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Elephant

Drama Recreación de la matanza perpetrada por dos adolescentes en el instituto Columbine. Es un día cualquiera de otoño, y todos los estudiantes hacen su vida rutinaria: Eli, camino de clase, convence a una pareja de rockeros para hacerles unas fotos. Nate termina su entrenamiento de fútbol y queda con su novia Carrie para comer. John deja las llaves del coche de su padre en la conserjería del instituto para que las recoja su hermano. Pero ... [+]
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Críticas 235
Críticas ordenadas por utilidad
19 de octubre de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque eso es lo que son para mí los que gustan de un film de racioncinio tras otro (ojo, que nada malo veo en ello, pero algunos no soportamos tanto).
Y no los entiendo porque veo como muchos de ellos, amantes de Cannes y sus polladas critican abiertamente este film de Gus Van Sant, que si porque tira largos planos, que si porque no tiene una historia que contar, que si no hay trama,... y luego les maravillan cosas más secas que ajos como "L'Enfant" de los Dardenne, cuya trama se le ocurre a un agudo alumno de parvulario.

En "Elephant", Van Sant se agarra a un suceso "reciente" y se aprovecha de su tirón para realizar una historia, una historia sobre el suceso, sin nada más que contar que éste, y de hecho sobra. Partiendo de esto, es fácil agarrarse a hechos reales, pero es lo único "fácil" de todo el film.

Las complicaciones son muchas, y de todas sale Van Sant airoso.
La primera, lograr que un film sin nada que contar no aburra, no sólo eso, sino que algunos personajes puedan despertar nuestra atención, aún siendo irrelevantes para la resolución de la trama (lo logran tanto John Robinson como Kristen Hicks, y tan sólo se nota desesperación en el de Elias McConnell, algo más flojo): Conseguido.
La segunda, hacer un film de adolescentes con actores adolescentes. Esto, yo diría, que es realmente un rara avis. En el 99% de los films sobre institutos los actores cuentan con sus veintibastantes años, lo que les permite (generalmente) no causar problemas/entorpecimientos en los rodajes. Gus trabaja aquí con xavales de entre 15 y 18 años y muchos de ellos son autóctonos. Conseguido.
La tercera, mantener la intriga hasta el final, tratándose de un suceso que el espectador sabe cómo acabó. Y lo logra evitando dar datos sobre éste, nada importa, sólo importa el porqué. Conseguido.
En resumen, consigue todo lo que se propone, es cierto que tira de experiencia, evita personajes complicados y crea unos carácteres probablemente inspirados en los de sus propios actores, apoyado en que es una "versión imaginaria" del suceso.

Destacar, además dos cosas, que no son fruto de Van Sant.
La primera es el arte que posee su director y equipo de fotografía, si fuera este el que rodara todos sus films, y a este nivel yo vería un "documental hasta de mojones".
La segunda, el papel bien resuelto de Alex Frost, el único personaje complejo de la trama, el único actor del reparto (entendiendo que el resto hacen de sí mismos). El núcleo de la acción, el inmerecido cabeza de turco.

Interesante, pero abstenerse los que no soporton el "tiempo real". Muy justa Palma de Oro.
Follawski
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29 de noviembre de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elephant nos narra de forma semi documental la vida cotidiana de un grupo de jóvenes, así vemos que John (John Robinson) tiene que lidiar nuevamente con su ebrio progenitor, a Eli (Elias McConnell) fotografiando a diversos compañeros, a Carrie (Carrie Finklea) y Nathan (Nathan Tyson), una de las parejas más populares dialogando sobre el más que posible embarazo de ella, o a Michelle (Kristen Hicks), feucha y acomplejada, quién ha vuelto a obviar cambiar su pantalón largo por otro más acorde para la clase de gimnasia con la consiguiente amonestación y, para colmo, la burla de sus compañeras. Todo muy normal, todo muy simple, todo muy real. Lo que desconocen es que dos de sus compañeros les pueden arrebatar sus "sencillas" vidas en un abrir y cerrar de ojos...

El director se distancia (y no sólo de manera visual) ofreciendo una obra tan intensa como aséptica, es decir, pareciera que no le interesa tomar partido, simplemente reflejar unos retazos de la vida de un grupo de jóvenes y de cómo la violencia les afecta con dramáticas consecuencias. Por la pantalla se suceden embarazos no deseados, problemas de alcoholemia e incluso bulimia, y son tratados con una distancia insospechada pero francamente interesante, y lo que es más importante, tremendamente impactante. Los actores son unos novatos, y aunque ello se nota en sus interpretaciones no es menos cierto que también ayuda a dar credibilidad, incluso leí que parte de los diálogos eran improvisados, y sí, ello también se nota, para bien o para mal. Sin embargo todo ello sumado a su experimental forma de estar rodada hacen que nos introduzcamos perfectamente en situación.

La manera que Gus Van Sant tiene de presentar a sus personajes, introduciéndolos en situación de manera individual recuerda ligeramente a los expuestos en películas (tan diferentes) como Cosas que nunca te dije (Things I Never Told You) o Ken Park, pero sin contar con el poético lirismo de Coixet ni intentando contar la vida de personajes desarraigados y marginales como suele ser habitual en el cine de Larry Clark. Por el contrario resulta tan cruda como inquietante en sus convencionalismos, además de ofrecer unos minutos finales que hielan la sangre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ddarko_1980
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17 de septiembre de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En "Elephant", Gus Van Sant se propone captar los momentos previos a una matanza en el instituto Columbine, mostrar la normalidad que precede a una catástrofe inesperada. Una idea sumamente original e interesante, que en buenas manos podría servir de base para construir una verdadera obra maestra.

