la película donde cada escena parece una estampa bíblica llena de colorido y preciosamente ambientada.
En cuanto a las interpretaciones no hay que destacar mucho pues son textos bellos pertenecientes a la Biblia con un estilo poético y metafórico donde los personajes recitan unos poemas más que fijarse en la profundidad de los textos, textos los cuales tampoco es que se pueda hacer mucho más ya que no se asemejan para nada a lo que podría ser una conversación normal.
Hay dos escenas que hoy en día estarían hechas mil veces mejor, una es la matanza del león y la otra en el que Salomón ataca al ejército enemigo, dos escenas de “acción” que dejan bastante que desear pero como hemos dicho es cine de los años cincuenta.
No es para mí una película trascendental, ni mucho menos pero siguen siendo un clásico del cine religioso.