Cómo ser John Malkovich

El antaño montador de videos musicales de grupos como Fatboy Slim o Beastie Boys, así también como publicista, Spike Jonze, nos presenta esta extraña cinta sobre un viaje metafísico hacia el subconsciente de una celebridad, que pudiera ser cualquiera, pero que por azar acaba siendo John Malkovich.

Realmente extraña, rallando en ciertos momentos lo absurdo, se nos presentan situaciones inverosímiles de forma gradualmente acelerada y sin ningún tipo de aviso previo.

Así el personaje interpretado por John Cusack, Craig Schwartz, un pusilánime titiritero de alma hippy, se encuentra en plena crisis existencial, en un mundo que va demasiado deprisa para sus ideales, y compartiendo su existencia con una alocada mujer que trabaja en una tienda de animales, y con la única compañía de su fiel primate con úlcera intestinal , debido a "un posible trauma infantil"...como veis todo muy alocado.

Craig encuentra trabajo en la planta 7ª y 1/2 (todo muy en plan Harry Potter) de un edificio con una historia bastante peculiar, en la compañía Lester Corp. de archivador de documentos.

Allí descubrirá un secreto que será la base de una trama ideada en su mayor parte por el guionista Charlie Kauffman, y entre otros producida por el frontman del grupo Rem, Michael Stype.

Quince minutos para adentrarse en el subconsciente de Malkovich por 200$, es el negocio de JM Corp. que montarán a duo, Craig y Maxine (Katherine Keener), en principio como atracción de ferias circenses, pero el viaje metafísico servirá a los protagonistas para desarrollar sus insatisfechas vidas sexuales. Cada uno tiene motivaciones distintas en realizar dicho periplo metafísico.

Lo que está claro es que la película, innova en ciertos aspectos, pero bajo mi punto de vista, dicha innovación lejos de ser acertadamente efectista finalmente consigue despistar al espectador debido fundamentalmente a una deficiente y acelerada exposición de la trama, que no obstaculiza empero, para considerar el conjunto como una correcta película con tintes de ciencia ficción, aunque ésta sea sólo de bolsillo.

En el aspecto visual no deja de ser una cinta bastante normal, sin ninguna concesión de cara a la galería.

De cualquier forma le doy un notable aunque sólo sea porque me hizo pasar una aburrida sobremesa de domingo.

Imagina no ser tú durante quince minutos, tener la posibilidad de ser cualquier otra persona, de vivir otra vida. ¿Aceptarías? ¿Y si te dijera que puedes hacerlo para siempre? Las razones pueden ser muy variadas: desde querer evitar la muerte, a no soportar la propia vida y querer cambiar, pero de una manera radical (y equivocada): otro cuerpo, otra historia, sólo es tu mente en un recipiente distinto. ¿Somos eso? ¿Son nuestros cuerpos simples recipientes? ¿Sería justo apropiarse del recipiente de otra persona? ¿De aniquilar las voluntades de otra mente, su vida entera?

Para flipar, damas y caballeros, leer semejantes críticas de una película que no es sino un total despropósito: un hilo de eventos surrealistas (en el mal sentido) que se suceden unos tras otros intentando fardar de originalidad. Eso no es ser original, eso es dar tres o cuatro tazas de lo que la gente quiere en dosis controladas. El hecho de que haya quien considere esto "innovador" y "original" me abruma, porque en cualquier momento podría yo hacer una película con uno de mis sueños de cualquier noche (sangre, sexo y muertes) y hacer un "peliculón" como este llevándome de camino hacia la gloria.
Cuando la peli lleva veinte minutos ya es aburrida, pero cuando la locura que lleva en su interior se pasa de los sesenta minutos, es desesperante. Una auténtica sarta de disparates que a veces hace reir de tan exagerada que llega a ser. Le doy un tres por la aparición de Charlie Sheen, corta pero realmente tronchante.

Esta película siempre me ha producido cierta dualidad, ya que por un lado me atraía el saber de qué iba, y por otro tenía la sensación que no me iba a gustar; y todo esto sin saber de qué iba exactamente.
En la historia se pueden observar ciertas influencias de ese mundo extraño de Terry Gilliam. Uno se expone abiertamente a una historia que no se sabe cómo va a ser encauzada, ya que todo resulta incoherentemente extraño.
El guión expone como el hombre vive la vida sumido y agachado ante el día a día. Tal y como su protagonista trabaja en esa oficina de techos bajísimos.
Uno es una marioneta más dentro de un mundo en el que alguien mueve los hilos de todos. ¿Quién es ese alguien? Eso nunca se sabe, pero el destino está marcado y otro decide por ti.
En este caso se coge a John Malkovich, el cual queda anulado por la pasión de otras personas, y el deseo de vivir una vida diferente. John no podrá manejar su vida ya que al igual que Alicia en el país de las maravillas, una persona ha encontrado una puerta hacia un mundo interior que transforma a las personas. Un mundo que tiene una vuelta de rosca aún mayor: la vida eterna.
La película es sorprendente en su guión. Uno intenta encontrar una explicación a todo ese mundo surrealista, que no está tan alejado del que vivimos habitualmente.
En fin, película que distrae y que entretiene, pero que conforme va avanzando la historia al final uno espera algo más. No obstante, el film no defrauda y cuenta con unas interpretaciones bastante buenas por parte de sus protagonistas.

Es de agradecer que a estas alturas aún existan ideas tan originales y refrescantes en cine. Posiblemente sea el argumento más descabellado y el guión más imaginativo de los últimos años, base de una película que engancha de principio a fin por lo peculiar de su trama y por la total falta de previsibilidad. Si a ello le añadimos planteamientos metafísicos, golpes de humor de lo mejorcito, interpretaciones bastante buenas (el personaje de Cameron Díaz el mejor, pensé que nunca diría eso...), rollo bollo y manipulación de personalidad tenemos una película brillante, de obligada visión.