Haz click aquí para copiar la URL

Kolya

Comedia. Drama Franka Louka es un concertista de violoncelo y profesor de renombre en la Checoslovaquia ocupada por los soviéticos. Al perder su puesto en la orquesta, no le queda más remedio que tocar en los funerales para sobrevivir. Pero ha contraído muchas deudas y no puede saldarlas. Por eso, cuando el señor Broz, el enterrador, le sugiere que resuelva sus problemas económicos casándose con una joven rusa que quiere conseguir la nacionalidad ... [+]
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
25 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No todos los días se ve una película de la Antigua Checoslovaquía (por favor el que haya visto tres esta semana que me mande un mensaje) y como ganó Óscar se hizo conocida y la echaron en la dos y ésta bien.

Cuenta la historia de un músico bohemio que es veterano y es un seductor y lo interesante es que mezcla la música con contexto histórico, social y la personalidad del citado músico y sus vivencias, que aunque no lo parezca es un seductor (en Estados Unidos el actor haría de lavaplatos). Habla de diferentes países, del comunismo, de la Antigua Alemania etc..

Es interesante porque no sólo está bien hecha también aprendes del citado país, de su historia etc..
Halcombe Norilsk
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de diciembre de 2006
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doy mi voto y manifiesto mi simpatía por esta película en la que un solterón consumado, carente de todo compromiso por nada que no fuera su música, rehuye sistematicamente, -como si de una efermedad contagiosa se tratara-, la paternidad y la familia.

Circunstancias imprevista, -un matrimonio de conveniencia que se le complica-, le colocan ante el cuidado de un niño de 5 años, al que ningún afecto le une, ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bonifacio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de septiembre de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película perfecta como aperitivo para adentrarse y comprender la República Checa y su compleja relación con los rusos que viene de tan atrás. Kolya es un retrato sencillo y suave de ese país, con un guión y una fotografía repletos de pequeños detalles: la tradición musical de los checos, la melancolia de los tejados praguenses, el sabor de un viaje en Travi, la cocina tradicional de mamá o el ambiente de provincias; la frialdad de la burocracia rusa, el extraño magnetismo de los cementerios o el color de Praga al atardecer.

Y mientras, sin darnos cuenta y junto al transistor con el que Franka se acuesta cada noche, nos han contado la Revolución de Terciopelo.

Kolya funciona como historia personal y dulce que, con semejante telón de fondo, nos cuenta a la vez muchas cosas. Se disfruta, se aprende y además, arranca unas cuantas sonrisas con un guión muy ingenioso. Totalmente recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Riotgrrrl
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de marzo de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kolya es de esas emocionantes películas y por muy buenas razones, una película que no se queda en el simple hecho de una preciosa historia, una historia que tiene más fondo, un fondo realmente grande.
Una historia que demuestra que los valores humanos más profundos van más allá de cualquier pensamiento o sistema político y así queda demostrado en esta película.
Situada en un entorno comunista donde este ya llega a su fin narra la realidad social de aquellas personas afectadas por el sistema, una realidad que no mira ni por los sentimientos ni realidad emocional de cada persona y así queda reflejado.
Una mujer rusa se casa con un checo para poder obtener los papeles y poder cruzar la frontera a Alemania dejando a su hijo en Praga, esa es la base de la película, critica el sistema pero la película tiene, por supuesto más fondo que esa simple historia, tema amado por los americanos y del que ya estamos cansados de escuchar, sobre todo aquellas personas que vivimos en algunos de los países eslavos.
Durante la película podemos observar una preciosa historia entre dos personas, un hombre maduro y un niño de cinco años, que hablan diferentes idiomas y no se pueden comunicar y ahí lo bello de la película, no importa ni el idioma cuando los valores humanos están presentes y así nos muestra, ni el sistema político ni el idioma están por encima de los valores humanos.
Historia en diferentes momentos bastante sobrecogedora y con preciosos momentos tan tiernos donde a uno es fácil que se le caiga la lagrima, a pesar de que a veces busca esos momentos de lágrima fácil gracias a dios no es el cine americano de sentimientos fáciles al que estamos acostumbrados.
La película demuestra en todo momento que es cine checo pues muestra la realidad de la Republica checa y en más concreto Praga, ciudad al que el turismo habitual no está acostumbrado a mirarlo de esta manera sino simplemente una ciudad de preciosas fachadas donde se obtienen preciosas fotografías así que la película muestra un realismo auténtico en bastantes aspectos como por ejemplo las viviendas y vida diaria de cualquier persona que viva bajo la presión del sistema.
Una vez más aplaudo a la película por no quedarse solamente en la anécdota de la realidad política-social que vivieron los países eslavos sino que por encima de todo eso están las personas sin importar raza, ideología o tendencias, las personas somos personas y eso es lo importante.
Una gran película.
manuel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de julio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frantisek Louka (Zdenek Sverák), violoncelista, de 55 años, soltero y mujeriego, que fue expulsado de la Filarmónica de Praga, se tiene que ganar la vida tocando en funerales y cementerios, donde también repinta las letras de las sepulturas. El bueno de Franta, así le conocen sus cercanos, ha acumulado deudas y cuando su amigo Broz, sepulturero, le propone un matrimonio de conveniencia con una joven rusa no se puede resistir. Lo malo para Franta será que su mujer se marcha rápidamente a Alemania, para ello quería el pasaporte checo, y deja a su hijo Kolya, de 5 años, al cuidado de su tía, quien morirá al poco tiempo, pasando el pequeño a depender de su padrastro.

Efectivamente, estamos ante una película con niño, tierna y entrañable (estos dos adjetivos no tienen por qué tener el significado peyorativo que el cinismo de hoy en día les quiere dar), pero que en modo alguno resulta ñoña ni empalagosa. Zdenek Sverák (toda una institución en su país donde, a sus actuales 83 años, sigue trabajando en teatro, habiendo sido a lo largo de su vida, además de actor, humorista, dramaturgo y letrista de canciones), su guionista, al tiempo que protagonista (y padre del director) escribe una historia llena de gran y buen humor que llega a resultar realista, siendo eficazmente dirigida por su hijo Jan.

La de los avatares de Fran con el pequeño Kolya, excelentemente interpretado por Andrej Chalimon (quien poco después abandonaría toda relación con la interpretación y dijo no guardar buen recuerdo ni del rodaje ni de la productora), no es la única narración que se hace, el orgullo patrio checo ante la continua presencia militar soviética se hace patente; y además se sitúa la acción en el verano-otoño de 1989 desembocando en el comienzo de los acontecimientos de la Revolución de Terciopelo, verdadero preámbulo de la caída del comunismo en Europa.

La música clásica elegida, más la original de Ondrej Soukup, reconocido director de orquesta y compositor, así como la luminosa fotografía de Vladimir Smutny y la belleza del casco histórico de Praga, donde la mayor parte del relato se desarrolla, son valores a añadir a la calidad de la obra.
Juan Ignacio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow