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Las aventuras de Buckaroo Banzai

Ciencia ficción. Aventuras. Comedia Buckaroo Banzai, un prestigioso científico, neurocirujano, piloto de carreras, cantante de rock y héroe de cómics, en una de sus investigaciones, abre una puerta a otra dimensión. El problema es que la referida dimensión está siendo empleada como cárcel por una raza alienígena, y la Tierra se ve amenazada de ser invadida o destruida por la policía alienígena. De modo que Buckaroo, con ayuda de su guardaespaldas, sus colegas científicos, ... [+]
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
27 de mayo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Las aventuras de Buckaroo Banzai a través de la octava dimensión” consigue ofrecer toda una declaración de intenciones con el propio título de la película. Una absoluta locura ochentera que está plagada de excesos allá donde se mire: vestuario plagado de hombreras, alienígenas con caretas risibles, diálogos cargados de complejas y absurdas referencias científicas, historia que avanza y a la que cuesta seguir el paso, banda sonora plagada de sintetizadores y un reparto con grandes nombres de la época (Peter Weller, John Lithgow, Ellen Barkin, Jeff Goldblum, Christopher Lloyd…) al que es imposible no preguntarse como consiguieron enredar para filmar la película. Buckaroo Banzai es un polifacético hombre que combina múltiples profesiones: científico, neurocirujano, piloto, estrella del rock y héroe de cómic. Mientras opera el cerebro de un esquimal, en el desierto le esperan para pilotar un Jet Car y conseguir alcanzar el récord de 900 kilómetros por hora. Aparece a tiempo, y además de alcanzar esa velocidad, decide probar un dispositivo que ha creado con su mentor, el Dr. Hikita, que permite viajar a través de la materia sólida. Al hacerlo, Buckaroo consigue acceder a una nueva dimensión en la que están recluidos malvados alienígenas. La noticia llega a oídos del Dr. Lizardo, un malvado científico que también querrá utilizar el dispositivo. La película de W.D. Richter vive una segunda juventud al ser reivindicada en parte por el éxito de “Ready Player One” película de Steven Spielberg que adapta la novela de Ernest Cline en la que su protagonista Parzival, se declara fan de Buckaroo Banzai. Todo un absurdo que guarda cierto encanto y al que hay que reconocerle tener sentido del humor.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com
Un hombre sin piedad
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16 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leí en algún lado que, en los noventa, la película solía formar parte de la programación habitual por cable, yo nunca la vi por la tele. Sabía de su fama, pero jamás pude conseguir una copia. En Internet circulaba la película, pero sin subtítulos, desistí de verla. En algún momento se editó en BluRay y al fin pude verla y entendí el por qué del culto que hay alrededor de la película, que es una joya psicotrónica ochentera. Hay quien dice que "Volver al futuro" tomó muchos elementos de esta película (sobre todo en el diseño del DeLorean, además del gancho de Christopher Lloyd), aunque para mí el nexo más evidente es con "El almuerzo desnudo", de William Burroughs y de David Cronenberg (no sólo por Peter Weller, sino por la subtrama confusa de inflitrados y alienígenas). También me recuerda mucho a "They Live", de Carpenter, en el detalle de que, para ver a los seres de la octava dimensión, hace falta un dispositivo, en una son lentes, en la otra, un gas (obtenido con una fórmula matemática).
Tiene todos los elementos para volverme loco, pero no me vuelve loco. Agradezco haber podido verla, pero toda la parte lisérgica y surrealista (los primeros treinta minutos, que son una gloria absoluta) se diluye en una película de aventuras más o menos tradicional, donde se estanca.
El último tercio de película es bastante gratuito y algo aburrido. Una lástima que no hayan entendido que lo mejor de la película estaba en su potencial extravagante y no en repetir fórmulas remanidas.
En promedio, la película es igualmente buena. Pero si hubieran priorizado la parte psicotrónica sobre las escenas de acción, sería una obra maestra. Una pena que no lo hayan visto a tiempo. Igual, es una película de culto y pionera absoluta de mil cosas pero le pegó en el palo de ser tan importante como "Volver al futuro", le pasó raspando y ahora sólo es una curiosidad cinéfila, así es el destino a veces.
nadie
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6 de diciembre de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es triste ver que, incluso en 1984, ya existía el precedente de "comedia a priori estúpida que quiere ser seria cuando le conviene pero que en el fondo no hace ni puta gracia".

