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El caballo de hierro

Western Considerada la mejor película de la época muda de John Ford, un western alrededor del ferrocarril y el espíritu pionero de los Estados Unidos de América. El presidente Lincoln ha autorizado la construcción de un enlace entre las líneas ferroviarias de la Union Pacific y la Central Pacific. Un contratista (Will Walling) y un topógrafo (George O´Brien) emprenden viaje con el objetivo de trazar la ruta idónea, pero, aunque logran localizar ... [+]
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
18 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es, ante todo, un mural de la historia de los Estados unidos, centrándose en la construcción de la línea ferroviaria que une la Union Pacific y la Central Pacific. Esto sirve, además, para introducir todos los tópicos, leyendas y verdades que rodearon ese momento: las ciudades que iban construyendo por donde el ferrocarril pasaba, los ataques de los indios a este, el telégrafo, el poni-express, la guerra civil...

También es una historia de buenos y malos, de romance y venganza. Esto sirve para contar una historia ficticia dentro de un marco real, siendo esta la parte menos interesante aunque entretenida.

Mención especial para Los tres mosqueteros, borrachines típicos de las pelis de Ford que ponen el punto cómico a la historia.
jesus
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16 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cien años después de que el ingeniero George Stephenson creara la primera línea ferroviaria pública del mundo usando locomotoras a vapor, John Ford le dedicará "El caballo de hierro" (bajo el nombre de Henry Stephenson), en la que canta la epopeya de la construcción del ferrocarril que unirá las dos costas de EEUU en plena guerra civil a modo de cinturon que abraza a todo un continente.
La cinta ensambla con habilidad el lenguaje épico de la gesta con el tono íntimo y personal de sus protagonistas, dentro de un tono coral que muestra igualmente el papel que jugaron miles y miles de esforzados trabajadores de todas razas y condiciones. La trama sentimental la sostienen dos niños de Springgield (Illinois), Davy Brandon (O'Brian), hijo de un atrevido agrimensor que sueña con el proyecto que nunca alcanzará a ver, y Miriam Marsh (Bellamy), hija a su vez de un escéptico contratista. El destino los volverá a reunir en plena construcción del tendido ferroviario. Es entonces cuando Davy propone, para salvar los montes Oscuros, un estrecho paso que conoció con su padre en territorio indio, el "paso de Brandon", por cierto, el nombre de una de las montañas más altas de Irlanda situada en el condado de Kerry.
Cuenta la cinta con todos los ingredientes del western, diligencias, pony express, transportes de ganado, caza de búfalos, ataques de indios, escenas y peleas de saloon, duelos, traiciones, juicios rápidos, abusos de autoridad de los poderosos ... Y trenes, por supuesto. Así como la presencia de personajes históricos como Lincoln, Búfalo Bill, Wild Bill Hitcok ... sin contar los inefables personajes secundarios que dan a la trama un aire cómico y humano, además de un montón de mujeres valientes y decididas.
Para reforzar el mensaje de las dificultades del trabajo, no desdeña Ford utilizar algunas frases que hoy suenan con dureza en nuestros oídos: "Este no es un trabajo de blancos" por lo que deberán importar mano de obra china, "Con estos trabajadores extranjeros dando problemas deberemos permanecer unidos" los americanos. Los obreros estaban sometidos a dietas poco variadas, a padecer frío y retrasos en las pagas lo que dará lugar a motines y quejas, "He pegado a cinco trabajadores y aun así no quieren trabajar".
En lo sanitario veremos curar una torcedura de tobillo con baños de sales antiinflamatorios, o la extracción de una muela con las correspondientes tenazas por parte de un dentista-barbero que luce un formidable molar en la entrada de su establecimiento a modo de anuncio.
Se trata de una buena película de cine mudo bien interpretada y excelentemente ambientada, que anuncia ya el estilo que posteriormente desarrollará su director en los westerns que lo harán famoso.
Lafuente Estefanía
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9 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca podré entender qué es lo que les da tanto derecho a los señores estadounidenses para ser tan prepotentes: Llaman a su país América y se hacen llamar americanos, ignorando que su territorio es apenas poco más de la tercera parte de América del Norte (del área total que son 24,7 millones de kms2 , Estados Unidos cuenta con 9.834 millones de kms2; y de ahí para abajo, están Centro América y América del Sur que abarcan un territorio bastante mayor: América Central tiene 522. 760 km² y América del Sur posee 17,84 millones de kms2 .

Los EE.UU. se volvieron potencia mundial no por mérito de su inteligencia, ingenio y creatividad, sino por su poder armamentista y su falta de escrúpulos para invadir, expropiar y aniquilar… y para no seguir rememorando lo que ellos tanto ocultan, terminemos diciendo que cuando construyeron un ferrocarril que iba desde Sacramento, California, hasta Omaha, Nebraska, hablaron de que construían el primer ferrocarril transcontinental, desconociendo que éste término se refiere a ‘algo que atraviesa todo un continente’… y, primero, Estados Unidos está muy, pero muy lejos, de ser un continente (gran extensión de tierra separada por los océanos) y, fuera de eso, Omaha está ubicado en el centro del país, con lo que seguía faltando mucho para haber cruzado siquiera el territorio del tío Sam.

Pero bueno, presunciones y fantasías aparte, tengo que admitir que con, <<EL CABALLO DE HIERRO>>, el director John Ford, ha recreado magníficamente un hecho histórico importante, y el aire semi-documental que la película contiene, le da un cariz de material imprescindible tanto para historiadores como para el público en general.

Podría uno imaginar que se trata de un filme aburrido con obreros pegando y empatando rieles, y trenes y caballos trayendo carga para adelantar los trabajos, pero, inteligentemente pensada, la película contiene una brillante historia escrita por Charles Kenyon y John Russell, con la cual tendremos lo que tanto nos atrae: romance, acción, comedia, drama, aventura… y para reflexionar, se deja sentado que fueron inmigrantes irlandeses, chinos, italianos… y un gran puñado de exsoldados que, luego de la guerra civil, se vincularon al proyecto, quienes ejecutaron la mano de obra del extensísimo ferrocarril. También se nos habla de cómo los nativos cheyennes defendían su territorio ancestral, pero, en parte engañados por un terrateniente que los azuzaba egoístamente… y entre otras cosas, también presenciaremos la competencia y los tejemanejes de algunos empresarios que solo defendían sus propios intereses.

La presencia de la mujer luce muy equilibrada, mostrando por un lado a la tontilla (Ruby) que se presta para seducir y torcer a un alto empleado; y por el otro, a la chica con carácter (Miriam) que se la juega para impulsar a los obreros en sus momentos de debilidad.

La fotografía nos ofrece composiciones panorámicas de excelente efecto y una serie de primeros planos bastante expresivos. La banda sonora -incorporada en la nueva edición de 2007 a cargo de Christopher Caliendo- resulta imponente… pero, en lo personal, quedé deseando más rigor en la edición final de la película, pues, 15 o 20 minutos del metraje son bastante insustanciales o reiterativos.

Una nueva versión, también semificticia y no menos interesante, sobre la construcción de este “first transcontinental railroad” -luego conocido como Overland Route-, fue realizada por Cecil B. DeMille en 1939, con el título: “Union Pacific”.
Luis Guillermo Cardona
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