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La tierra tiembla

Drama Es la primera parte (El episodio del mar) de una trilogía sobre Sicilia. Narra la historia de la lucha de un pescador ('Ntoni Valastro) y su familia para liberarse de la explotación de los mayoristas de la pesca. Libre adaptación de una novela de Giovanni Verga (I Malavoglia). (FILMAFFINITY)
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
13 de diciembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya desde sus inicios Visconti demuestra un dominio de la técnica cinematográfica sencillamente portentoso, augurando una filmografia propia de un cineasta excelso. "La tierra tiembla" es una obra épica, magna, que supone una cumbre del Neorrealismo italiano (en este caso, casi mejor decir también del cine soviético, por las claras influencias de Eisenstein y del Cine de la URSS de los años 20-30). Difícil encontrar en este film una escena que no sea sobresaliente. Hay momentos sublimes, que perturban y sobrecogen. Visconti muestra una gran maestría tanto en el plano-secuencia (genial la presentación de la subasta de pescado), como en la intimidad y fuerza del primer plano. La película combina la denuncia social con los momentos de ternura.

El problema es que a Visconti le falla el don de la medida. Se nota que la película es un encargo del PCI, el ánimo de aleccionar termina por abrumar. A la trama le faltan matices (los malos son demasiado malos y, además, ¿es que ninguno de los vecinos es capaz de empatizar con los Valastro?). "La tierra tiembla" es un deleite y un derroche de genio, pero también es una obra redundante, reiterativa y muy muy larga. La voz en off no aporta nada, sólo machaca.

Con todo, se trata de una obra imprescindible en la Historia del Cine italiano y quizá también en la Historia del Cine universal, de visionado obligado para entender cómo un género y una época pueden suceder a otros. Y, de todos modos, es la consagración de un grande, Visconti.
rober
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2 de julio de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres años después de la segunda guerra mundial, Luchino Visconti presenta una de las películas neorrealistas más famosas, La tierra tiembla, que además de sentar pilares en el movimiento neorrealista, resulta un mazazo ideológico en todos los aspectos. La película estaba pensada por el director para ser compuesta como un tríptico que funcionaría como un alegato y en el que se mostraría las vicisitudes por las que tiene que pasar el pueblo italiano más pobre, pero desgraciadamente Visconti se quedó sin alas, y sólo rodó el primer episodio, en el que se centra en un pueblo de pescadores de la Sicilia. Es cierto que la película adapta una novela (I Malavoglia de Giovanni Verga) pero a su vez esta obra muestra unas características muy acordes con las del cine de Luchino Visconti.

La película podría entrar perfectamente como ejemplo prototípico de película neorrealista. El director se aleja de la magnitud de los primeros planos de las colosales estrellas que imperaban en las producciones norteamericanas, para rodar con auténticos pescadores de la región en que se ubica la escena. Porque precisamente se quieren romper todas las fronteras que impiden realizar un retrato real de la sociedad. Así, Visconti cuenta con actores no profesionales para completar el reparto pero además con gente que habla un dialecto del italiano sin que eso importe al director, porque haber coartado el lenguaje que utilizan los propios habitantes habría sido limitar la película. De todas maneras y como curiosidad, los propios italianos no entendieron gran parte de la película, y un par de años más tarde se estrenaría la misma bajo un dialecto más comprensible.

La película revela una fuerza que en la época debería haber suscitado bastante polémica. Se presenta un pueblo pesquero donde como se indica ya en el prólogo, sucede el mismo drama de siempre, y es que el trabajo que los pescadores consiguen durante duras jornadas de trabajo es robado de manera miserable por los comerciantes, que fijan los precios y mediante trapicheos legales se hacen de oro sin apenas sudar una gota de esfuerzo. Ante ello se abre un interesante debate generacional, en el que Visconti nos presenta una juventud que no está dispuesta a seguir viviendo de esta manera y se rebela intentando hacer que cambien las cosas, mientras que la generación más mayor sigue pensando que lo mejor es mantener las costumbres que han seguido durante tanto tiempo, Visconti construye el discurso inspirado sin duda en la obra filosófica de Marx.

