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The Invisible Woman (La mujer invisible)

Romance. Drama En el apogeo de su carrera, el escritor Charles Dickens, casado y con 46 años, conoce a una joven de 18 que se convierte en su amante secreta hasta su muerte. Adaptación de la novela de Claire Tomalin. (FILMAFFINITY)
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
3 de marzo de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena porque todo en Dickens es interesante, pero este episodio de su lío con Ellenn Ternan se hace pesado por falta de ritmo, en un guión que avanza a trompicones.
Excelentes paisajes, fantástica recreación de mediados del XIX del vestuario y de la decoración, pero no basta.
Es curioso cómo la figura más atractiva sea la abandonada mujer de Dickens, con la que había tenido un montón de hijos. Los amoríos de Dickens es la parte menos atractiva de su vida, porque había una cierta dosis de hipocresía en quien daba lecciones de virtud. ¿Por qué no se dice claramente que estaba más salido que el proverbial pico de una plancha?
Fiennes hace un Dickens superficial y algo antipático, histriónico.
Pero sobre todo la película es lenta, lenta, llegando a aburrir.
No está conseguida, eso es todo.
Los momentos difíciles también de pena. Una carrera de caballos sin caballos. Y un accidente de tren con solo mover la cámara y después unos vagones de desecho. Se lo habrían gastado todo en vestidos....
yoparam
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9 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La joven Nelly Ternan fue amante de Charles Dickens hasta su muerte, en 1870, e incluso muchos defienden que algunos de los grandes personajes femeninos de las obras del escritor (como la Estella de “Grandes Esperanzas”) están inspirados por ella; aunque vivió siempre apartada del ámbito público y haciendo uso de nombres falsos, para guardar las apariencias de su relación, inaceptable bajo las rígidas convenciones sociales de la Inglaterra victoriana. Pocos biógrafos se habían preocupado por su figura hasta 1990, cuando la investigadora Claire Tomalin publicó una biografía que se convirtió en best-seller en Gran Bretaña. Es en esa novela en la que el actor Ralph Fiennes se basa en su segunda aportación como director tras adaptar en 2011 “Coriolanus” de William Shakespeare.

Fiennes, con unas dotes como intérprete sobradamente probadas, se reserva para sí mismo el papel del carismático e inteligente Charles Dickens, y pone el rol de Ternan en manos de Felicity Jones, que realiza una interpretación elegante y contenida. Ambos son de lo mejor de la película. Sobre todo, cuando no comparten plano. Y es que, a pesar de que los dos están magníficos en sus respectivos papeles, en el momento en que se unen para rodar las escenas de mayor carga romántica y sexual, la cosa se desinfla y no acaba de quedar creíble. Será la diferencia de edad, o será la pomposidad de sus encorsetados looks, o que simplemente “no pegan”.

Por lo demás, eficaz puesta en escena, fotografía delicada y suave, estética elegante y cargada de sobriedad. Una cinta exquisita, rodada con acierto y buen gusto. Mi crítica completa, por si os apetece, en este enlace: ow.ly/xBxyS.
Alba
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17 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un tema que ha hecho correr toneladas de tinta; las complicadas y tortuosas relaciones de las mujeres con los grandes monstruos de la literatura; el egoísmo voraz de ellos, la abnegación sufridora de ellas; el éxito y poder de ellos, el anonimato y la debilidad de ellas.
Asunto peliagudo y con muchas peligrosas tentaciones. El arco es muy amplio y se ha tratado de muchas maneras: desde el sensacionalismo morboso hasta el azúcar más pringoso; pasando por el romanticismo desatado, la sordidez esquinada o el realismo ramplón; sin olvidarnos del academicismo solemne, el historicismo de alcanfor, el revisionismo feminista o el best seller cutre. De todo ha habido y hay.
Esta película tiene un poco de casi todo pero se queda en casi nada, en un ejercicio de estilo pulcro y aseado, en una historia pequeña y sombría, correcta, austera y elegante, bien hecha, con atención al detalle y muy educada; y con una soberbia interpretación de Felicity Jones (él está correcto).
Historia mil veces vista y que aporta poco, pero buena al fin y al cabo, meritoria en su modestia. Quizás mortecina y chata, sí, pero válida y entretenida. Suena a muchas ("El piano", "Bright Star", "La hija de Ryan"...), pero vale la pena. La película es la actriz, lo demás queda muy lejos.
Historicismo posmoderno, clasicismo transido del pulso actual; ni demasiado arcaica ni demasiado moderna. Entre las ganas de agradar y el intento de hacer algo digno y riguroso, se queda a medio camino. Apreciable pero olvidable.
Ferdydurke
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25 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fiennes ya participó hace un par de años en una nueva adaptación de “Grandes esperanzas”, precisamente el libro en el que parece ser que Dickens plasmó parte de lo que le hizo sentir la joven Nelly Ternan durante la aventura amorosa que mantuvieron cuando el escritor inglés pasaba ampliamente de los cuarenta años mientras que la joven apenas pasaba de la mayoría de edad. En el momento en el que se desarrolla la historia, Dickens aparece como una persona asentada en lo económico y profesional que ve reconocido su trabajo por el público de su época. Un hombre afable que se preocupa por los más desfavorecidos tanto como en sus novelas.

