La fría luz del día

Alguien ha tenido que engañar a los actores principales y el director, porque si no, no se entiende: están dos vacas sagradas, el próximo Superman y el tío que ha cambiado la carrera de Van Damme.

¿La peli? Mal, gracias. Parte de una premisa sin gancho que parece una mixtura low cost de las aventuras de Jason Bourne y (literalmente) un episodio de "Alias" poco inspirado.

El cast hace lo que puede (incluso una descertada Verónica Echégui, que seguramente imaginaba que se metía en un film de más categoría), pero no basta. Los clichés abundan. La falta de presupuesto (eh, esto es una coproducción con Spain) se nota en pantalla (fotografía de poca calidad, estilo visual romo que no se puede permitir NINGUNA clase de lujo, set pieces que serían superadas por cualquier peli de EuropaCorp de lejos) y al final la cosa acaba siendo una concatenación de postales urbanitas estilo "Visit Madrid" con Fabrik de por medio, poli inutilazos por allá, geografías enloquecidas y calles a menudo vacías en momentos climáticos por acullá.

En resumen: un desastrillo que apenas mantiene la honra y confunde apresuramiento con ritmo. Con actores de menos relumbrón habría sido casi un direct to DVD de Van Damme (sí, le mento otra vez) que no hubiera visto ni su tía Jacinta.

Aunque no creo que tampoco vaya a ser muy vista le película en cines...

A todo esto: ¿Y el título? ¿Por qué? ¿Qué carajo significa?

La pregunta es si realmente alguien llega a ver la luz del día en esta película! Un guión "sin ton ni son", que va dando tumbos, jugando a la oca (de golpe a golpe y me pegan porque les toca), inventando el rumbo y desenlace según van teniendo ideas -todas ellas bastante flojas-, con una total falta de conexión en lo contado, con un protagonista completamente inepto para expresar emociones más allá de su físico, que parece un sonámbulo saltarín sin baile preparado, con una horriblemente-utilizada Sigourney Weaver que hace una copia-espeluznante de un Terminator al que no se le mueve ni un sólo pelo de su perfecta melena, un Bruce Willis de reclamo taquillero que desaparece sin aportar nada, una cámara que se mueve con demasiada rapidez para ocultar una falta de calidad y aptitud en cada uno de los diálogos y escenas -tanto que llega a producir hastío el moviento de la misma y la carencia de contenido de lo que muestra- y, por suerte, una duración corta de un carente trabajo que, al menos como consuelo, nos muestra un decente -no obstante, mejorable- Madrid que te mantiene despierta aunque sólo sea por orgullo español! Únicamente con las escenas de persecución y los materiales destrozados es de suponer que algo de dinero habrán dejado en la capital madrileña; ¡Algo es algo, pues por poco que sea es más que nada!

Créeme, no pierdas el tiempo en ver esta "película". Mejor un telefilm de sobremesa en una de las cadenas estatales, cualquiera de ellas, léase telecinco o antena 3, ... de verdad. Hacía tiempo que no veía una mierda de flim tan grande.
Y eso que los primeros 5 minutos, ... se dejan ver. No es que te enganche, pero dices, ... joder! si és el Bruce Willis ... vamos a darle un margen, a ver cómo transcurre ...
Y empiezas a flipar ... ¿ pero ésto de qué vá ? ... ¿ y ahora qué pasa ?
¿ éso es una comisaría o un bar de carajilleros ... ? ...
¿ La Sigournei Weaver ? ... ¿ ya se lo han cargao ... ? ( no es spoiler. Los Spoilers no existen o no son importantes en una pelicula como ésta )
...
...
¿ Es un macroanuncio de coches, tipo A...I ? ... Anda a la MIERDA !!!
Sinceramente, hay cosas que nunca entenderé ... ¡Coño, que no basta con que sea una peli Americanoespañola !
Saludos.

No merece la pena ni perder el tiempo en desarrollar una extensa crítica, resumiré mi impresión entre indignación y risas; El guión es peor que mediocre, ni siquiera un buen diálogo, efectos especiales de bajo coste ( teniendo en cuenta que el 70 % de la película son escenas de acción, persecuciones, tiroteos y explosiones, al menos es de esperar un buen trabajo de efectos especiales que aporten algo de cuerpo ), publicidad totalmente fuera de lugar y exagerada, no es posible que el protagonista se pase media película con una camiseta de la discoteca Fabrik puesta, supongo que tuvieron que ahorrar para pagar el cache de Bruce Willis, quien aparece durante los primeros 20 minutos de la película para aportar lo único salvable, su carismática presencia, la cual abortan por falta de presupuesto obviamente pues....

Quitando la media hora final, “La fría luz del día” es un thriller normalito con el aliciente de que, al estar rodado en España, poder disfrutar detectando los mil y un gazapos de localización (como que doblando la esquina del Retiro esté la puerta del Sol, desde la que bajando una cuesta llegas a Serrano y desde allí coges el metro en la estación de Pitis, por poner sólo los dos más clamorosos de los cientos y cientos que hay en la apenas hora y media que dura la peli) así como viendo como la Juani o Camarón comparten plano con Bruce Willis y Sigourney Weaver.

Durante esa hora, sin mucha gloria pero tampoco sin mucha pena, un muchacho descubre que en realidad es el hijo de un superhéroe y tiene que salvar a su familia de las garras de unos secuestradores en medio de una trama relativamente llevadera (dentro de lo inverosímil del planteamiento) de seguir unas pistas que llevan a otras pistas que llevan a otras pistas. Bueno, en realidad Bruce Willis no hace de superhéroe sino de agente de la CIA de esos que te montan una bomba con un chicle y un mechero, pero da lo mismo… la trama tiene los suficientes giros como para no aburrir y lo suficientemente creíbles como para no descojonarnos. Demasiado, al menos.

El problema llega con una última media hora en la que Madrid se convierte en un Hebrón o una Gaza cualquiera invadida por comandos israelíes a la caza de terroristas, tiro va, tiro viene, una ciudad sin ley del tercer mundo que es, supongo, como nos deben ver en USA. Sigourney se pasea a tiro limpio por la Gran Vía, la Plaza de España matando a cualquier ciudadano que se le ponga por delante (sospechosamente todos morenos, sin afeitar y con aire chicano), sin que haya rastro de Policía Nacional, Municipal, Guardia Civil o, lo que ya es de traca, agentes de la ORA poniendo multas de aparcamiento. Toda una España muy de chirigota y pandereta, con la sensación de que en cualquier momento, va a aparecer por la Castellana una multitud con pañuelos rojos corriendo delante de unos toros.

La escasa presencia de Willis (lo único destacable, la verdad), no compensa tanto desastre. Si juntamos todo, deja un pésimo regusto.