Batman: La LEGO película

Este spin-off de “La LEGO Película” llega con toda la energía de esta. Película dirigida por el director Chris McKay (Uno de los directores de la LEGO Película), mantiene la buena estrategia que usaron en la anterior película, vemos en pantalla una film lleno de homenajes al universo DC y de Batman. La animación es otra vez uno de los puntos mas logrados de la película.

Nos presentan la versión mas divertida del Caballero Oscuro, con muchos cameos y con una historia muy entretenida. Uno de los problemas que puede tener la película, es que tiene un ritmo tan frenético y en momentos de “drama” o momentos más pausados falla, ya que te lo estas pasando tan bien que la película no te la tomas tan en serio. Hay muchas escenas que se podían haber reducido o tener el mismo ritmo que lleva toda la película.

Los personajes están bien construidos, a lo mejor se lo podía haber dado más protagonismo algunos que aparecen espontáneamente.

Es una buena película, muy bien construida, con un ritmo frenético, un humor que no para des de el minuto 1, el mejor Batman del Universo DC… Y el Joker, sorprendido por la relación que le dan con Batman…

Lo mejor: El gran mensaje de la película, Batman, Joker, Alfred, su acabado técnico y lo divertida que es.

Lo peor: En momentos que baja el ritmo puede llegar hacerse larga, el doblaje de Harley Quinn y Superman.

"Batman: La LEGO película" es una de esas películas que si no eres muy fan de la temática lo normal es que entren dudas a la hora de decidir verla, o incluso al empezar a verla, por suerte también es una de esas películas que a los pocos segundos de empezar te tranquiliza como diciéndote "tranquilo, estás en buenas manos, despeja tu mente de preguntas y disfruta" .

En esta película hay humor para todos los gustos, parodia del personaje, guiños a otras películas, diálogos rápidos y entretenidos, una animación sencillamente espectacular, muy dinámica, que ayuda a contar la historia de manera visual generalmente en clave cómica. Y más.

Al final queda la sensación de haber visto una de esas películas que funcionan tanto para niños como para adultos, y la semilla de la duda de si habrá más de este estilo en el futuro. Sea como sea, esta es una de esas películas que vayas con la expectativa vayas, lo más probable es que las supere.

Batman fue la estrella de la Lego película, siendo la primera razón que justifica la aparición de este spin-off. En esta obra para todas las edades (que no exclusivo para niños) asistimos básicamente a una parodia del mundo Batman con un montón de personajes. Respecto a los "malos", con especial referencia al Joker y a Harley Quinn, pero también con cameos del Pingüino, componentes de la Liga de la Justicia... y otro tipo de personajes sorpresa. Pero ante todo nos ofrece una historia de Batman y Robin, siendo éste un personaje que apenas ha aparecido en las películas de imagen real hasta la fecha.

Durante la película hay mucho humor, sobre todo por el carácter egocéntrico del protagonista pero también por los continuos guiños a las películas y a su rivalidad con distintos personajes. No obstante, es cierto que la película es bastante larga, lo que no es habitual en las cintas de animación. Pero la historia está bien construida con giros argumentales y exponiendo bien el conflicto de los personajes. Todo ello aprovechando las posibilidades que permite la estética Lego con una animación muy bien trabajada.

El resto de crítica va a spoiler, destacando los mensajes positivos y acertadas introducciones de la película.

Qué maravilla, qué jolgorio.
Probablemente solo Batman sea hoy por hoy el único superhéroe que goza del favor ilimitado del público, resurgiendo una y otra vez de sus cenizas, y guardando una psicología tan atractiva como profunda.
Quizá sea esa la combinación que ha permitido convivir en poco tiempo diversas interpretaciones de su mito, a cada cual más diferente, a cada cual más interesante.

'Lego Batman: La Película' es, por mucho, la más diferente, y por ello la más interesante.
Porque sus creadores han pensado, muy acertadamente, que se van a divertir con la mitología del caballero oscuro. Pero también resulta que se la conocen a la perfección, en sus mejores y peores momentos, con un cariño tan puro que transpira cada fotograma.
Y habrá sido esa condición de intrascendente "versión al margen" la que les ha permitido volcar esa pasión, en todo su absurdo, poliforme y dramático esplendor, configurando un retrato de Batman que, a fuerza de no darse importancia, acaba construyendo algo muy importante.

