La peste (Serie de TV)

Tenía la idea de ver esta serie en un par de semanas, a días salteados por las noches o algo así, y al final ha sido empezar el lunes y hoy jueves ya la he terminado. Y no por motivos positivos, qué va, sino porque me he auto obligado, ya que era consciente de que si pasaba un fin de semana entre medias no la iba a terminar de ver jamás.

Veamos. La presentación de la serie casi que es inmejorable. Buen presupuesto, geografía local y por tanto conocida, un thriller a lo El Nombre de la Rosa que a mí me resulta súmamente atractivo y, sobre todo, que son 6 capítulos. "Con solo 6 capítulos han condensado el guión y no va a haber tramas de relleno o capítulos bottle episode" pensé, pero precisamente creo que ahí radica uno de los problemas, de los muchos que tiene. Al ser de corta duración no hay ningún desarrollo de los personajes y apenas empatizas con ellos. Tenemos al héroe atormentado, al niño descarriado, a la mujer y para de contar. El individuo que encarna Paco León, un intento de Meñique de Juego de Tronos sin carisma ninguno, es de lo más insulso que recuerdo en un personaje semiprotagonista.

La no existencia en contraposición de un "malo" para mí también le hace que carezca de gancho la trama. Una trama que por momentos se hace compleja de seguir, y eso que no son tantos nombres o familias a lo El Señor de los Anillos, pero es que está mal estructurado todo. No está bien contado. Por no hablar del sonido de los diálogos, que algunos son ininteligibles. Y no es por el acento andaluz que puedan tener, como he leído en algunos sitios, no. Es cosa del montaje de sonido.

Y hablando de cosas técnicas, evidentemente no soy ningún entendido en la materia, pero puedo valorar que está bien ambientado todo y que encontramos efectos notables. Aún así, esa Sevilla del Siglo XVI recuerda todo el rato a la Londres de From Hell. Siempre está oscuro y hay barro por todos sitios. Un poco de ostentación creo que le hubiera venido bien. Finalizo. Supongo que del presupuesto gran parte ha ido a parar la recreación fiel de aquella época... entonces qué c****** hacen hablando de ¿metros?

En resumen. Una gran producción y campaña de marketing que llevará a mucha gente a tenerla en buena consideración pero que realmente es muy aburrida.

PD. Llevo años utilizando esta web pero no ha sido hasta hace un par de semanas que decidí registrarme por ánimo de un amigo para poder sacarle partido a lo de las almas gemelas. Y al hacerlo pensaba que jamás escribiría una crítica, porque no suelo estar muy pendiente de las novedades y hacer críticas de material que no está de actualidad lo veía poco útil. Pero la decepción con esta serie ha podido conmigo y he sucumbido. Heme aquí.

Una vez vista "La peste", se confirman mis sospechas: en el aspecto visual es increíble, con una calidad pocas veces vista en las producciones españolas, pese a que abuse en demasía del tenebrismo y se incline más por las pinturas de Caravaggio que por artistas manieristas o por los sevillanos Velázquez, Murillo, Zurbarán o Valdés Leal. Pero notable. Por otra parte, el cacareado rigor histórico es bastante discutible y la miniserie reincide en los tópicos de la Leyenda Negra antiespañola de la línea holandesa, inglesa o alemana. Vayamos por partes.

Está claro que la Historia de España está plagada de oscuros momentos, siniestros personajes y terribles pasajes, hasta en su época imperial. Eso es innegable. Como historiador bien lo sé. A estas alturas nadie se va a creer una película triunfalista ambientada en los sucesivos reinados de los Habsburgo, como si aún estuviéramos en la primera etapa del franquismo. No. Por supuesto que se debe desmitificar. Pero se puede realizar una producción con cierto rigor y sentido crítico, que se recree en las sombras (que las hubo) pero también en las luces (que las hubo) y no se limite a contentar al público más progresista y relativista cultural, aparte de tratarle como menor de edad, porque eso es lo que hace "La Peste".

Dice mucho de la parcialidad y tendenciosidad de "La Peste" el alborozo con que la izquierda española la ha recibido. Algunos críticos incluso la comparan con las obras de Pérez-Reverte y poniendo a éste a caer de un burro. Basta leer un par de libros del odiado escritor para comprobar que su recreación del pasado imperial se parece mucho al que muestra "La Peste", pero carece del sectarismo tendencioso y los estereotipos posmodernos de ésta. El académico es buen conocedor de los clásicos del XVI y XVII y de la historia y sus personajes no piensan ni actúan como si estuviéramos en la actualidad. En sus libros puede haber personajes feministas, anticlericales, poco católicos, malos cristianos y homosexuales, pero no es maniqueo, ni hace paralelismos con el presente ni los impregna de moralina progre.

Por lo demás "La Peste" es poco original también en la trama, mil veces vista en otras intrigas, y no es especialmente entretenida. Puede gustarle al espectador con preferencias por el cine de época y paladar no demasiado exquisito. Le encantará, como ya se ha dicho, a esos españolitos rencorosos, siempre dispuestos a menospreciar e injuriar todo pasado indigno de ser alabado por el mero hecho de no ser el de su tiempo, ávidos de que se vea bien lo sucios, radicales, homófobos y meapilas que eran en el siglo XVI, tan carcas que no decían palabros del tipo "sororidad", "empoderamiento" o "afrodescendiente".

Viendo la serie, a uno le cuesta creer que los haraganes y repugnantes españoles pudieran mantener el dominio mundial durante casi 200 años, con sus luces y sus sombras.

Buen argumento y buena puesta en escena pero hay algo que no engancha y son las conversaciones, el entusiasmo que los actores ponen en ellas: ninguno. Suena igual la conversación de una prostituta, que la de un noble, que la del protagonista, sin energía, sin expresión. Un problema sin resolver en muchas películas españolas.

Creo que es una serie bien rodada, donde se ve el alto presupuesto con el que ha contado el director, pero con un guión deslavazado y que no engancha porque le falta hondura, de la situación en la Sevilla del XVI, de los personajes protagonistas y de sus motivaciones.
Dicho esto, la parte técnica es bastante penosa, es una serie que, exagerando mucho, ni se ve ni se oye. Yo soy andaluza y hay frases que las he oído una y otra vez sin llegar a entender su significado, así que imagino que en otras partes de España será mayor el problema que creo que es de cómo está recogido el sonido y la falta de vocalización de algunos actores.
Y verse...tampoco está conseguida la iluminación, pues si bien se han evitado con éxito las luces cenitales que aparecen en otras series españolas, se ha hecho a costa de que haya escenas donde se pierden detalles importantes y siempre de noche, con lo que es un descanso para la vista alguna escena rodada en exteriores.
Sevilla podría ser mísera en muchas de sus calles de ese tiempo, pero me extraña que en el mes de octubre hubiera tanto barro porque lo normal es que llevara cuatro o cinco meses sin llover, con lo que sería más lógico es que hubiera mucho polvo.

He visto la serie ya un par de veces antes de decidirme a escribir. Al principio, como el replicante de Blade Runner 2049, me pareció haber visto un milagro. Después ya le ves algunas cosas que no te cuadran tanto, sus fallitos, su Paco León (sensacional el tío), hablando de metros en 1590, su moralina “progre” y “feminista” inherente a toda serie española de los últimos veinte años (de la que hablo en la zona de spoilers)... Pero siendo un amante de las series históricas, y tras años de envidias de ver lo que los británicos o los yankis pueden hacer con su historia mientras aquí te trataban de colar el “Alatriste” de Telecinco, ver esta serie ha sido, casi, un milagro. La historia es una peripecia detectivesca. Un hombre, Mateo Nuñez, perseguido por la Santa Inquisición, tiene que volver a la Sevilla de la que había huído años antes para cumplir la última voluntad de su amigo Germán Larrea, recientemente fallecido. No voy a entrar en destacar intérpretes ni labores técnicas, ya hay gente que se dedicará a eso con más conocimiento del asunto y mejor prosa. Luego me leeré otras críticas, a ver quién es el primero que ha soltado aquello de que la serie es “un fresco” de la época, del recuerdo de las novelas picarescas y de cierto regusto a Dickens en el personaje de un Fagin sevillano y su corte de niños. No seré yo. Solo decir que si a mí el director ya me tenía encantado desde “La isla mínima” después de ver la serie estoy convencido que le da cien vueltas a cualquier otro director español y al 90 por ciento de los extranjeros. Los actores están impecables, todos. Hay un protagonista, Nuñez (el desconocido para mí Pablo Molinero, que parece salido de un cuadro de Velazquez), pero la serie es coral, con docenas de personajes que se entrecruzan por las calles de una Sevilla espesa. Por allí circulan los Paco Tous, los León, Dechent, Del Estal, Patricia Nuñez... Todos están bien, y algunos muy bien. Todos dan el tipo. Estoy convencido que cualquier actor español trasladado al “Siglo de oro” alcanza un plus de calidad de interpretación, desde el Fernando Rey de “Don Quijote” al Resines de “La Marrana”. Todo parece sacado de un cuadro de la época: las ropas, las casas, las calles, la luz -igual resulta una Sevilla un tanto sombría, pero mejor una taberna en claroscuro que una posada iluminada con doscientas velas, como ocurría en la serie antes citada-. Muy buen trabajo del equipo técnico. Me gustan hasta las ratas. A mí me ha encantado y me parece la mejor serie de trasfondo histórico que se ha hecho en España en muchos años. Tantos que no me alcanza la memoria. Estoy seguro que le gustará hasta a Pérez Reverte. Y por cierto, yo recomendaría verla con auriculares, para apreciar las mil capas de sonido en segundo plano, las voces que corean los discursos, el ulular de las aves que se cuelan en las conversaciones nocturnas, la omnipresente música de Julio de la Rosa , que tanto me ha recordado al fondo sonoro de “La isla mínima”. Repito, una serie estupenda, muy exportable y que hay que ver con atención. Notable alto.
Y ahora en la zona de spoliers un par de palos “pa” quedarme a gusto. Ojo que cuento el final y eso, así que avisado está el que siga adelante: