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El séptimo sello

Drama Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
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Críticas 239
Críticas ordenadas por utilidad
20 de abril de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La narrativa se funde en una simbología ejemplar. Ya lo demostró en Fresas Salvajes y en otras propuestas: Ingmar Bergman podría haber sido un excelente novelista. Su destreza para indagar sobre la existencia y el destino es increíble. En El Séptimo Sello, la muerte no solo se convierte en el argumento principal, sino que es interpretada como un personaje sabio, pero cruel y despiadado. Además, la contextualización en una sociedad medieval permite a Bergman desarrollar salvajemente el fanatismo y la fe de la humanidad.
danillobet
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31 de agosto de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La invitación a seguir vivo recorre con optimismo la Suecia Medieval dentro de un carromato habitado por una troupe de cómicos tan exiguamente provistos de lo justo para alimentarse, vestir y sobrevivir como sobreavituallados de humanidad y un razonamiento ético condicionado por la extraordinaria ufanidad del dichoso bienaventurado sin sed material.
Paralelamente a su camino, hasta que lo entrecuza el destino, el aliento de la muerte personificada -estoico, fantasmagórico y sobrecogedor Bengt Ekerot- exhala incansablemente su hálito en la nuca de un caballero de las cruzadas (Max Von Sydow) muerto en vida -literalmente- que ha sido sentenciado a medirse contra la parca en una partida de ajedrez. No sin la privilegiada concesión de que antes, Ingmar Bergman -guionista y director- regale, dentro de un confesionario, la más aclaratoria, prístina e inequívoca lección jamás impartida sobre la verdadera naturaleza y razón de ser del pensamiento religioso .
Una obra de arte absolutamente brutal y estremecedora.
'El 7° Sello' se hizo con el Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes de 1957, compartiendo dicho galardón con 'Kanal' de Andrzej Wajda.
antonio lopez herraiz
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11 de noviembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi juicio, considerando que los realizadores de este proyecto opinasen parecido a la hora de concebir su idea, es muy llamativo el éxito sin parangón, resultado del tratamiento de episodios lejanos y caóticos para la especie humana, en los que primaba la confusión y el miedo; en aquellos capítulos históricos de narración enigmática, de sellos y misterios, de talismanes de la fe en la vida eterna, de la mortificación de la carne para la purificación del espíritu, de la huida de las persecuciones, del fuego que no se acaba, y por encima de todo, de la muerte que acechaba en cada esquina con el nombre de Peste Negra y de hambrunas.
Así queda incentivada una trama cuasi sepulcral, de belleza oscurantista, de erudito arte fúnebre. Sí, el medioevo una vez superado, capítulo de la historia que podría compararse con un agujero negro, atrae su dimensión por la profundidad infinita que alberga, cuya naturaleza es la de expulsar a los cuerpos absorbidos a dimensiones recónditas, sin certeza alguna, solo el temor de que si la muerte ha de conducir a un abrazo de luz sin fin, seamos merecedores de dicho premio, mientras que si fuéramos víctimas de una muerte metafísica, el abandono inevitable en el vacío sin destino, causa, ni misericordia, sea sin percatarnos de tan despiadado castigo. "Porque, muerte, antes de llevarme contigo, necesito respuestas."
Si un recurso fuera de importancia capital para adquirir cierta ventaja ante el tema oscuro y recóndito, de verdad irrechazable, tratado en este glorioso film, ese sería el tratamiento de la brillantez del intelecto, principalmente en el exquisito guion, a la postre de las interpretaciones de un elenco que representa ante el espectador la dualidad de conducta en el alma del hombre, a saber: la ridícula sumisión, y la superposición valiente ante la duda. La primera, muestra a un pueblo inculto y conforme con los dictados de la costumbre, otrora ritual, con el ensañamiento hacia el desaventajado, con el humor de altas cotas irracionales para una sensibilidad algo superior; mientras que los que encarnan la última postura, solapan el terror emanado de la incertidumbre, y rebosan a partir de entonces una confianza lograda en el pasar por este valle de lágrimas. Como decía el viejo proverbio: "El ser humano es animal de costumbres"; y dos milenios de enfrentamiento y contienda declarada contra las fuerzas de la oscuridad, son la clara prueba de que el maestro Ingmar Bergman no titubeó, al menos en el desarrollo, para realizar una de las películas más interesantes de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AlexBenavente
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15 de abril de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película fascinantes, subyugante, onírica, de una visualidad plástica fabulosa. Un relato medieval, con un comienzo espectacular: el mar, los caballos, el pájaro, el ajedrez, la muerte...
Hay aspectos de la misma que tendría que apreciar al verla por segunda vez. Sobre todo aquellos relacionados con los diálogos de los titiriteros. La muerte juega un papel muy definido, es el diálogo esencial por el que se transita a lo largo de toda la película. Pero el papel de los titiriteros es diferente, es la vida del niño Miguel, es el futuro, la paz... Las visiones del padre también tienen un rol definido que no aprecio.
La crítica a la religión parece muy evidente, sobre todo en el diálogo con el pintor de la capilla, que es abiertamente irreverente.
Otro aspecto a tener en cuenta es la purificación que experimente la bruja al ser quemada. Es algo más que un aspecto individual, es social, es colectivo, es de todos... No se entiende bien cuál es la razón por la que el guerrero se apiada tanto de ella, si viene de las cruzadas, de luchar, al menos teóricamente, por el dios que permite esa tortura.
Desde luego Bergman es un genio de la iconografía cinematográfica. No es especialmente el cine que más me gusta, quiero decir que no soy un absoluto e incondicional fan, pero cada vez me gustan más sus películas, tienen una magia singular, una estructura propia, diferente, absolutamente particular, para verlas con calma, sin necesidades de tener que seguir un guión predeterminado, estructurado y clásico.
El cine es a Bergman lo que la literatura al ensayo. Más libertad estética, más libertad compositiva. Sin los límites que viene definidos por la estética clásica de lo que es una novela.
Es, por así decirlo, Kafka.
ÁAD
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19 de mayo de 2006
18 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de verla por primera vez y lo que me ha sorprendido es la fotografía, la excelente representación del medioevo y unas buenas actuaciones junto a inteligente diálogos. Pero a fracasado en su principal propósito de incitarme a la reflexión, quizás porque me identifico con el cinismo del escudero. Ha pasado de largo como una brisa, sin mellar en mi conciencia. He leído todas las críticas y no me han descubierto la esencia de esta obra y su soberbia maestría.