Comienza como la mejor partida de Lego Batman que hayamos jugado nunca.
El nivel de detalle es tal que desearías pausar el éxtasis frenético de cada imagen, para admirarlas con tranquilidad.
Lugares y personajes del superhéroe están plasmados a la perfección en pantalla, dejando pequeños espacios de asombro entre las carcajadas para alucinar con lo bien que se describen estos héroes y villanos a cada frase perfectamente entonada (el doblaje raya un nivel sobrenatural a la hora de caracterizarles).
Las figuras de Lego desafían las leyes de la física y de la cordura en cada persecución y golpazo, mutando como la única manera de concebir este universo.
Y la guinda es Batman, salvando el día como si cualquier cosa: intimidante, valiente, forrado, seguro de si mismo... ¿egocéntrico?

La primera en la frente: este es el héroe que nosotros queríamos ver, pero no el que Gotham necesita.
La cultura popular ha construido al murciélago una identidad tan guay que casi ha perdido el significado trágico que encierra.
Aunque tampoco parece irle mal: el clamor popular precede al silencio de su Batcueva, su pose de duro oculta el vacío familiar Wayne, y hasta el infaltable Joker le confiesa su amor para que él pueda rechazarlo.
Batman es el hombre de las sombras, la pesadilla de los criminales, el amo de la situación. Se vive bien siendo Batman, parece, y es una idea que casi nos conquista (como siempre) si no fuera porque también se ha prestado atención a todas sus carencias.

El Joker, notando esa falta de objetivos, trama un plan para recuperar la atención de su querido justiciero, como si de una amante enfurruñada se tratara.
Y me reiría de eso, sino fuera porque expresa el más profundo entendimiento de lo que ambos son: dos caras de una misma moneda que no existe una sin la otra, cuya existencia compartida traza un equilibrio perfecto.
Batman ha descuidado su razón de ser, se ha convertido (nosotros le hemos convertido) en el máximo superhéroe adorado por todos, ha perdido ese equilibrio que engrandecía su leyenda, y se sufre por averiguar qué le falta, porque ser Batman parecía serlo todo.

'Lego Batman: La Película', bajo su comedia imparable, busca definir lo que significa el vigilante vestido de murciélago.
Eso que nos sigue fascinando de él, lo que le ha hecho sobrevivir casi un siglo de existencia, eso que en todas sus versiones, mejores o peores, siempre ha perdurado.
¿Su oscuridad? ¿Sus poderosas habilidades? ¿Su trágico origen?
Con todo eso podría haber sido otro villano cualquiera, de los muchos que persigue.
Pero quizá la clave sea el raro superpoder de sobrevivir a modas, épocas y sensibilidades, con sus amigos, enemigos y miles de bat-artilugios brillando como el primer día.

Batman es Batman por una serie de razones. Allí estarán sus villanos para recordarlas, allí estará su Bat-familia para justificarlas.
Si no existieran, probablemente no estaríamos viendo su continuo asalto a la pantalla, para seguir contando su increíble historia.

El mito siempre se desmenuza, siempre se construye otra vez.
Y la gran alegría es que en esta historia existan las piezas de Lego para poder hacerlo.
Aunque la mayor satisfacción siga siendo que, de todos los Batmans posibles, hemos tenido la suerte de quedarnos con todos.

Será que los tráilers y avances me vendieron un tipo de película completamente alejada de la realidad. Esperaba una gamberrada para la mayor gloria de DC. Ese tipo de película en el que uno es capaz de reírse de sí mismo y conseguir divertir al espectador durante un buen rato. Pero como sucedió con ‘La Lego Película’ hace ya un par de años, esta nueva versión de Batman con piezas de lego no funciona.

Camuflada entre algunos chistes inspirados y dignos de ese humor gamberro que esperaba, yace una película mucho más familiar y buenrollista a la que no la hace bien su ritmo frenético y acelerado inicial, donde nos quiere poner en situación y vendernos el contexto de la historia. Flaco favor, pues muchos gags pasan tan inadvertidos que, cuando te quieres dar cuenta, la película ha aflojado de golpe para contarnos la cotidianeidad del superhéroe encerrado en su batcueva. Pues vaya, en vez de un carrusel de emociones y risas, tenemos un inicio alocado que no funciona y una pausa que desentona. Mal augurio.

Además, la película según avanza no mejora. Descubrimos que a este caballero de la noche le falta garra por culpa del blandito guión y necesita más entretenimiento, sobre todo en su última media hora, que se hace eterna.

Tampoco he entendido muy bien el porqué de la elección de su doblaje castellano. ¿Alfred es José Coronado y Superman es Bayona? Me gustó ver que a Batman se le respetaba la voz de las películas de Nolan y me hizo gracia pero, ¿El resto? ¿A santo de qué?

Con el claro objetivo de conquistar al público más pequeño y vender más productos LEGO (lo cual no importaría si no fuese por el tono de algunos chistes), A ‘Batman: La Lego película’, a pesar de algún momento inspirado, no merece la pena.

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