'Las Aventuras de Buckaroo Banzai a través de la Octava Dimensión' tiene el mismo problema que todas esas películas baratas que mezclan zombies, nazis o vikingos y mucha serie B, repletas de frikadas minoritarias buscando levantar algún tipo de aplauso fan a espectadores con poca exigencia: está tan ocupada recreándose en su "hinjenio" que se olvida de que hay alguien mirando.
Porque se abre con una introducción insoportable, cargada de jerga científica que no nos puede importar menos a los que empezamos a verla con ansias de diversión. También porque mezcla ideas de samuráis, bandas rockeras y alienígenas, pero se olvida de que en algún momento aporten algo a la narración. Pero sobre todo, y muy lastimosamente, porque no tiene ni idea de dónde está la "gracia" de su historia: el breve texto de medio minuto al principio de la película parece tener más emoción en sus líneas que todos los cansinos minutos en los que la banda de Buckaroo se pasea por el metraje, creyendo que molan más que nadie.

No molan absolutamente nada. Y se esfuerzan escupiendo frases que quieren sonar épicas, pero que a la hora de analizarlas parecen el cruce entre la primera tontería que se le ocurrió al guionista e infames testimonios de diarrea mental: "ya estoy dinamizado", exclama Buckaroo, creyéndose el puto amo, sin una triste nota musical que acompañe semejante frase, sin una cámara que la haga resaltar épicamente.
Porque esa es otra, absolutamente todas las escenas están estáticamente planificadas, sin nada que las saque del supino aburrimiento que suponen, compitiendo duramente por ver quién pronuncia la siguiente línea de diálogo con el menor carisma
El """"clímax"""", sí se le puede llamar así, consiste en gente hablando entre salas, comportándose como monigotes insensibles ante una situación tensa: la diversión que podría despertar el concepto muere apuñalada cruelmente entre personajes que solo saben escupir chorradas que no interesan y un director demasiado incompetente para saber que la conclusión de una historia pide algún tipo de emoción.

¿Quizá esa era la intención, no? ¿Cagarse en la norma cinematográfica y ver cuán "moderno" y "vanguardista" te valoran, verdad?
Con tan miserables objetivos, no debería sorprender a nadie que esta imbecilidad solo ha logrado recolectar la veneración de espectadores que también querían ser "modernos" y "vanguardistas": comparten con película y director ser pura carcasa, sin nada más detrás.

Algo parecido le ocurre a Buckaroo: si un neurocirujano guitarrista físico cuántico viajero a través de la octava dimensión ABURRE... quizás es que todos esos adjetivos no valían para absolutamente nada.
Tan solo para dejar en evidencia a algunos alternativos que gustan de recalcar su diferencia, mientras consagran altares nostálgicos a chorradas que desde el principio nunca fueron la gran cosa.
Charles
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18 de noviembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Delirante comedia fantástica para mayor gloria de Peter Weller. Él es Buckaroo Banzai, un tipo tan multidisciplinar que se encarga él solito de conducir un bólido de carreras, cantar en una banda de rock casposo, experto en artes marciales e investigador en el prestigioso campo de la neurocirugía. Además, en sus ratos libres, abre puertas dimensionales y se enfrenta a los extraterrestres que las habitan, a los cuales no les gusta mucho la idea de que vayan metiéndose en su mundo sin ton ni son.

Este planteamiento tan absurdo es el que acompaña la película de Richter. Campa a sus anchas el despropósito, el vacío argumental y el batiburrillo incoherente, hasta tal punto que la obra es una parodia de sí misma. Weller hace el papel de héroe improbable, un personaje con ínfulas de héroe de cómic y venerado por toda la Humanidad, que se deja los higadillos por complacerle.

