El reportero

Típica película del singular Antonioni, con un relato deslavazado sobre un argumento que parece no interesar ni al mismo director.

El planteamiento, con ese intercambio de identidades, resulta interesante y podría haber dado mucho de sí, pero en manos de Antonioni ya sabemos que los derroteros irán por otro lado...

Lo que me ha resultado más interesante ha sido el retrato de la España de 1975, sobre todo de Barcelona, más auténtica y vital que en la actualidad, convertida en un parque temático para turistas. Resulta curioso también ver esos paisajes almerienses, los pequeños pueblos, los agentes de la Guardia Civil... contemplar todo ello con curiosidad me ha salvado de aburrirme bastante.

No es una película accesible como dicen algunos. Es una película más de Antonioni y, no de las mejores.
La fotografía, como de costumbre, lo mejor y, la interpretación de Jack Nicholson bastante aceptable. El plano secuencia final a través de la reja es muy bueno.
Ahora bien, el guión es lento, con ausencia de diálogos y explicaciones, errático (como los movimientos del protagonista), cargado de flashbacks inconexos a modo de recuerdos, carente de intriga o clímax y con total ausencia de música y, como es típico de este director, pesimista, lleno de personajes tristes, alienados en un mundo inhóspito y desprovisto de esperanza (además la premisa sobre la que se sustenta es algo inverosímil al intercambiar la identidad).
Sobrevalorada película de un director odiado por muchos (aunque también tiene sus acólitos defensores).
Sin duda ninguna, es triste decir que un italiano, puede ser el director de cine más aburrido, soporífero y desprovisto de vida de la historia.
Muchas de sus películas, incluida está, suponen un reto el solo hecho de terminar de visionarlas.

Antonione , maestro del cine, no duda en elegir a Joan Gaspart para interpetar a un personaje de su película. Posiblemente Gaspart, siempre humilde prefirió un papel secundario para no eclipsar a Jack en la mitad de su carrera . En cualqier caso su carisma y magnetismo cristalizan en su aparición en el hotel, pues fue así como también se construyó su amistad con el director hasta el punto en que Antonioni un fan confeso de Gaspart decidió trasladar buena parte del rodaje a Barcelona y a la cadena hotelera de Gaspart. Sin duda la película es interesante y nihilista pero insisto: es la escena de Gaspart la que eleva sutilmente el fim a un cine conceptual y de realismo mágico tan singular y sin precedentes.

224/15(16/07/11) Aburrido producto del pretencioso y narcisista realizador italiano Michelangelo Antonioni. Seguimos las andanzas de David Locke (correcto Jack Nicholson), un reportero televisivo que está realizando una labor de investigación en un país africano, parece ser que cae en una depresión y sin más motivo aparente decide tomar la identidad de David Robertson, vecino de habitación de hotel, muerto por causas naturales, y del que parece no saber a qué se dedica, con esta nueva personalidad viaja a Londres y se encuentra con que lo persiguen, y empieza una huída hacia la nada que lo lleva a Barcelona y Sur de Andalucia. Con estas premisas de thriller Antonioni nos obsequia con uno más de sus tediosos estudios sobre la soledad, la incomunicación y críticas sociales en la que nos sermonea de modo pueril sobre lo mal que esta el mundo, y eso lo hace con un desarrollo con ínfulas existencialistas, adornado escenas de una pedantería bochornosa, se relame con silencios eternos, desiertos interminables, edificios de Gaudí, pueblos encalados y por último un plano secuencia de seis minutos, pues estos elementos están en un contexto hastioso, es relatado de forma somnífera. El ritmo es fastidioso, los personajes son caricaturas sin el menor atractivo, la evolución de la historia lo único que destila es frialdad, me importa un bledo lo que le pase al protagonista, si le toca la lotería como si revienta, después de terminar de verla la única sensación despertada en mí ha sido haber perdido dos horas de mi vida que habiendo mirado al techo hubieran estado mejor empleadas. Baste decir que lo único reseñable para mí que soy futbolero y del Barça (nadie es perfecto), es ver al ex-presidente de la entidad Joan Gaspar haciendo un cameo de recepcionista de hotel, supongo sería uno de los suyos, y que está rodada en parte en Almería, por lo demás solo recomendable como somnífero. Fuerza y honor!!!