Haz click aquí para copiar la URL

Phoenix

Drama Nelly Lenz, una alemana judía superviviente de Auschwitz, regresa a su Berlín natal con la cara desfigurada y acompañada por su gran amiga Lene Winter, de la Agencia Judía. Nelly pide a un eminente cirujano que le reconstruya el rostro para que sea lo más parecida a como era antes. Recuperada de la operación empieza a buscar a su marido Johnny, un pianista. Pero el reencuentro no es lo que ella esperaba. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 5 8 >>
Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
13 de febrero de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me recomendaron esta película por su temática del Holocausto (de la cual soy adepta), por eso me decidí a verla. Al principio me decepcioné un poco porque el tema no era el Holocausto, si no el post holocausto. He visto muy pocas películas (creo que tampoco hay demasiada promoción de ellas) de la temática de posguerra (post segunda guerra). Creo que la mayoría de las historias a contar explotan la riqueza que aporta el drama de la segunda guerra mundial, sobre todo el vivido por los judíos en los campos de concentración. Quizás no muchos saben que los judíos fueron uno de los grupos exterminados, pero también había gitanos, homosexuales, intelectuales, comunistas, y un sinfín de humanos que no se enmarcaban en “la perfección de la raza aria”.
Si bien por momentos la película me resultó pesada, un tanto apática, interminable por momentos, el final le otorgó sentido a todo.
Me dije: es de las películas que comienzan cuando terminan. Allí salen a la luz las preguntas, los cuestionamientos, las definiciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Giulietha
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de noviembre de 2014
15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
La protagonista no tiene alma ni para imaginarse ser alguien que renazca de sí misma ni lo que tiene alrededor la ayudará. Es más, es tan patético su alrededor que da lástima: sobre todo por lo mal aprovechado que está ese entorno bien logrado de la noche en Berlín tras la guerra. Su alter-ego masculino es despreciable, como personaje además de un actor, como intérprete carente de expresividad. No es que Petzold juzgue moralmente o no nos quiera dar pistas sobre sus personajes; es, sencillamente que ya están más muertos que vivos; no tienen guión, son seres inanimados, mal interpretados. No hay nada detrás. Un único alegato de reivindicación política acaba siendo un alarde cobarde de quien no se quiere mojar. Prometía y en eso radica su valor. En que prometía mucho.
Valkiria
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de julio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volvemos, una vez más, a la zona cero de la modernidad occidental. Al agujero negro por el que se escurrieron los sueños de progreso e ilustración de la primera mitad del siglo XX. Al momento exacto en el cual, terminada la mayor carnicería de la historia de la humanidad, la incredulidad y el estupor sólo eran comparables en intensidad al horror industrial de lo vivido en Europa. Volvemos y recordamos al Billy Wilder de “Berlín Occidente” y al Rosellini de “Alemania año cero”, aquellas películas de urgencia en las que las ruinas de la capital alemana estaban todavía humeantes y la necesidad de olvidar todo lo acontecido pesaba tanto en el ambiente como las consecuencias materiales y éticas de la barbarie nazi.

Volvemos y lo hacemos atravesando la bruma de la fantasmagoría como excusa argumental: una mujer, Nelly Lenz (interpretada por una espléndida Nina Hoss), superviviente milagrosa de Austchwitz, rescatada por una rica judía entregada a la causa del nuevo estado israelí, sufre una operación facial que cambia sus rasgos. Decidida a recuperar su vida anterior al campo de concentración, se esforzará por recomponer el puzzle de su existencia con unas piezas que están, en el mejor de los casos, deformadas, retorcidas o mutiladas, y, en el peor, simplemente desaparecidas. La protagonista, pues, es un fantasma que busca reencarnarse en su antiguo cuerpo, recuperar su estatus anterior, hacer memoria de lo que fue para poder ser ahora, aquí, en la Alemania de 1945. Sabemos, ya sólo con esos primeros planos de los soldados que cierran Berlin y que muestran su asombro por el hecho de que alguien quiera regresar allí, que la suya es una tarea condenada al fracaso.