Afortunadamente para Richter (y sobre todo para el sufrido espectador), el filme se define como una comedia, bastante surrealista eso sí, pero es un alivio saber que no se toma en serio lo que se cuenta. A pesar de todo, Richter no logra cohesionar el conjunto y se dedica a dar palos de ciego, provocando el inmediato desinterés del espectador por la trama.

En cuanto a interpretaciones, el menos destacado es precisamente un Peter Weller desfasado y soso, al igual que Jeff Goldblum. Tan sólo un histriónico John Lithgow consigue arrancar una sonrisa de complicidad en su exagerado papel del alocado Dr. Lazarus.

Impagables los créditos finales en los que todo el reparto se pasea alrededor de un muro con Weller a la cabeza, y en los que se anuncia (o se amenaza, según se mire) una segunda parte. Afortunadamente, nunca salió a la luz.
Richy
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23 de mayo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que escuché la expresión "Buckaroo Banzai" fue en los noventa debido a un manual de cracking, sin embargo, pensé que se trataba de un anime o de un manga incluso de una serie televisiva. Después me enteré de que era una película. Debido a que "Buckaroo Banzai" es un nombre demasiado jactancioso no pasó desapercibido para mí. Ya dos décadas de aquello, pero recién esta tarde la he visto pero he quedado confundido.

La película pretende mezclar seriedad con situaciones graciosas pero falla miserablemente. Al final solo queda en lo segundo, pero sin convencer, a los veinte minutos sabes que no va a ser la gran cosa que esperabas. Y por si fuera poco la película con un bajo presupuesto ad portas tiene los típicos clichés de Hollywood, peleas, persecuciones en auto, escapes desde algún lugar y para colmo la rubia infaltable, es en este punto donde más se desmorona la historia. Esta actriz sencillamente falla porque no tiene ni un átomo de carisma, algo mínimo que me haga buscar información de ella posterior, pero no, nada, ni siquiera tiene un toque sensual, está al nivel de la pareja de Travolta en Fiebre de sábado por la noche, o sea, no podemos pedir mucho. La tensión sexual en esta película es de chiste. Hasta en Rescate en el Barrio Chino se siente, acá en cambio para nada.

El film llega a un nivel que hace confundirte, son demasiadas situaciones agregadas de golpe, incluso la participación de un niño trasformado en héroe expresó. ¿A título de que fue agregado este menor? ¿Por ser una película familiar? Y esto de pasar de una cosa a otra tan rápidamente me hace pensar que contribuyo al fracaso de este film. Por otra parte, era conocido que a inicios de los ochenta en USA existía una admiración/odio por Japón, acá se plasma y se mezcla desde katanas, kimonos, personajes japoneses y caracteres nipones si hasta el nombre de la película tiene a Japón impregnado. Y todo eso para qué. Ni que en 1984 ya tuvieran el Big Data al estilo de como hicieron Stranger Things.

La historia de los científicos es deplorable, mostrados en el film como que son personas iguales al resto de la sociedad hasta con banda musical incluida, pero en el caso de Bukaroo Banzai es desastroso, exhibido como un supergenio mundial que hace lo que quiere porque es ultra capaz intelectualmente junto con un estilo con aires de McGiver, no por favor, es demasiado. Peter Weller cae bajo con este film, Jeff Goldblum igual cosa y Christopher Lloyd se salva ya que va de extraterrestre.

En fin, un film de los ochenta que merecidamente esta entre los menos recordados, lamentablemente es doloroso ver un film ochentero tan mal hecho pero que también tiene la estética ochentera que tanto me gusta como el uso de graficas computacionales recientes de terminales de computadoras o los sonidos de sintetizadores. Es curioso que películas como The Last Star Fighter de aquel mismo año 1984 salieran mejor paradas que esta pelicula que era un potpurrí de famosos. Recomiendo ver esta película solo a alguien muy fanático del cine de la década de los ochenta y si dispone además de una gran cantidad de tiempo libre y el verla sin la menor de las expectativas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gilligan
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