Súper empollonas

Escribe alguien que no es precisamente un amante de este género pero que dadas las buenas críticas que había tenido la película y que supone el debut de Olivia Wilde como directora, se ha aventurado a descubrir 'Booksmart'.

Si superas los 10 primeros minutos donde parece la típica película cliché, con una fauna de diversidad con la que es imposible ofender a algún sector social, la sorpresa es grande.

Divertida, entretenida, inteligente, refrescante. Una noche de locura con la que me lo he pasado genial, me he reído bastante e incluso ha conseguido implicarme emocionalmente dentro de sus posibilidades. Olivia Wilde ha hecho una muy interesante y buena opera prima, rompiendo la monotonía que presentaba este género con un producto con personalidad y atractivo.

Destacar a un gran reparto, pero sobre todo a Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein que están excelentes y con una química entre ellas descomunal, un dúo protagonista en estado de gracia. Todo esto acompañado de una gran uso de la BSO que te provoca ganas de bailar, un ritmo frenético con algún giro inesperado que no te ves venir, y una serie de eventos que están hilados a la perfección.

Merece mucho la pena.

No me voy extender. Película de adolescentes con tintes progres sin gracia ni ritmo ni historia ni nada. No esperéis fiestas alocadas ni golpes graciosos ni chistes ni el típico personaje con gracia. Son 100 minutos interminables. Estabamos 3 personas viéndola y a los 45 minutos la tuvimos que apagar. La he terminado de ver por amor propio. El mayor subidón fue cuando llegaron los créditos. Si tienes curiosidad ve los 15 primeros minutos y si no te engancha dale boleto, me agradecerás haberte ahorrado los 85 minutos restantes

Realmente le pondría un seis y medio a la película pero no se pueden poner decimales, ya que, seis me parece muy poco y siete algo alto así que. Lo mejor de esta película que sin duda mantiene al espectador atento de la historia es la gran química que hay entre las dos protagonistas, que no se si son amigas en la vida real pero deberían porque encajan a la perfección con la gran química que tienen. Se nota que es una película con ciertos aspectos feministas muy necesarios en este tipo de filmes y Olivia Wilde tiene un debut como directora realmente bueno en este aspecto. El resto del elenco también mantiene muy bien el ambiente de juerga y de instituto a la par que de sus personajes. Destacar a parte de las dos protagonistas a Skyler Gisondo que te mejora todo aquello en lo que salga y el aumento de importancia en el mundo cinematográfico de Diana Silvers. Además de que añaden una escena de animación muy currada en una película de este género, nadie nunca lo imaginaría. Uno de los pocos largometrajes de este tipo que me ha acabada gustando más de lo esperado.

Súper empollonas es la historia súper surrealista de dos adolescentes al estilo Zipi y Zape.
La rubia es una especie de pasota, medio fumada que desde el minuto uno te dice que es súper lesbiana, ok. La morena es la típica súper sabelotodo que quiere parecerse al joven Sheldon, aunque sin pizca de gracia.

Desde el inicio te cuentan que son unas súper empollonas incomprendidas y marginadas, que no caen bien a nadie; ya que las dos son súper inteligentes y el mundo es súper demasiado poca cosa para ellas... Con estas premisas, cuando las ves llegar al instituto piensas que serán víctimas de burlas o acoso escolar, sin embargo son las jefas del lugar y los compañeros las saludan sin parar. También son amigas de los profesores, e incluso tienen el teléfono de una profesora para que la llamen cuando quieran salir de fiesta, WTF?.

La película va de disparate en disparate hasta el final. Ya por pedir podría haberlas llamado Obama para anunciarlas que iría a su fiesta de graduación. No te rías, seguro que la directora Olivia Wilde lo pensó, lo que pasa es que estamos en 2019 y con Trump de presidente no haría dinero en las taquillas.
También habría estado bien que al final, a las dos súper empollonas les hubiese tocado una súper lotería, digamos unos 1000 millones de $ a cada una, ya puestos a vivir en un mundo de fantasía, que mejor opción que hacerlo podridas de dinero.

Y es que vistas las altas puntuaciones dadas en esta sección de críticas, diré que la directora Olivia Wilde se vende muy bien. La película está enfocada descaradamente como un negocio para ganar dinero, más que para contar una historia o hacer reir. Y es que son tiempos duros para el cine. Tiempos en los que la gente no va tanto a las salas porque las entradas son muy caras, y cualquiera puede conseguir la película por internet. Así que hay que ingeniárselas y tocar todos los palos posibles, para llegar a todos los públicos.
En esta película encontrarás: historias malas de colgados, historias románticas de adolescentes, historias románticas de gays, historias románticas de lesbianas, drogas, sexo (pero sin porno ¿eh?, qué es una comedia de adolescentes), alcohol, fiestas, desfase, borracheras… qué súper guay, ¿no?... Pero que no te engañen. La película es bastante sosa; muy alejada de películas como: Súper Fumados, Súper Salidos, etc. Las dos protagonistas se pasan toda la cinta diciendo lo súper guays que son. Que el mundo es super maravilloso y la vida es super molona. Y es que en el súper mundo de éstas dos super empollonas no existen los problemas personales, el acoso escolar que sufren los empollones, la marginación social que puede sufrir un gay o una lesbiana cuando sale del armario... En Súper Empollonas las historias que se suceden son tan súper surrealistas como las dos protagonistas en la vida real, pero como es una súper comedia de súper empollonas...

Tal vez pueda parecer una comedia al uso, y esto es asi, no tanto porque sea una comedia, sino por lo que es, es decir, una comedia. Pero atendiendo a la direccion del film, y en su primer largo, Wilde simplifica su carrera cinematográfica en un efercicio fútil de subidas y bajadas, haciendo que el crescendo del argumento apenas repercute en la calidad del visionado.
Podría decirse que tanto los actores como la directora, han hecho un ejercicio de su profesión más que correcto, y eso es mucho decir en las comedias que abundan en el panorama actual.
A destacar: la complicidad de los secundarios.
Lo que menos me gustó: los planos secuencia, que no hay.