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Glengarry Glen Ross (Éxito a cualquier precio)

Drama Narra las ajetradas vidas de unos agentes inmobiliarios de Chicago que intentan sobrevivir en un mundo altamente competitivo y un mercado en plena depresión. A pesar de la situación, reaccionan siempre con unos escrúpulos y una solidaridad admirables. (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
27 de junio de 2018
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Glengarry Glen Ross (Éxito a cualquier precio) Es el paradigma del triunfador, donde se nos muestra la realidad más descarnada del sueño americano; todos necesitan el éxito, y para ello utilizan cualquier argucia inmoral para lograr sus objetivos.
Anclados en los más bajos instintos, se ofrece una incisiva representación de una realidad observada con ojos sumamente críticos.
Deslumbraste el casting, del que destacaría la construcción de personajes tan diversos como los que nos ofrece: Jack Lemmon, Ed Harris, Alec Baldwing y por supuesto, Kevin Spacey...
LEUGIM
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24 de noviembre de 2015
21 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inicio a modo de chiste para ilustrar un punto. Diálogo mío con un personaje de la película antes de escribir esta crítica.

Yo: Voy a escribir una crítica
Personaje: ¿Vas a escribir una crítica?
Yo: Así es, escribiré una crítica.
Personaje: ¿Una crítica de una película?
Yo: Sí, una crítica de una película.
Personaje: ¿De verdad vas a hacerlo?
Yo: Si, una crítica de "Glengarry Glen Ross".
Personaje: ¿Me estás diciendo que escribirás una crítica de "Glengary Glen Ross"?
Yo: Es lo que te digo, escribiré una crítica de "Éxito a cualquier precio"
Personaje: Escribirás una crítica de "Éxito a cualquier precio" o escribirás una crítica de "Glengarry Glen Ross"?
Yo: Escribiré una crítica de las dos, porque son la misma.
Personaje: ¿Las dos son la misma?
Yo: Si.
Personaje: ¿Si qué?
Yo: Si, las dos son la misma.
Personaje: Está bien. Por lo que entiendo, escribirás una crítica.
Yo: Si... Estoy pensando.
Personaje: ¿Qué piensas?
Yo: En la crítica.
Personaje: ¿Te refieres a la crítica que escribirás?
Yo: ¿Como lo sabes?
Personaje: Tú me lo has dicho.
Yo: Claro...

Y así puedo estar un buen rato. Si eso es un buen diálogo entonces, adelante, pónganle 10 a esta película. Simple y estirada, la trama es muy pobre y ni siquiera esconde a mi parecer esa visión de la sociedad en general. Solamente un grupo de tipos específico que hablan y hablan. No veo las comparaciones ni la crítica social por ningún lado. Ni siquiera engancha la propia trama, que deja de importar al poco tiempo de empezada la película.
Lo único a destacar es la actuación de Jack Lemmon que le pone mucha personalidad no solo a los diálogos, si no que ofrece algo completo, su forma de hablar, de moverse, excelente. Y Al Pacino está bastante bien, para los que lo seguimos, es un personaje que no se parece a otros. Cierto que no dio para mucho con esos diálogos y situaciones. Dentro de todo, el personaje de Lemmon es el que tiene mas "historia". En fin, una vez en la historia que si se hizo justicia y fue olvidada esta producción bastante mediocre.
Repito, tal vez lo de Lemmon era para premiar o reconocer.
Nico
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22 de enero de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una auténtica lástima que esta película sea tan poco recordada, incluso yo no sabía de su existencia hasta hace poco. El director James Foley se basa en una novela de David Mamet, ganadora del premio Pulitzer, para ofrecernos la historia y las maquinaciones de un grupo de vendedores dedicados a la venta de propiedades inmobiliarias sometidos a una gran presión y al borde de un ataque de nerviós pues tienen que competir entre ellos para ver quién realiza más ventas y así no ser despedidos de un mercado de trabajo altamente competitivo. Aquel que consiga más ventas, obtendrá unas fichas llamadas Glengarry. Por desgracia, a la hora de la verdad, las fichas han sido robadas.