Nelly (Felicity Jones) es una joven aspirante a actriz que ha leído a Dickens (Ralph Fiennes) y le gusta cómo le hacen sentir sus libros, de ahí que al principio se sienta fascinada por conocer de cerca al creador de todos esos momentos. Sin embargo, detrás de ese hombre aparentemente bonachón y preocupado del sufrimiento ajeno Nelly descubrirá que se esconde un carácter un tanto algo caprichoso, de niño grande que se obsesiona con su trabajo y que descuida las relaciones con quienes le rodean. De un hombre que trata a su mujer y madre de sus 10 hijos como si fuera una sirvienta, sin tenerla excesivo aprecio por su falta de cultura pero sin separarse de ella por miedo a la condena social. Aunque Nelly no puede evitar sentirse atraída por el escritor, será éste quien desarrolle una mayor obsesión hacia ella, al ver en esa joven de espíritu instruido y sensible a un alma gemela con la que poder compartir aquellas cosas que solo puede volcar en sus libros. Una relación que tendrá que desarrollarse a escondidas y en la que Nelly será la mujer invisible que acabará influyendo en la obra del autor.

El tono ambiguo que siempre da Fiennes a los personajes que interpreta viene aquí que ni pintado para este Dickens que es presentado como un hombre con defectos, esencialmente bueno pero que no es un santo caído del cielo. Un hombre que conoce lo bueno y lo malo que habita en las páginas de sus libros. Felicity Jones (una actriz británica que me descubrieron en la película “Like Crazy” y que es una pena que sea tan desconocida, ya que tiene un talento muy prometedor) también hace un estupendo papel como esa joven aspirante a actriz con alma de escritora, hermana e hija de un grupo de mujeres fuertes e independientes que buscan su destino aún a costa de saltarse el orden establecido de su tiempo. Kristin Scott Thomas interpreta con su habitual solvencia a la madre de las chicas, en un rol secundario que le ha permitido coincidir de nuevo en pantalla con Fiennes casi 20 años después de “El paciente inglés”.

Si algo se le puede reprochar a la película es una cierta frialdad a la hora de plasmar la relación entre Dickens y Nelly, que viene bien a la hora de mostrar cómo se desarrollaban las pulsiones amorosas en aquella época, donde estaba mal visto ofrecer el cuerpo desnudo al amante y que al mismo tiempo le quita emoción a la historia entre ambos. El hecho de que la narración sea un flashback en el que Nelly recuerda lo sucedido años después, le da un cierto convencionalismo y quita espontaneidad a lo relatado. Defectos que sin embargo no empañan una película que muestra que Fiennes puede resultar convincente a ambos lados de la cámara y que deja una serie de interesantes apuntes sobre la diferencia entre el amor literario y el real, casi siempre mucho más imperfecto, pues al fin y al cabo la literatura no deja de ser una manera de tratar de ordenar el caos que es la vida en sí misma.
travis braddock
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12 de diciembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de época nunca ha sido mi fuerte, y siempre que me enfrento a un film de ese tipo lo hago con un ligero temor a no entrar en la historia con el pie adecuado, o dicho de una forma directa, a quedarme dormido. Pues con “The invisible woman” todos esos miedos se han disipado de un plumazo, he conectado con la historia y con los personajes de buenas a primeras y, a partir de ahí, todo ha sido un camino de rosas. Y uno de los principales motivos de empatizar con el producto es, sin lugar a dudas, su director. Ralph Fiennes, bajo su estilo de transformar lo denso en fluido, te mete de lleno en la historia y en los personajes con una facilidad pasmosa. Es su segunda película pero parece que lleva muchas más.
Luego hay que admitir que lo narrado por Fiennes en “The invisible woman” es sumamente apasionante e interesante. La figura de Charles Dickens es de sobras conocida y ha sido representada en diversidad de ocasiones, pero la secreta historia de amor que vivió con la joven Nelly a mediados del S. XIX es muy desconocida. “The invisible woman” representa la lucha fratricida que vive el personaje de Felicity Jones, que se debate entre lo que quiere su cerebro y lo que desea su corazón, la razón contra la pasión. Una historia de amor imposible y un viaje sobre el significado de ser mujer en una época difícil para serlo. Todo ello se refleja a la perfección en la desgarradora interpretación de Felicity Jones, este fue su primer papel importante y creo que es su mejor interpretación hasta la fecha, muy por encima de la de “Un monstruo viene a verme” (J.A. Bayona, 2016) por la que muchos exagerados solicitáis Oscar. Una actuación libre de artificios y de melodramas de mercadillo.
Aunque hay algo implícito en la película que seguramente radique a medio camino entre la magistral interpretación de Felicity Jones y el punto de vista desde el que nos cuenta la historia Ralph Fiennes, todo ello nos invita a terminar odiando en cierta manera al personaje de Charles Dickens. "The invisible woman" tiende a demonizar al escritor, y no es solo un sentimiento generalizado entre el público femenino sino que el masculino también se posicionara en ese lugar.
Otro punto clave de “The invisible woman” es su puesta en escena, sobria pero tremendamente efectiva. Todo cuidado al milímetro para reflejar una época de la manera más verídica posible.
En resumidas cuentas, “The invisible woman” es una película muy recomendable. Cine de época sólido y efectivo que nos ofrece la cara oculta de Dickens y una apasionante historia de amor.
Isaac Paskual
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