El título, que funciona como metáfora sencilla del hecho del renacimiento ansiado, remite al cabaret en el cual la protagonista y su marido se ganaban la vida antes de la guerra, ella cantando, él tocando el piano. Una canción, “speak low”, de Kurt Wile, será el pilar invisible del film y el centro de gravedad alrededor del cual girarán las palabras no dichas, las acciones no ejecutadas, todo lo que no llega a explicitarse ni a declararse durante la narración del drama. El marido de Nelly, incapaz de reconocer a su antigua mujer, hará un pacto con ésta para poder afrontar sus deudas, un pacto que remite al “vértigo” de Hitchcock en su afán de recrear a su mujer supuestamente muerta a través de alguien que le recuerda a ella. Pese a la incredulidad inicial derivada de esta situación, el funambulismo argumental funciona, y los esfuerzos de Nelly por ser Nelly a toda costa a través de la recreación de sí misma acaban por dar lugar a una reflexión por alcance: ¿puede la Alemania post-segunda guerra mundial volver a ser ella misma después del trauma colectivo, después de la ignominia nacional, después de la metástasis nazi en todas las capas de su sociedad? La respuesta de los alemanes, parece decir la película, es una salida en falso a esta pregunta en forma de desmemoria, reseteo y borrón y cuenta nueva.

Mientras el foco de la película permanece fijo en el juego de espejos que llevan a cabo Nelly y su marido, tensionado continuamente por la sospecha de un acto ominoso, otra historia va desarrollándose en paralelo: la de la propia Nelly y Lene Winter, la judía que la ha rescatado de Auschwitz. Esta, tras proporcionarle cobijo y protección, asiste atónita a la mistificación que se desenvuelve ante sus ojos. Este personaje desarrolla un papel crucial en la historia al posicionarse como observador externo de todo lo que ocurre y dar cuenta de la propia estupefacción del espectador: su sorpresa, su indignación, su cabreo, son los nuestros también. Sabemos que Nelly está jugando al peor de los juegos y, fascinados, la seguimos en su peculiar descenso a los infiernos. Y nuestra perspectiva es recogida dentro de la película por esta Lene Winter rica, sofisticada, elegante y descolocada de forma irreversible, la cual pone ante los ojos de Nelly una salida posible a su dilema vital.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Doctor Zaius
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de agosto de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aun siendo la ganadora del FIPRESCI en el Festival de San Sebastián del 2014 y alabada por la mayor parte crítica, Phoenix, del director alemán Christian Petzold, consiguió ahogar gran parte de mis expectativas sin ningún esfuerzo. De una premisa que daba mucho juego a la imaginación del espectador a costa de restar fuerza a la verosimilitud, nace una propuesta curiosa y enigmática. Una joven cantante judía con la cara desfigurada tras su paso por Auschwitz renace de sus cenizas e intenta reconstruir su vida como si nada hubiera ocurrido. Ante esta historia de renacimiento tan merecedora de ser contada se impone un ritmo lento y una falta de verosimilitud importante. ¡Pero si es ficción!, dirán algunos. La buena ficción se logra mintiendo al espectador de manera sutil, engañándole y absorbiéndole en un mundo imposible con mecánica posible. La mala ficción, como en este caso, roza el ridículo.

Nos encontramos ante una película en la que no te crees nada. Las acciones de los protagonistas no tienen ni pies ni cabeza, hay personajes que aparecen y desaparecen sin explicaciones y muchas suplantaciones de suplantaciones de identidad. Queda claro que el rechazo a la verdad por parte de aquellos que cometieron tales atrocidades es la gran metáfora de la película. Todos los personajes pretenden olvidar el pasado y regresar a la Alemania de antes de la guerra, sin odio, sin venganzas, sin traiciones. El marido se encuentra con Nelly (la protagonista), a quien llama por su verdadero nombre y conserva la misma voz, piel y ojos, y él no quiere creer que es la misma, o lo que es peor, quiere hacer pasar a esa señorita por su mujer. Los guionistas (Christian Petzold y Harun Farocki) someterán a este juego al espectador con la esperanza de que no se termine cansando. Vanas esperanzas. Y si encima nos topamos con una mujer que después de haber sufrido en sus carnes los horrores de la guerra, desea ser de nuevo vapuleada psicológicamente por el hombre que ama... No, que esto no lo haría ni la persona más buena del mundo. Una cosa es perdonar y otra muy distinta es someterse a la misericordia.

Pero no todo es malo. El director de fotografía (Hans Fromn) logra plasmar el ambiente decadente y derruido de la Alemania de posguerra. El bar llamado “Phoenix” escondido entre las ruinas de la ciudad nos muestra la capacidad de superación y desafío del ser humano ante el horror. Resurge de sus cenizas una nueva Alemania, borrando cualquier resquicio de barbarie, aunque el paisaje de alrededor grite lo contrario. A esto se le suma un final conmovedor (aunque bastante predecible) en el que la imagen del fénix que echa a volar cobra sentido. Un final abierto a interpretaciones: entre la esperanza y la venganza. Aunque después de tan incierta historia me esperaba un final irónico en el que el director alemán sonriera ante la cámara y nos dijera a todos los espectadores que habíamos presenciado una gran broma y que ahora comenzaría la verdadera trama de la película.

http://12criticossinpiedad.blogspot.com.es/
La niña Wilson
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de junio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar hoy día sobre la calidad expositiva y narrativa del cine del alemán Christian Petzold tras sus notables ‘Jerichow’ y ‘Bárbara’ suena prácticamente a redundante para muchos, pero no está de más recordarlo para todo aquel espectador desconocedor de la obra del autor.