Ahora la estoy viendo por segunda vez y mantiene su atractivo, pero el único momento exquisito es cuando llegan a la iglesia y hay un artista pintando un fresco sobre la muerte. Intuyo que es una metáfora que usa Bergman para exponer sus razones para hacer la película, fíjense en el dialogo:

Escudero - ¿Que significa eso?
Pintor - Es la danza de la muerte. (...)
Escudero - ¿Para que pintas esas tontadas?
Pintor - Me parece que conviene advertir al pueblo que tiene que morir.
Escudero - No vas a hacerles muy felices, cerraran los ojos y no verán tus pinturas.
Pintor - Descuida que las mirarán, una calavera resulta mucho mas interesante que una doncella desnuda.
Escudero - Si tu les metes miedo...
Pintor - Reflexionan
Escudero - ¿Y si reflexionan?
Pintor - Les entra mucho más miedo
Escudero - Y se arrojan en los brazos de los curas.
Pintor - Eso no es cuenta mía.
Escudero - TU TE LIMITAS A PINTAR TU DANZA.
Pintor - ESTE ES MI MURAL Y QUE CADA UNO SAQUE SU CONSECUENCIA

Mi "consecuencia" es que hubiera preferido las mujeres desnudas…

El cine es entretenimiento por definición, si además tiene mensaje, literatura, y belleza, pues mucho mejor. Pero Bergman no consigue con esta escenificación teatral, aprovechar el dinamismo y recursos que le brinda el cine.

Seguramente en 1956 la muerte y la religión eran temas muy serios y controvertidos, pero hoy en día han perdido vigencia e igualmente la obra ha perdido mucho de su encanto.

P.D. Tener que ver esta película en clase de religión, como le paso a uno de los críticos, es una tortura medieval. Un profesor/a de religión haría bien en ponerles la Pasión de Cristo de Mel Gibson, los ríos de sangre son mucho mas entretenidos.
carlos gonzalez
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