La familia, como en gran parte de la trayectoria de Visconti, es también uno de los ejes motores de la película y de la trama.

Intenta además crear un retrato cercano en gran medida a las posibilidades documentales, y la muestra de la verdad (pese a estar conducida) es una de las máximas constantes de la película. Por eso cuesta implicarse con un personaje principal, porque a Visconti lo que más le interesa es la muestra conjunta de la población, así como demostrar las virtudes de un pueblo que se ha forjado con muchos siglos a sus espaldas. El pueblo es definido como una raza trabajadora y vital, cercana a la fiesta pese a las multitudes de catástrofes que ha tenido que soportar, incluyendo una lucha con el mar que ha acabado con muchos de ellos, incluyendo el padre de uno de los protagonistas.


La voz en off es un recurso indispensable, y con el que Visconti consigue aumentar las posibilidades de ese tono documentalista que está buscando constantemente. Es cierto pero, que la voz no se utiliza como un simple elemento descriptivo, sino que también ataca y se posiciona en diversas ocasiones durante la película.

También es sintomática la fotografía. Al director no le interesa crear una estética cercana a la americana y para ello recurre seguramente a todos los ideales estéticos contrarios a la de aquella. Aquí se busca el naturalismo en todo su esplendor, siendo siempre fiel a lo que las horas del día reflejan en cada momento.

La puesta en escena tampoco trata de enturbiar la fidelidad del relato, y en líneas generales se construye mediante la simpleza y composiciones fáciles de dirigir. Pese a esto hay un interesante travelling inicial en el que el director nos muestra como es el mercado por dentro, con toda la algarabía que hay en un día de pesca, y en el que la película no necesita ni recurrir a la voz en off para acompañar lo que el espectador ya está viendo.


http://neokunst.wordpress.com/2013/07/02/analisis-filmico-la-tierra-tiembla/
Kyrios
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3 de febrero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es una crítica contra los abusos de los instalados en el sistema para con los que están debajo en la escala social. El joven pescador Ntoni pretende liberarse del yugo de los dueños de los barcos, para lo que hipoteca la casa familiar y se compra uno. Tiene mala suerte y lo pierde todo. Lo que Visconti quiere aquí poner de relieve es la falta de solidaridad de los demás pescadores y el inmovilismo propiciado por el miedo al cambio. Podría leerse también en tono de tragedia griega y achacar la desgracia de la familia a la propia naturaleza. Pero la forma chulesca y prepotente con que los propietarios tratan a los pescadores, pone de relieve por donde van los tiros. Si nos referimos a la forma, la película es un prodigio en cuanto a verismo y plasticidad. Parece ser que todos los actores son personas del propio pueblo de pescadores, y el resultado es espléndido. El director sabe colocar la cámara para estar allí cuando surge el gesto espontáneo y los diálogos resultan naturales y creíbles. Las artes de pesca, las canciones, la ropa raída de los hombres, el luto de las mujeres; todo está captado en un blanco y negro espectacular de gran belleza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fuman2
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15 de diciembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
160/21(28/11/18) Clásico del neorrealismo italiano y por ende del Séptimo Arte, sublime realización en su segundo largometraje (seis años después de “Ossessione”) del milanés Luchino Visconti, la épica de lo cotidiano que disecciona la dignidad humana, obra con influencias notorias en el film de Robert Flaherty “Hombres de Aran” (1934) y en el cine soviético de Sergei M. Eisenstein, producida en parte por el Partido Comunista, filmada con y entre los pescadores sicilianos (actores no profesionales) en el pueblo de Aci-Trezza, crónica cruda de una familia (Los Valastro) que se esfuerza por salir de la trampa de la pobreza, el arrojo idealista del líder del clan (Ntoni encarnado por Antonio Arcidiacono), bajo el mantra de "No nacimos para llevar una vida miserable", les hace ver que hay que intentar prosperar para sortear a “especuladores” intermediarios-mayoristas, esto les hace endeudarse peligrosamente, esta familia es claro antecedente de otra cinta viscontiana como “Rocco y sus hermanos”, y es que podrían ser los que viajan a Milan para buscarse la vida, asimismo anuncia el gusto por retratar la descomposición familiar que retrata en otras películas el director como ocurre en la ya mencionada y en “El Gatopardo” o “La caída de los Dioses”. El guión del propio director junto a Antonio Pietrangeli (“La entrevista), inspirado libremente en una novela del siglo XIX “I malavoglia” (1881) de Giovanni Verga (también escribió "Cavalleria Rusticana", en la que se basa la ópera "verismo"), está impregnado por el militante marxismo del cineasta, un drama de denuncia social proyectando la eterna lucha del explotado proletario contra el tirano empresario (aunque en este caso sea para convertirse él en lo que ataca), la lucha de clases, que radiografía un microcosmos anclada en el inmovilismo, enraizados en el tradicionalismo más arcaico del conformismo, donde la mayoría de la gente se ha “acomodado” a su sufriente existencia, les da “alergia” los cambios, reniegan de quien quiere escapar a su destino aciago, se hace un canto al orgullo y dignidad, se hace un llamamiento a la solidaridad y cooperación. Visconti empapa la cinta de un tono visual operístico en muchas secuencias, gracias a una lírica cámara de Graziati Aldo, y a una edición vibrante de Mario Serandrei, exhibiendo un tono cuasi-documental en la autenticidad que da un perfil humanista al metraje, donde el concepto de provocar emociones con la conjunción de estos dos recursos tan eisenstianos queda patente.

Aci Trezza en Sicilia, es donde se desarrolla la novela de Verga, Visconti descubrió que apenas había cambiado desde la década de 1880. Teniendo en cuenta esto, Visconti, a la manera neorrealista, decidió filmar la película en lugares sicilianos reales y también utilizar a la gente local como actores. Visconti creía que estas personas comunes podían representar la verdad sobre sí mismos mejor que los actores que asumían roles. Una vez se completó la película, se tuvo agregar voz en off, ya que los participantes no hablaron italiano. Al comienzo de la película, afirma que "... el italiano no es un idioma de los pobres". Además, el comentario asume una importante función narrativa y temática. El dialecto nativo de los intérpretes era incomprensible para los hablantes de italiano, lo que requería la frecuente narración (condescendiente) en off coescrita (y generalmente hablada) de Visconti, Pietrangeli y Amilcare Pettinelli. Visconti, vende las joyas de su madre y la casa familiar de Roma para terminar la realización. Los posteriormente directores Franco Zeffirelli y Francesco Rosi fueron ayudantes de dirección en este film. Visconti solo terminó la película vendiendo algunas de las joyas de su madre y un apartamento en Roma.

El comienzo resulta muy lírico con una secuencia al amanecer en la orilla de la playa con los botes de los pescadores recortando la silueta con el alba al fondo, vemos también el modo de vida, en un retrato costumbrista precioso, donde todo está estratificado por géneros, los hombres salen a pescar en sus barcas, y las mujeres limpian las casas, también asistimos al modo en que el pescado es vendido en el puerto, y como el que menos gana es el que más expone, los intermediarios aprovechándose de su status en el regateo de precios. La cinta maneja muy bien los mensajes subliminales, la Iglesia católica está presente sin nombrarse, ni tener papel relevante un sacerdote, ello a través del repique de campanas que oímos de vez en cuando. Cual aura invisible que lo cubre todo; También está muy presente la política, ello también de modo sutil, sin subrayados, lo más cercano es cuando uno de los mayoristas dice "El país está lleno de comunismo”, y su compañero responde "Raimondo siempre tiene razón”, en lo que es una clara referencia al eslogan fascista,"Il Duce siempre tiene razón". Subliminalmente vemos mensajes de Mussolini en la pared de los mayoristas que cual tela de araña tiene en un puño al pueblo, y arremeten contra los posibles cambios que los pueden debilitar, se ve un slogan fascista desconchado detrás de Raimondo “Ir con determinación hacia las personas” (Benito Mussolini), en el dique del puerto otras proclamas fachas como “Sicilia o norte”, hay más de este tipo, o cuando a N’Toni empieza a venirse el mundo encima vemos de fondo el símbolo del comunismo de la Hoz y el martillo, a modo de cómo es algo ajeno al pueblo, pues lo dejan solo.

