Marianne (Miniserie de TV)

Dentro de su extenso catálogo, Netflix trae en ocasiones pequeñas joyas que justifican por sí solas la cuota de esta plataforma de pago.
Tras la más que sobresaliente La maldición de Hill House, esta vez nos llega de tierras francesas "Marianne".
Hay que destacar que su director, Samuel Bodin, es alguien muy de la vieja escuela en lo que al terror se refiere y eso se nota en el cuidado y especial montaje de los ocho capítulos que componen la historia y a su vez en la dosificación del componente sustos de la misma. Plagada de guiños a Lovecraft, Poe y King y a su vez con referencias a ese terror con ligeros toques de humor de directores como Peele, Marianne hará las delicias de los amantes del género. Malsana y agobiante, la bruja hará que entres de lleno en su retorcido universo.

La premisa es simple. Una escritora famosa por sus relatos sobre la bruja Marianne, se da cuenta de que quizá esos relatos son más reales que fruto de su imaginación. Que un acontecimiento de su infancia que la marcó para siempre pudo ser la llave de entrada a esa bruja que parecía ser fruto de sus pesadillas.

Muy recomendable.

Si por “tapado” entendemos cualquier producto que llega sin avisar, sin promoción y que luego resulta ser bastante bueno e incluso mejor que muchas cosas que llegan a bombo y platillo, entonces “Marianne” es la mejor serie tapada de 2019, una nueva carta de Netflix, y ya van unas cuantas.
Aparte de ser una grata sorpresa, es una serie de terror, que siempre se agradecen. Es un género que no tiene todavía mucha explotación en las series, pues es complicado mantener tensión y dar miedo durante muchos episodios sin que la cosa se vaya desinflando.
El intrigante argumento sobre una supuesta bruja que ha cobrado vida desde la ficción de unas novelas, es francamente interesante desde el primer momento.
Las secuencias de miedo, lo dan, gracias a una buena ambientación e iluminación, y el trabajo de los actores. La susodicha Marianne pone unos gestos en su cara arrugada que dan bastante mal rollo. La serie también incluye algunos fotogramas subliminales como ocurría con “El exorcista”.
Me gusta la localización del pueblo de Elden, que sin tener la apariencia de lugar antiguo o maldito, tiene un aire misterioso que le viene como anillo al dedo.
También hay tiempo para drama y relaciones personales de los personajes, que en general actúan bien. En cuanto al (para mí desconocido) reparto, pues tenemos como protagonista a Victoire Du Bois, una chica que lo hace realmente bien en su papel de escritora con miedos que no entiende muy bien qué demonios está pasando con su ficticia bruja.
A veces se pone muy rarita la cosa, pero no tanto como para que las idas de olla estropeen mi opinión favorable.
Me ha gustado mucho el quinto episodio, donde no solo se revelan muchas cosas, sino que contiene algunas de las mejores secuencias de terror de esta producción. Además, me recuerda a “It”. Parece que esa fórmula ha creado algo de escuela.
Es una serie realmente a tener en cuenta para los aficionados al género y un nuevo acierto de Netflix.

