Family Man

En un tiempo en el que proliferan acróbatas, volatineros, deshollinadores, ropavejeros y socorristas que la han liado parda, que hoy parece que todos la hemos liado parda, sólo se puede decir que la Canción de Navidad de Charles Dickens, el cuento de Míster Scrooge y los tres espíritus, la lió parda. Porque, además de las incontables versiones que de la más navideña obra del escritor inglés se hicieron, incluyendo la reciente y soporífera y megatecnológica de Robert Zemeckis, tampoco son escasas las ramificaciones que del potente y moralizador tronco de A Christmas Carol han nacido. FAMILY MAN, por supuesto, a ritmo de La Donna È Mobile, es una de ellas.
Durante los prolegómenos de una Nochebuena fría y nevada, Jack Campbell, exitoso tiburón de Wall Street convertido a la sazón en buen samaritano, es avisado por un emisario celestial de que va a protagonizar una visión. Una visión a lo largo de la cual, convencido de que lo tenía todo, Jack va a llegar a la descarnada conclusión de que no en el dinero está lo grande.
Yo no daría mi huevo izquierdo por Téa Leoni, a la que no veo capaz ni encuentro atractiva, pero me gusta Nicolas Cage como el tiburón evolucionado y Piven como el amigo fiel. Me encanta Don Cheadle, como siempre y como no podía ser menos, me sosiega Saul Rubinek, que está pidiendo a gritos una peli de koalas, y me apacigua constatar que no hay historia de pascua y de magia que se precie que no cuente con la música del pardo de Danny Elfman

Ver una película de Nicolas Cage hoy en día requiere estar preparado para lo mejor y para lo peor; Cage arrastra tras de sí mas de 70 películas a sus espaldas en las que le hemos visto interpretar papeles de todas clases; digamos que es lo contrario a un actor encasillado en un papel. Le hemos visto dando vida a soldados, a policias, bomberos, asesinos, convictos e incluso a un vampiro. Algo que a la larga no solo le ha servido para ganarse alguna que otra crítica negativa por parte del espectador, sino que además ha conseguido perder credibilidad.

Esta película coincide con la mejor versión de Nicolas Cage, en ella consigue que el espectador empatice con Jack Campbell hasta el punto de considerarlo un hombre miserable aún siendo una de las grandes fortunas de Nueva York y un hombre desafortunado en el momento que ejerce de padre de familia en un entorno medianamente humilde.

Todo gira en torno a una decisión de Campbell en la que decide tomar un vuelo con destino a Londres por motivos académicos, un acontecimiento que marca radicalmente su vida y así lo percibimos a lo largo de la película. La estructura de "Family Man" no me deja de recordar un poco a la de "El efecto mariposa" jugando con las consecuencias de nuestras acciones o decisiones, embarcándonos en los clásicos "y si ...".

La película en sí no busca ser muy pretenciosa, tiene justo la fórmula mágica para ser un éxito de taquilla (como así fue); tenemos por una parte al recién laureado con el Oscar al mejor actor, Nicolas Cage, le sumamos una cara bonita como Téa Leoni, un escenario como Nueva York, un poco de ciencia ficción con Don Cheadle como artífice y terminamos con el aclamado compositor Danny Elfman.

Lo mejor probablemente sea la estructura de la película, nos situa perfectamente en el tiempo sin la necesidad de recurrir a los típicos flahsbacks de siempre.
Lo peor que se podría decir de la película es que es excesivamente previsible, pero francamente, no me esperaba otro desarrollo de la historia.

A mi me encantan las películas de Capra, pero ésta también me ha gustado. Aborda el bien, las segundas oportunidades igual que QUE BELLO ES VIVIR, pero a mi entender las dos películas son distintas en el sentido de que en la de Capra el protagonista es llevado a entender que su labor altruista ha sido fundamental para mucha gente. En cambio a Cage se le da una oportunidad para ver lo que habría sido y no fue y consigue una segunda oportunidad. O sea que aunque abordan un tema similar, yo no las compararía porque no son iguales. Eso si, el filme tiene el "feeling" Capra pero nada más. Nicolas Cage está muy bien en su papel y Tea Leoni actúa muy bien aparte de ser guapísima y muy atractiva. Una película reconfortante y eso siempre es bueno en nuestro mundo de locos. Bien.

Un hombre que en el pasado decidió apostar por su carrera laboral y alejarse de su pareja un tiempo, vive en el presente como presidente de una importante compañía de la bolsa y posee todo lo que desea. Tras un incidente en una tienda, recibirá la oportunidad de descubrir que tipo de vida hubiera llevado si habría elegido otro camino.
Entrañable historia, en la que un hombre amante de su trabajo, con una vida de éxito y dinero, descubre que a pesar de tener todo lo material, hay algo que sin ser consciente de ello, siempre ha echado de menos.
El director hilvana una sucesión de situaciones que de una forma sencilla y eficaz, presentan el tipo de vida que lleva el protagonista en cada momento, marcando las diferencias de una manera ostensible.
Consigue presentar y desarrollar situaciones inverosímiles gracias al manejo inteligente del humor y el desparpajo, que hacen que el espectador se adentre con el protagonista en una visión de vida.
Plasma y desarrolla la posibilidad de observar que hubiera pasado de haber escogido otro camino, ofreciendo la oportunidad de descubrir otro tipo de felicidad, que no se sustenta exclusivamente del dinero.
Presenta claras reminiscencias al cine de Frank Capra, salvando las distancias, recordando en muchos momentos a Qué bello es vivir.
Nicolas Cage ofrece una actuación destacable, en la que consigue ofrecer dos perfiles bien diferenciados, destacando un instante de silencio en el que con una mirada transmite que su personaje ha tomado conciencia de lo que tiene y lo que ha podido perder, sensacional. Le acompaña Tea Leoni, con una belleza natural deslumbrante, que con una sonrisa y una caricia es capaz de conquistar el corazón del protagonista.
Con un estilo visual cuidado y elegante, desarrolla una historia de amor calida, de descubrimiento y de segundas oportunidades que conquista al espectador por su sencillez y belleza.
Historia repleta de buenas sensaciones e intenciones, que nos recuerda que la felicidad puede esconderse detrás de la monotonía del día a día, de quien sabe disfrutar de las pequeñas cosas con los que más quiere.

Algunos sostienen que esta película recuerda al famoso "Cuento de Navidad de Dickens". Otros por el contrario, la comparan con "Qué bello es vivir" incluso denominándola remake. Me recuerda un poco a ambas, salvando las distancias. La he puntuado en función de lo que recuerdo y lo que sentí al verla. Supongo que, en caso de verla de nuevo y votarla, no la puntuaría con más de un seis. Pero es innegable que fue una historia que me hizo pensar, recapacitar, emocionarme e incluso sacarme alguna sonrisa. Y por aquel entonces, con eso bastaba para puntuar bastante por encima de la media.