Sherlock Holmes: Juego de Sombras (Sherlock Holmes 2)

Poco que decir de la segunda parte de la muy disfrutable versión Ritchie de “Sherlock Holmes”, pero todo bueno. De hecho, realmente, más que una segunda parte es una expansión, por lo que todo lo bueno que comenté en la crítica anterior es aplicable aquí. La mejor forma de definirla es como continuista y el continuismo de lo bueno es, como mínimo, disfrutable.

El estilo Ritchie sigue ahí, por lo que la narración es ágil y dinámica, poniendo a prueba la mente, pero resultando comprensible en todo momento. De vez en cuando juega a dejar hilos aparentemente inconclusos, desconcertantes que al final convergen con brillantez, también generalmente con humor, y explotan con placer en la mente del público. Los protagonistas conservan todo su atractivo y su encanto, aunque es verdad que han perdido el factor sorpresa y reman en todo momento contra corriente para ofrecer algo distinto. Pero lo sacan adelante porque Downey es un puto crack y Law sabe hacer su trabajo.

Todo lo bueno sigue ahí. Supongo que por aquello del qué dirán, para que nadie acuse de no hacer un esfuerzo innovador o renovador, la historia principal amplía horizontes geográficos y da más vueltas, pero no nos engañemos, tampoco aporta demasiado ni engaña a nadie: la película hubiese sido igual de buena sin tanta historia, por pura inercia. También sube la cantidad de niveles de narración anidadaOs (diálogos que referencian a diálogos que referencian a diálogos que referencian a...) supongo que por el puro placer de buscar sus propios límites y desafiar su propia capacidad de poner en escena tantos hilos simultáneos y, sobre todo, ser capaz de deshacerlos y volver a la conversación origen . Ah, se me pasó comentarlo en la primera parte y se olvidaba de nuevo, la música sigue siendo de Hans Zimmer y juega en otra división.

Hay veces que es mejor no pensar demasiado, relajarse y dejar que Ritchie obre su magia y te entretenga sin más.

"Lo veo todo, es mi maldición", es la frase que define al mejor detective de todos los tiempos Sherlock Holmes. Esta es una excelente pelìcula porque también "lo ve todo", los escenarios maravillosos, las actuaciones colosales y divertidas. Esta película es un monstruo del entretenimiento; me muero de ansias por ver el gran juego (atracción de feria) mecánico que le dedicarán a esta aventura. Holmes nos enseña que planear es predecir, que predecir es dar pasos seguros en la vida. Robert Downey nos demuestra su capacidad camaleónica para representar a los héroes más humanos y desenfadados de nuestro mundo de los sueños.

A las primeras de cambio veo a Irene Adler, una Rachel McAdams muy guapita con ese traje de época, sombrero, polisón y no sé si también unas botas como lleva en la primera, porque no se le ven, mecachis en la mar... pues decía que cuando la vi en apuros pensé que "si me le matan le doy un uno". Claro que cuando se suceden los minutos llegué a la conclusión que con muerte o sin ella "Sherlock Holmes 2" no puede más que recibir la calificación más baja disponible pues se trata más que de una película, de una aberración fílmica, peor aún que ya la de por sí lamentable original del 2009. De Irene sólo añadiré dos cosas. Que por qué la ponen tan traviesa y que tendréis que verla para saber qué pasa... o ni tampoco con estas.

Entrando en el tema, mi crítica para la iniciadora de lo que de momento promete ser una trilogía, se anuncia otro episodio para el 2015, sirve perfectamente para "Juego de Sombras". Todo lo añadido en ella se puede intercalar en ésta con el añadido de una trama mucho más descuidada. Yo es que no me enteraba de nada, no sé qué quieren, ni a dónde van, ni cómo consiguen la información necesaria. Guy Ritchie, entre epiléptico y con el baile de San Vito, nos aplasta con una obra, llena de modernidades, que si en todo momento me resulta pesada, en ocasiones me ha hecho sentir vergüenza ajena, como puede ser con la imbecilidad supina de la planificación de las peleas. Todo muy cutre. Sherlock Holmes no es así.

Como la primera parte y un poquito más de lo mismo. Ya no asombran las excentricidades del sr. Holmes, el personaje podría haber evolucionado un poco y el dr. Watson pasa desapercibido, practicamente no recuerdo su cara. La película es un continuo devenir de sucesos que no enganchan porque no se justifican el uno con el otro. Son rescatables las escenas del tren con la original decisión de Holmes y cada vez que este aparece camuflándose con el mobiliario... ¿Una tercera? - No creo que aportara nada nuevo.

Toda una vergüenza para una institución tan legendaria como el famoso detective de cuyo nombre se sirve esta estrafalaria película. No me malinterpretan, es una buena historia de acción, de entretenimiento comercial, resultona para la llamada del público en masa..., todo un placer para el oído y la vista -las explosiones y los coloridos adornos son abundantes- pero, perdónenme si solicito un poco de respeto para este clásico personaje. El papel que representa Downey Junior -de forma impecable- es un estrambótico, grotesco y fanfarrón detective que supone una mezcla penosa de El Mentalista y Chacki Chan en conjunto; un fantasma listillo que se las tiene todas consigo y que aburre por su idiota inteligencia. La figura de Jude Law como el sereno e impecable Watson se ve también arrastrada por esta sinfonía de ruido y palabrería que ensucian el buen nombre de esta leyenda escrita en papel. Estaría encantada con tal exhibición de divertida grosería y expectacular acción si no fuera por el uso indebido que se hace del personaje expuesto. Y lo malo es que el nombre de Sherlock Holmes y de su inseparable compañero Watson seguirá siendo arrastrado por el miserable fango en una tercera entrega.