The Good Heart (Un buen corazón)

Encontrar en verano una pequeña gran obra de arte cinematográfica, como es la película del islandés Dagur Kári "The good heart", es una sorpresa muy gratificante tanto más si, gracias al partido de futbol de la Selección el pasado viernes por la noche, tienes el placer de disfrutarla como si fuera un pase privado solo tú y tu acompañante.
¡Que maravilla de película!. Es increíble como de situaciones extremas y duras un buen director y mejor guionista te puede sacar tantas sonrisas. Se trata de una película nada convencional, con un humor bastante negro, en ocasiones casi trágico, pero ¡cuánto te ríes!.
La historia nos presenta, de un lado, a Lucas un mendigo que vive entre cartones debajo del puente de Brooklyn quien, ante la falta de perspectivas en su vida, intenta suicidarse. Del otro a Jacques, el dueño de un bar de Nueva York, fumador, bebedor, descreído, al que le sobreviene su quinto infarto. Ambos despiertan en un hospital, en camas vecinas, e inician una relación grotesca, casi caricaturesca, llena de emotividad, exabruptos y risas ante situaciones esperpénticas muy bien enlazadas.
El mendigo que nada tiene, está acostumbrado a compartirlo todo. El viejo gruñón, grosero y miserable, a no dar nada. Pero cuando sus caminos se cruzan se produce una interacción entre ambos que cambiará la vida de los dos. Hay un perro y un pato con un protagonismo indiscutible. Sin olvidar la clientela habitual del bar que no tiene desperdicio, os lo aseguro.
La mayor parte de la historia transcurre entre el bar (“Barras de bar, vertederos de amor. Os enseñé mi trocito peor, retales de mi vida. Fotos a contraluz…”) y el hospital. La nota discordante la pone, como no podía ser de otro modo, una mujer que amenaza con resquebrajar la relación entre los dos hombres pero que acaba, tras las primeras fricciones, por fortalecerla. Con una banda sonora FABULOSA que te hace permanecer en tu asiento leyendo los créditos finales solo para saber a quien hay que agradecérsela.
Lucas se hace un poco Jacques y éste se vuelve un poco Lucas y entre ambos consiguen que pases dos horas maravillosas que no te importaría volver a repetir, porque es de esas películas que puedes, que debes, ver más de una vez para captar todos sus matices.

Aquí tenemos una de esas películas que son grandes a pesar de ser pequeñas - sin trucos ni efectos especiales ni banda sonora memorable ni escenas brillantes. Una peli que vive de la bonita historia de dos almas perdidas, sacada de la vida misma que podría ocurrir así en cualquier lugar del mundo.
El reparto no podía haber sido mejor seleccionado: Brian Cox borda el papel del viejo cascarrabias con corazón a la perfección y Paul Dano es la encarnación ideal del chico perdido en su desesperación que se deja llevar por cualquier hilo de esperanza que promete dar sentido a su vida.

Tanto Brian Cox como el inmenso Paul Dano lo bordan. La chica y el pato inmejorables. Sensible con personajes fascinantes pero que no dejan huella salvo los mencionados. Aunque sea dificil de creer esta película nos tuvo cautivos desde la primera toma y no hablamos para no romper el hechizo.
Lo habré dicho otras veces aquí y en otras criticas pero el cine es para entretener. Puede que la gente discrepa pero en este sentido esta pelicula consigue lo que pocas consiguen.
Estamos absortos ante los actores y el trama. Casi siempre el mismo escenario que me encantó. Que maravilloso es escaparse durante un rato mientras uno disfruta del arte de otros.
Puesta en escena casi gótico con una ambientación y iluminación perfecta y en harmonia con el tema a tratar. Precioso sin ser sentimental y interesante sin ser intelectual. Magnífica.

La película en sí lo único que puede crear es hastío y aburrimiento. Los personajes están mal definidos, así como las situaciones que se producen entre ellos, que son absolutamente subrealistas. El final de la película se intuye a la legua. Por lo tanto recomiendo antes que ver esta película sentarse a la puerta de tu casa y ver lo que ocurre a tu alrededor, que seguro que sera mucho más interesante que el presente film.

Correcta película de Inocencio Arias y Lionel Messi que finalmente acaba saltando al vacío por la insultante cantidad de azúcar en el café.

Lionel Messi apabulló retinas junto a Miguel Bosé en Pozos de ambición y aquí aunque su papel es aborrecible al máximo hace lo que puede, por otra parte, mi séis viene marcado por la apoteósica intervención de Inocencio Arias, que de un modo hipnótico y aplastante noquea por momentos, y admitamoslo, llega a abusar, qué glande Inocencio, sólo por él, merece el asalto a la comisaría.

El resto, endeble, lo que en un principio parece mostrar algo de escroto poblado acaba en una estampita de Snoopy.

Viendo la filmografía de Inocencio, he vislumbrado otro duelo junto a Messi en una película llamada L.I.E. a la cual, nuestro coleccionista de alfombras estampa un gratificante siete.

¿De cabeza no Mr. Babuchas?

Se despide desde la isla antes de ser expulsado.

Jose Manuel Parada protagonizando una escalofriante secuencia, hundiendo sus testículos en lodo y colocándose dos cangrejos en las orejas antes de recibir una piedra mortífera estampándose en su barba tupida