Petzold, ganador del Oso de Plata a mejor director en el Festival de Berlín de 2012 por ‘Bárbara’, presenta ahora ‘Phoenix’, un drama de certeras líneas maestras que nos traslada a la Berlín post II Guerra Mundial donde las heridas físicas y emocionales están a flor de piel.

‘Phoenix’ resulta un film interesante por la forma de narrar los acontecimientos sobre los que gira, y por comprobar como Petzold logra dar esquinazo a los problemas de verosimilitud que presenta la trama y a través de los que logra inquietar y conmover al espectador. La culpa y la pena oprimen el alma de nuestra protagonista (una –como siempre– notable Nina Hoss), Nelly, una cantante judío alemana que con el rostro desfigurado trata de saber sobre su esposo, quien a priori, la traicionó y provocó su captura por los nazis y su ingreso en un campo de concentración. Al dar con él y no reconocerla –la dará por muerta– le seguirá la corriente en su propósito de cobrar su herencia, algo para lo que deberá de realizar un curioso juego de imitación propia que acrecentará su lucha interna entre el corazón y la razón. El guion, confeccionado por el propio Petzold y Harun Farocki es la adaptación de la novela titulada ‘Les Retour des cendres’ (algo así como El regreso a las cenizas) del prestigioso escritor francés Hubert Monteilhet, aunque como suele ser habitual, realizando modificaciones fundamentalmente en su último tramo para dotar a la novela de un sentido más cinematográfico (la utilización del tema ‘Speak Low’ compuesta por el judío alemán Kurt Weill en 1943 y con letra del poeta estadounidense Ogden Nash es sencillamente sublime).

Nina Hoss, actriz fetiche de Christian Petzold, recrea a las mil maravillas el carácter y las emociones de una persona en conflicto con el entorno, con su familia y consigo misma. Una lucha entre aceptar su pasado y perdonar, o abandonar su vida pasada e irse a labrar una nueva en Haifa o Tel Aviv gracias a la ayuda de su amiga Lena, quien trabaja para la Agencia Judía por Palestina, agrupación que ayudaba a recuperar a miles de judíos del holocausto al terminar la guerra (algo sobre lo que se pasa muy de puntillas). Ese conflicto que experimenta Nelly es casi comparable al conflicto que los espectadores sufren al comprobar la dificultad real de que un marido no reconozca a su esposa por mucho que haya cambiado su rostro. También es cierto que todo ello bien meditado (su voz es más ronca y por entonces se era más pudoroso) puede llegarse a producir, pero ya nadie te evitará las dudas durante su visionado. La historia es melodramática, perfectamente interpretada y no sólo por Nina Hoss, sino también por Ronald Zehrfeld (Johnny, su esposo) y Nina Kunzendorf (su amiga Lena), aglutinando sentimientos de odio, esperanza, perdón y cobardía.

La fotografía del film es lúgubre y austera en su mayor parte (a cargo de Hans Fromm), y los escenarios de exteriores son más bien limitados (esos muros derruidos), pero destacada particularmente –la fotografía– en las escenas del club de música (del cual coge su nombre) tan extraño y purpúreo. Un trabajo humano y terrenal que transita entre la contradicción de la sinrazón de la guerra, el olvido y la indeleble huella del amor.

Una película inteligente y ambigua con uno de los mejores finales del año y que sirve de homenaje a Fritz Bauer, ese jurista alemán y judío tristemente desconocido por muchos que fue clave por promover en 1958 los seis juicios de Auschwi tz (1963-1968), temática recientemente tratada en el film ‘La conspiración del pánico’ de Giulio Ricciarelli.

Lo mejor: La secuencia final.
Lo peor: La historia de Lena y sus problemas de verosimilitud.

Valoración:
Banda sonora: 6,5
Fotografía: 6
Interpretación: 7
Dirección: 7
Guion: 6,5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6,5

@hilodeseda - www.habladecine.com
Hilodeseda
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 8 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow