I Feel Good: La historia de James Brown

Hacía tiempo que se veía a venir el biopic de una de las figuras más importantes de la música norteamericana, el director de Criadas y señoras, Tate Taylor firma esta adaptación que aunque explora las múltiples mirardas hacia Brown no acaba saliéndose de la forma habitual del género.

Chadwick Boseman se encarga de interpretar a ese monstruo escénico y lo hace de forma brillante comiéndose el filme para él, siendo imposible apartar la mirada de su entrega. Taylor busca a partir de la complejidad de la figura de Brown y los fluídos saltos narrativos romper con la forma clásica del biopic contemporáneo, pero aunque hay que reconocerle el mérito y personalidad no acaba saliéndose de la norma del género.

Un biopic sobre el genio del funk que resulta vibrante gracias a la entrega de Chadwick Boseman pero también muy reiterativo con los biopics musicales que han plagado las carteleras estos últimos años.

Seguramente los distribuidores en España piensen que la canción I feel good es más conocida que Get on up, el problema radica en que escrita así a nadie le suena, pero si en cambio se dice "Guerapa", que es como se la conoció gracias a un popularísimo anuncio de un coche, la cosa cambia.

James Brown es una figura imprescindible en el funk, ya se tardaba en que tuviera su propio biopic, y aunque a nivel técnico e interpretativo está a un buen nivel, no alcanza las cotas de otros productos similares como "The doors" o "Ray". Está más bien al nivel de "Tina", el biopic de Tina Tarner.
I Feel Good es muy larga y las diferentes lineas temporales son un poco arbitrarias, sin aportar nada especial a la construcción del relato, si no más bien cierta confusión. Algo similar sucede en algunas reacreaciones de actuaciones musicales, que se alternan con imágenes documentales del propio Brown y que no vienen a cuento.

Chadwick Boseman está muy bien, aunque la he visto doblada y debe perder mucho con el cambio, incluso se hace pesado oir ese todo de voz en castellano. Los personajes secundarios, en cambio, no tienen recorrido. Todo un desperdicio con actrices como Viola Davis.
Especialmente curioso me ha resultado ver al ex Blues Brother Dan Aykroid en el rol de manager de James Brown, más cuando él tuvo una brillantísima actuación en la carismática "Granujas a todo ritmo" (Blues Brothers), película con la que yo descubrí el soul.

Tate Taylor, para haber alcanzado un gran nivel con "Criadas y señoras" ha bajado el listón con este biopic, una pena, porque de haber estado bien es de las pelis que por su recreaciones musicales gusta revisar.

O cómo joder una película con buen fondo, buena música y buenos intérpretes hiperbolizando hasta la náusea el egocentrismo del protagonista, un personaje que se hace desagradable desde el primer momento quizás porque el gran músico lo era. Supongo que con el material que tenía Taylor no pudo hacer nada mejor y, de hecho, tiene momentos brillantes, pero probablemente el biopic sea siempre una trampa para cualquier director, que no puede evitar dejarse llevar por la idolatría, como le ocurrió a Clint Eastwood en Jersey Boys. Probablemente estos films que intentan explicar al personaje harían bien en ceñirse a una parte concreta de la vida del mito y no intentar magnificarlo con una historia soporífera en flash backs que recorren toda su vida. Eso sí, imprescindible para fans de Brown y de la buena música en general. Es un caso más en el que me sorprenden las buenas críticas, aunque supongo que se deben a que consigue sobresalir en el terreno espinoso de las pelis de este (en mi opinión) subgénero.

Intentar explicar a estas alturas quién o qué fue James Brown es tarea vana. El padrino del soul, el inventor del funk, el predicador obsceno... Allá cada cual. Siendo un personaje tan extremo, tan radical en su vida y en sus acciones, es sorprendente que este biopic, dentro de su esmerada corrección, no llegue a desmelenarse en ningún momento, salvo en la interpretación excesiva y entregada de Chadwick Boseman, que no consiga emocionar al espectador ni arrancarle eso que se llama una lagrimita. Es como un documental interpretado por actores. Y cuando Brown rompe la cuarta pared, la perplejidad es aún mayor: ¿Para qué? ¿Para hacernos cómplices del personaje? Brown es presentado como una pobre víctima de eso que llaman ahora una familia desestructurada, un padre violento y maltratador, una madre alcohólica y prostituta, y él un superviviente, lo cual no impide que, a su vez, sea un ser maltratador, colérico, tiránico, avaro y, en definitiva, un mal bicho... hasta que se subía a los escenarios. Esto lo cuenta el tal Tate Taylor a base de flashbacks, un montaje frenético que a veces resulta confuso, y la mezcla de imágenes reales con ficticias, como en el caso del famoso concierto en el Apollo, amén de lo que ya he comentado sobre la cuarta pared. El film es excesivamente largo, reiterativo, y su interés se verá limitado a los fans del cantante, entre los cuales no me cuento . Brown, para mí, era un señor que chillaba mucho y bailaba como un orangután, de pelo imposible e indumentaria hortera en extremo. No digo que algunas canciones no me gustaran, pero mi discoteca no contiene ningún disco de él. Por algo será.

En ésta película asistiremos a un biopic sobre James Brown, el archiconocido músico del que sin lugar a dudas habéis oído montones de temas, ya sean en su versión original o versionados.

A lo largo de más de dos horas daremos un paseo por los momentos más cruciales de su vida, pasando desde su infancia hasta sus últimos años, con especial atención a su ascenso en el mundo de la músico y cómo éste le fue cambiando poco a poco.

La película pone el foco en sus años en la cima, cómo se comportaba con los músicos, el concepto que tenía de sí mismo y qué música hacía. En general podemos decir que no hace el típico retrato amable del personaje, así que no dejará de lado momentos menos afortunados de la vida del artista.

Como película biográfica funciona muy bien, en ese aspecto no puedo ponerle pegas. Tenemos de todo y para todos los colores, y encima aderezado con la genial música del cantante.

Como película en general tiene ciertas lagunas, entre las que destaca la principal en éste tipo de films: falta algo de argumento o una trama que seguir más allá de la sucesión de escenas de su vida, algo que mantenga el interés en el argumento.

Por suerte el interés lo mantiene el actor principal, que hace un trabajo de recreación del personaje encomiable: caracterización, gestos, movimientos de baile, habla… todo está a la altura de lo que una figura de éste calibre demandaba, un trabajazo de los que pone al actor en la órbita.

Resumiendo, una película bien hecha, que funciona muy bien para los que quieran saber más de James Brown pero que flojea para los que quieran ver una película sin más. Así que según en qué grupo os encontréis os animo o no a acercaros a I Feel Good.