Y sin embargo aquí no funciona.

¿Por qué no? Porque Van Sant, con perdón, no tiene ni puta idea de cómo desarrollar esa "normalidad", no me creo casi nada de lo que pasa, no me meto en el contexto ni entiendo a los personajes. Porque, en vez de preocuparse por dar una visión cercana a la realidad, utiliza a personajes con un rol prefijado que entran en los patrones de estereotipamiento adolescente (las chicas pijas que hablan de gilipolleces y acuden al baño en grupo a vomitar (!!), la empollona marginada y antisocial) y en ocasiones traspasan la barrera del absurdo. Porque no puede ser un retrato más superficial ni más carente de matices de lo que realmente pasa en el día a día de un instituto.

Pero no sólo es problema del desarrollo de la trama en sí, sino de la sensación de que es una mera excusa para que Van Sant enseñe sus cualidades de montaje, sus movimientos de cámara y, en definitiva, de que todo se concibe como un monumental ejercicio de estilo y al autor le importa un carajo lo que está contando. Y lo peor es que sus recursos no me convencen. No tengo ni idea de vocabulario técnico, ni de qué es lo que hace a una película buena a nivel de iluminación, de elección de planos y demás, pero a mí lo que hace este hombre aquí y en "Gerry" me parece carente completamente de mérito. No ya por las escenas repetitivas (¿cuántos primeros planos de espaldas en movimiento hay que filmar para que te consideren un genio?) y alargadas hasta el ridículo, las imágenes intercaladas sin ningún sentido, etc., sino porque no logra en ningún momento que toda esta parafernalia técnica se integre en la historia. Por ejemplo, en el salto del perro a cámara lenta. ¿Qué aporta? ¿Por qué está ahí? En fin, detallitos así, que no es sólo que el argumento pueda sobrevivir perfectamente sin ellos, es que llegan a abstraerte de lo que cuentan, del ritmo de la obra y de las sensaciones que debe transmitir. Se podría decir que en la película se muestran dos mundos completamente distintos, el narrativo y el técnico/visual, y el director se ve incapaz de fundirlos, o al menos de establecer una conexión necesaria entre ambos.

¿Y la parte final? Bueno, eso ya es para echarse las manos a la cabeza. Cutrísimo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghibliano
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14 de junio de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gus Van Sant (Mi Idaho Privado) es todo un cirujano experto en desgarrar la juventud norteamericana con sus viscerales y difíciles retratos sobre la rebeldía, las drogas, la homosexualidad o la pequeña delincuencia. También está dispuesto a radigrafiar a los jóvenes en estado de gracia, en un día cualquiera en un instituto, con sus estereotupados perfiles (desde el chico guapo, la niña mona o la joven gafapastas fracasada que tiene que aguantar los comentarios de los demás huyendo de las concentraciones en el pasillo o de sí misma…). Y relfeja, como en una pecera, la vida del instituto, hasta acribillar a tiros ese estilo de vida diario, uniforme y conformista partiendo del descontento de dos jóvenes Eric (Eric Deulen) y Alex (Alex Frost) símbolo de la indiferencia, descontento y falta de razonamiento, incapaces de distinguir lo que es bueno y malo y que les importa tanto Beethoven como el nuevo rifle de adquisición por correo, con el fin de aumentar su polvorín y su cometido.

Un problema que surge de unas raíces instauradas por las instituciones (en éste caso las escolares) y el mal desarrollo en que aprovecha Van Sant para sacudir con agudez y realismo que se esconde socialmente detrás de esas bruscas intenciones (ya sean de origen familiar, y el único padre que sale de cuerpo entero es un desmejorado Timothy Bottoms más ebrio que una cuba).

El realizador de “Drugstore Cowboy” (1989) no se anda con rodeos y nos muestra éste “vivir cada día” para que nos ceñimos en las corrientes vidas de algunos de los alumnos de éste instituto. Y de allí expone sus airadas conclusiones de lo que puede parapetarse un fatal desenlace como el que se registró en el Instituto Columbine, en Colorado, en un día de primavera de 1999.
Natxo Borràs
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1 de noviembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a "Elephant" he aprendido varias cosas que no sabía de Estados Unidos:
- Que los colegios son muuuuuuy grandes, pero que muy grandes, vamos, que te pierdes en él si no te lo conoces bien.
- Que los jóvenes americanos tienen unas bonitas espaldas, y sus nucas también son dignas de observar.
- Que los adolescentes no se quedan quieto ni un segundo, no se pueden quedar sentados o hablando, no, tienen que ir de un lugar a otro tooodo el rato.
- Que los pasillos de los institutos americanos son gigantes, y no entiendo cómo la gente después encuentra su taquilla, porque con lo laberínticos que son...
- Que aunque se oigan disparos, gritos o se vea a gente corriendo, los demás ni se inmutan, siguen caminando por los interminables pasillos o siguen con sus labores.

Ahora, en el spoiler haré una crítica seria, y no destripo nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Xermancio
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