Aunque argumentalmente hace aguas por los cuatro costados, a esta serie no puede negársele que cumple con creces el cometido primario de una producción de terror, esto es, dar miedo.
Efectivamente, en numerosas ocasiones “Marianne” alcanza a inducir una sanísima inquietud, incluso en el espectador más encallecido, y ello merced a una escenografía muy sugerente y a un ramillete de imágenes ciertamente poderosas. Otras, en cambio, se antojan de un sonrojante ridículo, culpa –insisto– de una trama, como poco, cogida con alfileres. Pero lo dicho, habida cuenta del estado de coma inducido en que se encuentra el subgénero, que de vez en cuando se te ericen los vellos de la nuca —y no sólo ante la sonrisa mefistofélica de Santiago Abascal— supone en sí mismo un logro digno de reconocimiento. Un humor negro igualmente saludable pespuntea la historia, sobre todo en sus primeros episodios, porque hacia la mitad sus responsables adoptan un tono más solemne, por ende convencional y, a mi juicio, aburrido.
La influencia de Stephen King señalada por algún crítico a sueldo salta a la vista, eso sí, en clave femenina muy de nuestros días: la consabida historia de la escritora de éxito que regresa a su pueblo natal con el fin de exorcizar viejos fantasmas, literal e incluso literariamente. No tan evidentes me parecen los pretendidos motivos lovecraftianos, más allá del feroz paisaje costero y la idea, apuntada muy al final, de esa iniquidad residente en el fondo del océano. Puestos a buscar referencias cultas, los hermanos Grimm constituyen candidatos más ajustados.
En resumidas cuentas, entretenida aportación francesa al catálogo de Netflix, cuyo fondo de armario no acostumbra a contar con títulos de excesiva calidad. “Marianne”, que tampoco la tiene, al menos sí se desenvuelve con una dignidad desusada en el depauperado mundillo del horror, cósmico o no.

*PERSONAJES:

Marianne se centra en una historia de brujería y maldiciones mezclada con un toque de drama, pareja casi perfecta como el ron y la Coca-Cola; la producción francesa pondrá casi todo el peso de la cinta en el personaje de Emma Larsimon que descubrirá que lo que escribe en sus novelas de éxito está ocurriendo en realidad en su población natal. Un pueblecito costero de esos donde nunca suele pasar nada de donde la prota huyó por unas causas que se irán contando con el paso de los capítulos.
El reparto será prácticamente desconocido pero logrará estar a un gran nivel, sobre todo Victorie Du Bois (Emma Larsimon) que recordará a Kristen Stewart y que dará vida a una persona egoísta, infantil y demasiado dura pero con el tiempo le acabaremos cogiendo cariño más o menos. La otra estrella será Mireille Herbstmeyes, la madre de la amiga de la protagonista que representará a una mujer que ha sido poseída por una bruja y que con unos gestos terroríficos y una mirada penetrante hará que llegues a tener pesadillas. Para mí está para alguna nominación a algún premio. El resto del reparto cumple con lo que se le pide en especial los padres de la novelista.
Lamentablemente pienso que a Marianne le hubiese venido muy bien darle más importancia a la relación de los personajes, tanto en su versión adulta como cuando son adolescentes. Un toque coming-of-age que no esta presente y que en mi opinión resta bastante a la parte dramática de la miniserie.

*FOTOGRAFÍA Y AMBIENTACIÓN:

En ocasiones (veo muertos) los productos de bajo presupuesto no saben darle la importancia necesaria a crear una atmósfera que te atrape aunque cada vez más, y sobre todo a las películas y series de las plataformas como Netflix en este caso, se han dado cuenta de que es una pieza fundamental y lo bueno es que para ello no necesitas gastar mucho dinero. Marianne es un ejemplo de ello, ya que encontramos un perfecto trabajo de ambientación.
El pueblo de Elden (no existe realmente con ese nombre) tendrá una imagen gris, como de un lugar oscuro que tiene un duro pasado a sus espaldas. De igual manera genial trabajo de fotografía desde el minuto 1 que vemos la oscura localidad. Destacarán los colores azules y grises y bueno los tonos oscuros en las escenas nocturnas como buen producto de terror que es... Mucha gente dice que le ha recordado a Derry -mítico pueblo sacado de la mente del maestro del terror- la población donde transcurre IT, la verdad es que mis recuerdos de la miniserie del 1990 son muy lejanos...

Destacan algunas localizaciones de la serie francesa como el faro que tendrá una cierta importancia a lo largo de los ocho capítulos. También tendremos el antiguo colegio, la barca destrozada donde se juntaran el grupo de amigos y bueno luego estarán los localizaciones correspondientes a los sueños de la protagonista (por ejemplo el agujero al que se hace referencia).

