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The Invisible Woman (La mujer invisible)

Romance. Drama En el apogeo de su carrera, el escritor Charles Dickens, casado y con 46 años, conoce a una joven de 18 que se convierte en su amante secreta hasta su muerte. Adaptación de la novela de Claire Tomalin. (FILMAFFINITY)
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
19 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Período de la vida madura de Charles Dickens que Ralph Fiennes dirigió y protagonizó.

Ambientada en la época en que Charles Dickens ya era una leyenda en Londres, con miles de admiradores, tal es la magnitud y belleza de su obra, y dueño de varias compañías teatrales y periódicos, totalmente abocado a su trabajo de escritura de más de siete veces de horas al día y acompañando a los actores de su teatro, estaba casado con Catherine Hogarth, a quien debemos uno de los libros de recetas más mágicos para la vida familiar.

Ella era su fiel esposa de 22 años de matrimonio, la madre de sus 10 hijos, la mujer que más lo amó, eran la armonía personificada como pareja en la época victoriana.

Pero todo cambió cuando Nelly Ternan, una joven actriz en ciernes se cruzó en el camino de Dickens.
Ella le hizo ver muchas cosas de su vida diaria que ya cambiaban.

La película tiene que verse y más de una vez, pausadamente, sin prisa, si es que eso es posible hoy en día, pero realmente está llena de una historia dramática, más aún que sacada de sus libros, más pasional y atrayente.

Basado en hechos reales harán las delicias de los fans del autor.

Muy recomendable. Sin compartir una gran química sin embargo Felicity Jones y Ralph Fiennes consiguen llenar la pantalla sin que echemos de menos nada.
barbara12
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27 de agosto de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy bien ambientada en la Inglaterra de la época victoriana, con una interesante trama basada en un hecho real, la relación entre el escritor Charles Dickens y Nelly Ternan, pero plasmada en esta película con una frialdad abrumadora. Nada pasional, sensitivamente nula y carente del erotismo que le corresponde a un enamoramiento y a una película romántica. Ni tan siquiera transmite sensibilidad ni pasión alguna. Un bodrio de película!!!
Jor_El
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4 de abril de 2019
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La mujer invisible es una historia de amor, de infortunios, de dolor; un amor negado, un amor oculto. La mujer invisible nos cuenta la historia del amor oculto y secreto del célebre escritor Charles Dickens y una bella joven que comenzó trabajando para el
La película se sustenta en una buena puesta en escena, una tenue fotografía, un apreciado vestuario, una rotunda melodía, delicadeza en las formas, finura en el lenguaje, sutileza en la estética, suavidad para la vista, agradable para el oído y unas interpretaciones potentes y acordes a la historia; Felicity Jones desde la serenidad de su personaje no necesita decir mucho para transmitirnos sus sentimientos y lo que pasa por su interior, mientras que Ralph Fiennes consigue una brillante composición de Charles Dickens.
Se vislumbra una apasionada historia de amor, potente e interesante relato que, sin embargo, va perdiendo intensidad conforme avanza, una atracción e interés inicial que lentamente y sin apenas apreciación va desinflándose cual inclinada cuesta abajo que no parece remontar. Es una exquisita, suntuosa obra de arte que, pasado el inicial impacto y tras un tiempo de estimado y considerable mantenimiento pierde emoción y encanto, atracción y seducción cual delicada pieza, figura preciosa a la que te cansas de mirar por falta de pasión, nervio, hechizo, empuje que desvele tu ocasional y leve somnolencia. Aun así eres consciente y capaz de valorar el esfuerzo del buen trabajo realizado.
fermillo
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25 de noviembre de 2019
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Nada hay como una playa desierta, extensa de arena por recorrer y de inagotable azul con el que saciar la vista, para sumergirse en el interior de un personaje. Coloquemos en ella a una mujer. Es joven y rebosa energía, aunque se la nota cansada. Tiene la mirada distante y lleva un paso acelerado, síntomas de que esconde un secreto y de que desea que el trance de revivirlo dure apenas un suspiro. Su nombre es Ellen Ternan, una esposa y madre de familia que en su juventud, con tan solo 18 años, se convirtió en la amante de Charles Dickens hasta la muerte del escritor. La playa por la que transita al inicio de 'The Invisible Woman' es larga y luce un mar picado, lo que representa que la herida que oculta aún está por cicatrizar. La sociedad en la que vive se revolvería incómoda ante sus confidencias, y por eso cruza la playa sola y rápido. Porque todavía duele recordar y es pronto para haber olvidado.
Aunque se trate de un relato biográfico sobre una parte de la vida del novelista inglés, Dickens no es el protagonista de la película. No, al menos, desde la perspectiva de la cámara y el guion, enfocados ambos en la mirada de la persona con la que compartió sus últimos años. Ternan será esa mujer invisible frente a la sociedad victoriana del siglo XIX, hipócrita y opresora al reverenciar a una persona y no permitirla vivir conforme a sus sentimientos.
Ralph Fiennes pasa página de su incursión en el Shakespeare de Coriolanus para meterse en la piel de otro de los pilares de la literatura británica. La suya no es una película biográfica -al inicio, ya avisa sutilmente de que va a servirse de licencias dramáticas-, pero sí que trata de proyectar todas las realidades del escritor: su vida de fama y reconocimiento, sus problemas matrimoniales y los deseos y miedos que albergó ante la irrupción de una mujer que sacudió su existencia. Fiennes lo dota de humanismo para no elevarlo a las alturas siendo el referente que supone para la literatura inglesa, pero, a pesar de recrear algunos de sus momentos más oscuros -como mostrarle a su esposa que su matrimonio ha terminado construyendo un muro para dividir el dormitorio-, sus actos siempre van acompañados de reflexiones o diálogos en los que Dickens solo es un hombre enamorado que intenta hacer lo correcto.
Sin embargo, la protagonista es ella, la joven que le robó el corazón. Gracias a un guion que enlaza genialmente la historia de ese amor con su vida presente, la estructura narrativa del filme va generando interés por conocer qué precipitó el final de una, suponiendo al mismo tiempo el comienzo de la otra. La dirección de Fiennes es sobria pero efectiva, sobre todo en las escenas en las que la música se apaga y solo quedan dos rostros que se atraen con la fuerza de dos imanes. La agonía de los violines le sirve para expresar el duelo interior de Ternan en su recuerdo, mientras que las palabras de las obras de Dickens inundan un metraje que, en ocasiones, adolece de un ritmo demasiado lento.
Fiennes encarna al novelista inglés, pero las que destacan en su película son las mujeres, sobre todo una Felicity Jones que aporta luz cuando aparece en pantalla y que, sin alardes, va construyendo poco a poco su personaje, mostrando tanto los momentos de joven ilusionada, como los de mujer enamorada y, finalmente, víctima de una sociedad que le impide demostrar su amor y de un hombre incapaz de desprenderse de su fama para completarla.

Diario de Navarra / La séptima mirada
Asier Gil
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