Soberbia película de factura muy sencilla pero que adquiere su enorme fortaleza gracias a un guión extraordinario, escrito por el propio David Maet, y nutrido de unos increíbles diálogos y gracias a un sublime plantel de actores que hacen que uno se tambalee al ver reunidas tantas genialidades en el mundo de la actuación. La película concentra su trama en un espacio de acción muy reducido, haciendo que el film desprenda un aura completamente teatral. Mención especial a los actores, cuyo trabajo de cada uno de ellos es titánico. Baldwin consigue el mejor papel de su carrera en un monólogo de cinco minutos, Al Pacino, Alan Arkin y Ed harris están sencillamente geniales, Kevin Spacey, por desgracia, su condición de papel más segundario hace que no tenga tantas oportunidades para lucirse, sin embargo, cumple muy bien con su cometido. Pero a quien hay que resaltar por su enorme genialidad interpretativa es al gran Jack Lemmon, cuya experiencia en el cine nos hace contemplar una actuación soberanamente sublime y llena de matices donde se nos hará imposible no quedarnos boquiabiertos ante su extraordinaria genialidad.

Poco más se puede decir, es una película con una calidad fuera de cualquier duda gracias a un increíble guión acompañado de unos excelentes actores y a una más que notable dirección.
directorscut
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14 de febrero de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así de contundente se muestra un enfurecido Alec Baldwin con sus inferiores, todos vendedores de parcelas y fincas, en una pequeña oficina de Chicago, a punto de sortearse el destino entre los más exitosos y los más fracasados. El reparto de luchadores por obtener una bonificación en ventas está encabezada por Jack Lemmon (un vendedor tradicional a la antigua), Al Pacino (un aspirante a triunfador), Ed Harris (el envidioso), Alan Arkin (otro chupatintas que sueña con tiempos mejores) y Kevin Spacey (el supervisor de la oficina).

La lucha por llevarse el pastel en esos tiempos de crisis (David Mamet escribió y ganó el Pulitzer con su obra ocho años antes de realizarse el film) obliga a cada uno de sus empleados, según sus perfiles, a adoptar ciertas actitudes para dar un empujón al paso decisivo. Enfurecida crítica sobre las apariencias y el materialismo dispuestas a corromper en la escena pasando por encima de la ambición profesional; ya sea vendiendo bajo la lluvia o ganándose un cliente en la barra del bar. Un robo complicará aún más la tensa situación por la lucha del poder.
Natxo Borràs
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14 de agosto de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
141/24(30/07/16) Notable film coral, que supone la mejor realización del cineasta James Foley, una incisiva deconstrucción del Sueño Americano, arremetiendo con saña contra el capitalismo despiadado, contra el arribismo, contra la competencia salvaje que hace aplastarse unos a otros, tomando como McGuffin una oficina con empleados que venden bienes raíces y son sometidos a una carrera en que el primero ganará un cadillac, el segundo un juego de cuchillos, el resto serán despedidos. El absorbente guión es del aclamado dramaturgo David Mamet que adapta una obra teatral propia homónima ganadora del Tony y del Pulitzer en 1984, estrenándose por vez primera en 1983 en el Royal National Theatre, de Londres, en USA se estrenó después, en Chicago antes de trasladarse a Broadway. Su alegórico argumento es potenciado por agridulces diálogos interpretados de modo Colosal por unos actores tocados por una barita mágica, Jack Lemmon Magno, Al Pacino Apoteósico, Ed Harris Vibrante, Aled Baldwin Electrizante, Alan Arkin notable, Kevin Spacey Sibilino, y Jonathan Price estupendo, entre todos componen uno de los elencos actorales mejores de la Historia del Cine, Apabullante su modo de irradiar emociones encontradas. Es una obra con bastantes paralelismos con otro premio Tony y Pulitzer, en este caso de Arthur Miller, me refiero a “Muerte de un viajante” y su Willy Loman, en las dos obras se hace un deprimente lienzo de los vendedores.

El film se puede dividir en dos partes de aproximadamente 50 minutos cada una: La primera comprendería la tarde noche lluviosa, imprimiendo nivel de claustrofobia, con la épica aparición de Alec Baldwin, la presentación de personajes, sus miedos, dudas, ilusiones, frustraciones; La segunda parte comprendería la mañana, y toda ella acontece en la oficina, con la excusa de un robo se despliegan las corrompidas personalidades de cada uno. Aquí las crisis existenciales de cada personaje implosionan de modo gradual hacia lo doliente.