La cinta rezuma neorrealismo en una miscelánea incisiva con lo poético, con esas imágenes de los botes en bandada con lámparas cual naves yendo hacia el horizonte desconocido, o la narración en off que envuelve las situaciones en mayor trascendencia dramática (dice cual mantra “Es solo una cuestión de tiempo, ya que el gusano le dijo a la piedra, te abriré un agujero”, refiriéndose a como la tragedia cala en los Valastro, o “Una por una, las ramas del árbol se marchitan y caen”, cuando la familia se va desgajando)… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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4 de febrero de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandísima y hermosa película del maestro Visconti, que nos narra las vicisitudes de la familia Valastro en un pueblito de pescadores, su lucha por la dignidad y la supervivencia encarnada principalmente en ´Ntoni Valastro.

La tierra tiembla es un exponente perfecto del neorrealismo italiano:

1. Tiene un tono rotundamente documentalista. Esto se aprecia principalmente en los planos generales del muelle, en la narración de la vida cotidiana de la familia Valastro y del pueblo de Trezza. La cámara tránsita por el pueblo y por la casa de la familia, siempre mostrando su vida de manera natural y espontánea, sin juzgar. Como he dicho abundan los planos generales y escasean los primeros planos. Esto nos muestra la intención de Visconti de narrar la forma de vida de la gente del pueblo, huyendo de sentimientos y emociones individuales.

2. El reparto. Son gentes del propio pueblo y que evidentemente no son actores y actrices. Es fascinante el italiano que hablan, que poco tiene que ver con el italiano formal de las grandes ciudades. De hecho al comienzo del film, hay una frase que nos dice: aquí el italiano no es el idioma de los pobres.

3. La historia no la protagoniza un hombre, ni una mujer, ni siquiera una familia o un pueblo, como pudiera parecer a primera vista. La verdadera protagonista es la POBREZA. Visconti, a manera de anteriores películas neorrealistas de Rosellini o De Sica, la retrata de manera cruel y despiadada. La pobreza carcorme los cimientos de una familia aparentemente muy unida, es cínica, desoladora y no deja títere con cabeza. Es como una fusta que machaca las espaldas de cada ser que osa luchar contra ella. Es importante la relación que establece entre la arrogancia y la pobreza. Cuando la primera crece, la segunda castiga.

Así el personaje de ´Ntoni representa de manera clara esa lucha por la dignidad, por un futuro mejor. Representa también la lucha de lo nuevo contra lo viejo (el abuelo), de la libertad y la independencia contra la esclavitud a la que los pescadores y sus familias están sometidos por los mayoristas. ´Ntoni es la frescura y energía de la juventud, pero también su arrogancia e inconsciencia.

Por último me gustaría también destacar algunos aspectos que me han decepcionado ligeramente.
En mi opinión le sobra metraje. En ocasiones es reiterativa en la narrativa documental de la vida del pueblo y la familia y hay algunas escenas que sobran. Además, Visconti se quiere alejar tanto de sentimientos y emociones individuales, que transmite cierta sensación de frialdad pese a la dureza de la historia.
Las actuaciones en general, son inexpresivas y no reflejan al cien por cien la crudeza de lo que están viviendo.
Por último la voz en off me resulta cargante, ya que no aporta ninguna información adicional, y se limita a contar lo que muestra la imagen. Por lo tanto considero que pierde su poder narrativo.

Aún con todo, la tierra tiembla se erige como una película imprescindible para los amantes del buen cine.
Raul
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