*GUION:

La narración de Marianne esta hecha de modo narrativo, como si estuviésemos leyendo un libro de los que se hace referencia en la propia serie. Se nombra por capítulos y se utilizan efectos para simular este estilo de narración. (sigue en SPOILER (1)


Si hay algo que alabar de este producto es que a diferencia de muchos productos actuales este genera miedo de verdad, hacia mucho tiempo que un producto del genero de terror (Disomnia, La Calle del Terror 1 ambas terroríficamente malas) no conseguía transmitirme estas sensaciones, eso hay que alabarlo mucho.
El final, posiblemente la parte más importante de la película que no la única, funciona correctamente no será memorable, no será recordado pero funciona como cierre a un producto de calidad en el cual se ha trabajado muy bien. Buen trabajo realizado por el hasta ahora bastante desconocido Samuel Bodin , esperemos que la plataforma estadounidense traiga más productos como estos y se deje de películas y series de bajo nivel, que desgraciadamente también las hay...

-VALORACIÓN GENERAL:
Cada vez es más difícil encontrar series y películas que logren causar miedo, ahora la mayoría de producciones recurren a jumpscares, música estridente y demás métodos de dudosa calidad; no es que el producto de Netflix no lo tenga pero si sabe conjuntar todo eso y realizar un gran trabajo, no utilizarlo sin ton ni son. Notable fotografía y ambientación y grandes actuaciones dan la campanada y sorprenden ya que nadie esperaba esto de un producto de casi serie-B. Esperemos que las productoras hayan tomado nota para sus nuevas series y filmes. También esperemos que la carrera del joven director sea buena, tiene previsto sacar una cinta de terror este año, veremos si es buena...

CRÍTICA EN MI BLOG: https://elultimopeldanoreviews.blogspot.com/2022/01/series-en-serie-marianne-2019.html

MÁS CRÍTICAS DE PELICULAS Y SERIES AQUÍ: https://elultimopeldanoreviews.blogspot.com/

Algún día la televisión actual dejará de pretender vendernos películas estiradas de mala manera como si fueran series. Entiendo que los creadores, con tal de sacar adelante su producto, se presten a esos burdos juegos, pero como espectador lo de "Marianne" es verdaderamente lamentable. Enlazar episodios de cincuenta minutos con dos o tres de poco más de media hora que, además, podrían haber ido perfectamente unidos y arreando, es como para pensar que se están riendo de nosotros. Luego van y alargan esos mini capítulos con escenas de personajes secundarios que no aportan absolutamente nada. Netflix. Si quieres reírte de alguien, ríete de tu madre.
Aparcando ese justificado enfado, esta (finalmente) miniserie francesa de Samuel Bodin que Netflix ha colocado hábilmente en el mapa, me ha dejado sensaciones muy encontradas. Hay cosas que sí y cosas que no.
Admito que hay potencial en "Marianne", tanto argumental como visualmente. Lo que es el escaparate Samuel Bodin lo controla de lujo. Este, junto con Quoc Dran Tang, arma una especie de coming of age a lo «It» de iconografía cristiana. Y a partir de ahí transita, cual tren de la bruja, por otros muchos clásicos del horror tales como ouijas, exorcismos, brujería, apariciones… Todo ello, eso sí, de manera más efectista que efectiva.
Otro de mis problemas con "Marianne" radica en el tono, pero tanto en personajes como en situaciones. Samuel Bodin mete unos vaivenes que marean. En ningún momento digerí bien eso.
Actoralmente el producto también entrega una de cal y otra de arena. A la protagonista no me la he creído en ningún momento en su papel de escritora de best sellers, lo siento. Por contra cualquiera de las dos actrices que agarra la piel de Marianne lo borda.
En definitiva, si "Marianne" es un nuevo caso de mucho ruido y pocas nueces, pues se dice y listo.