La historia es una radiografía punzante en la que salen a relucir las lacras del capitalismo salvaje, el que no repara en seres humanos, solo en los números de beneficio, ese que es capaz de enfrentar a la gente y hacer que estos avasallen al de al lado por tener un poco más de éxito, una reflexión mordiente sobre la despiadada competitividad, la que separa a las personas entre triunfadoras y perdedoras. Es el Imperio del dinero, que hace a muchos humanos peones manipulados por los de arriba para que nos despedacemos para regocijo de sus cuentas bancarias, hace que tengamos que bajar al barro, al juego sucio, a mentir, robar, medrar, lo que sea por ser el primero en una carrera por sobrevivir un día más, un fresco desalentador de la Condición Humana, de su desesperación. Un brutal fresco sobre la dictadura del consumismo, una sátira sobre denigrar al más débil, una fábula darwinista donde solo queda el más fuerte, donde el viejo es material defectuoso a extirpar de nuestra decadente sociedad. Un relato duro, asfixiante, que a medida que avanza se hace más y más opresivo, un enérgico drama con tintes de thriller, que se mueve de modo trepidante en base a unos diálogos edificados con mimo por un David Mamet en estado de gracia, mordaces, insidiosos, con aguijón envenenado, con construcción de personajes fascinante, con duelos actorales brillantes, donde el ganador es el espectador, consiguiendo atraparte en sus sugestivas redes.

Es un micromundo en donde conviven un grupo de personas, no queda bien parada la profesión de vendedor comercial (bien sea puerta a puerta, o tfno. a tfno.), que no dudan en engañar al que sea por alcanzar una comisión mejor, desean ascender, son arteros, truhanes, amorales, traicioneros, trileros de la palabra, unos perdedores que navegan con bote agujereado por un mar de angustia en el que no desean naufragar, son especie de tiburones que temen quedar parados y morir, y mientras no dudaran en comerse al que sea para subsistir,

El repertorio actoral es majestuoso, un conjunto de actuaciones que harían atractiva la lectura de un listín telefónico, más si les ponen sobre un guión excelente. Jack Lemmon encarna a Shelley “La máquina” Levene con una fuerza emocional extraordinaria al perdedor que una vez estuvo en la cima, y ahora en el otoño de su vida se encuentra al borde del abismo, representa el reverso del éxito, el actor lo dota de patetismo, de sentimientos, de lástima, de compasión, sublime en sus llamadas telefónicas, en el lastimero intento de soborno a su jefe, en la visita de un “potencial” comprador, fenomenal como deja traslucir que es un perdedor desesperado, como las frustraciones vitales le transpiran la piel, un lenguaje gestual abrumador de cómo se descompone anímicamente, Imperial Lemmon (ganó en Venecia el premio al mejor actor). Alec Baldwin en un papel escrito expresamente por Mamet para el film (aunque no se dice su nombre, en los créditos aparece como Blake), siete minutos aparece solo, un speech tremebundo, una charla entre lo motivacional y lo despectivo, una puñalada al corazón de la humanidad, y el actor se viene arriba con ímpetu, energía, agresividad verbal, arrogancia, egocentrismo, su modo de moverse, de expresarse, Antológico, desborda la pantalla con un carisma Tsunami, arrasa con todo, Arrollador. Al Pacino (nominado al Oscar por el papel) como el exitoso Ricky roma, aparece al tercio del film, y lo hace derrochando carácter, empatía, inteligencia, manipulación artera, un volcán en erupción oral, tremebundo, es la imagen del triunfador, parece levitar por la pantalla con el aura del éxito flotando a su alrededor, la viva imagen de la fachada del vendedor comercial que te embauca con dulces palabras y tras ellas solo medias verdades, Portentoso. Ed Harris como David Moss, representa al tipo hastiado de que su empresa lo mangonee, el medrador que despotrica sibilinamente entre los “obreros”, excelsa la rabia que despliega... (sigue en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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