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Tiempos modernos

Comedia Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
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Críticas 185
Críticas ordenadas por utilidad
2 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
17/17(22/01/16) Charles Chaplin creó hace 80 años con este film imágenes que han pasado por derecho propio a ser Iconos del Séptimo Arte, una obra atemporal y universal, que produjo (con su compañía United Artists), escribió, protagonizó, compuso la música y editó (sin acreditar). Se inspira en su gira por Europa y USA para promocionar “Luces de ciudad” (1931), observó las duras condiciones laborales agravadas por la Gran Depresión. Chaplin nos regala por vez primera su voz en un largometraje cuando hacia el final lo escuchamos cantar un tema cómico de Léo Daniderff “Je cherche après Titine” (1917), pero en una versión personal ininteligible, galimatías conocido como "nonsense song", conteniendo un mejunje de palabras del francés e italiano, recurso este del galimatías que repetiría en su siguiente film, “El Gran Dictador” (1940) para los enardecidos discursos del tirano Hynkel. Asimismo aprovecha para jugar con sonidos sincronizados en algunos momentos, con lo hace en una alegoría en la que une la voz humana se asocia perniciosamente a la mecánica, se oyen las estridencias de máquinas, el bullicio de la gente, y se oye al jefe de la fábrica dar órdenes por pantalla, se oye por el disco al vendedor de la máquina de dar de comer, o por la radio en la prisión, asociándola a lo malo, como su creencia de que el sonido era malo para el cine, Chaplin pone en alza el arte de la pantomima, ensalza la expresividad corporal y gestual, el slapstick visual.

Te atrapa desde su brillante inicio con su enunciado sobreimpresionado leit-motive del film “Tiempos modernos. Una obra sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad”, tras lo que vemos un puñado de ovejas, transmutándolas en su montaje en un gentío saliendo de la estación de metro dirigiéndose como autómatas al trabajo en sus fábricas, a esto sigue el contraste de ver a un hombre en su despacho, aburrido haciendo un puzle, es el jefe de una fábrica, ordena por una pantalla a su capataz que suba la velocidad del trabajo en cadena, y vemos una de estas cadenas obreras, apareciendo el Mítico Charlot ajustando a toda velocidad tornillos de unas piezas de metal antes de que lleguen al siguiente obrero con la misión de remacharlos, la alta velocidad le produce un tic, le sustituye otro obrero para descansar, yendo Charlot a los servicios, donde deben fichar para ver el tiempo que pierden, Charlot dentro enciende un cigarrillo, y de pronto en una gran pantalla en los servicios aparece el jefe llamándole la atención y vuelva a su quehacer, y ya nos tiene enganchados en esta fábula de carácter muy humanista.

Sátira que mana de su tiempo, de la Gran Depresión, con millones de parados, pobres, miseria, pero a la postre y con el paso de las décadas la historia se torna intemporal. Chaplin crea una dramedia, con su marca de hacer humor del drama, intenta sensibilizarnos una miscelánea entre la tristeza, el drama y el más genuino slapstick salido del cine mudo, coloca a su clásico personaje en una continua desventura, en medio de una era industrializada, aquí su nobleza, integridad, torpeza y mala suerte son puestas a prueba, deberá intentar adaptarse a una sociedad que le avasalla, sobrevivir en una era donde las máquinas deshumanizan, su mastodóntico tamaño parece empequeñecer al hombre, este se convierte en una pieza más de las máquinas. Mordaz crítica a la explotación del hombre por unos tiempos (modernos) mecanizados, la progresiva incorporación las máquinas al trabajo fue reduciendo la iniciativa individual, crítica social trazada con acidez, con mucha imaginación e inventiva, ataca con cinismo a los avances industriales, a la ambición de los ricos, a la despersonalización en el trabajo, al capitalismo salvaje, a la falta de libertad de los obreros en sus protestas, no en vano esta es una cinta con una gran capa de substrato político, no sé si comunista, pues en esto prevalece el bien colectivo, y Chaplin hace un canto al individualismo, a la persona como valor absoluto, a su libertad individual, de hecho la película se prohibió en la URSS, “Paraíso” comunista. Habla con ironía adusta de lo alienante que puede llegar a ser el capitalismo más despiadado, donde lo importante es cuanto mayor productividad mejor, y a cuanto menor coste mejor, para el resultado final sea el mayor beneficio posible, contrapuesto a las tensiones sociales obreras (manifestaciones o huelgas) aplacadas con dureza por las fuerzas policiales. Ensalza valores como la libertad, el valor, la nobleza, la justicia social, y sobre todo las ganas de seguir adelante siempre.

Se pueden encontrar referencias a films como a “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang, sobre todo en su inicio en la fábrica y en los avances futuristas mostrados, a "Á nous la liberté" de René Claire (1931), claramente se ven en la cadena de montaje, por esta incluso fue demandado por la compañía que la produjo. Toca otro tema que ya abordó en 1921 con “El Chico”, arremetiendo contra la deshumanizada burocracia de los servicios sociales que obligaban a separar a menores de la gente que les cuidaba para enviarlos, esto se da en “El Chico” y en “Tiempos Modernos”. Asimismo es destacable como en el film Chaplin es un precursor del ideario de George Orwell en su novela “1984” (1949), de cómo los obreros son vigilados de modo feroz. El film posee una estructura lineal episódica de set-pieces, para permitir a Chaplin desplegar su ingenio y gran vis cómica cual sketches, potenciando el encadenado de situaciones en increscendos que combinan con inteligencia la tensión y el humor, con coreografías y planificaciones prodigiosas. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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8 de junio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los títulos más recordados y célebres de Charles Chaplin, debido a que el genial artista encuentra en esta sátira de la modernidad los suficientes escenarios para explotar su inimitable talento. "Tiempos modernos" atrapa desde su brillante arranque, demostrando como un gran actor puede utilizar el más pequeño detalle (en este caso, una bandera) para sacarle el máximo partido.

Más que probablemente, Chaplin se inspiró para dirigirla en "Metrópolis", puesto que algunos elementos en común son más que notables, hasta el punto de que ambas películas pueden hacer más por explicar la Revolución Industrial que muchos tratados.

Aunque posteriormente pudo adaptarse bien al cine sonoro, este film certifica las aguas en las que mejor se movía este cineasta, así como a quienes le rodean, destacando la huérfana caracterizada por Paulette Goddard.

Sin perder nunca la sonrisa, el maestro toca distintos aspectos de la sociedad de su tiempo, quizás de todas las épocas, sin perder por el camino un toque de ternura.

Un film excelente y hermanado con otro clásico.
El Libanés
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3 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiempos modernos es una de esas películas con las que descubrí mi gran amor por el cine. Es una obra redonda, para mí, la mejor de Chaplin junto con Luces de la ciudad y una de las películas más importantes de la historia del cine. Es importante por muchas razones:

La primera es por su gran crítica al sistema imperante de la época. Esas fábricas inhumanas en las que la productividad era lo único importante. Es en este primer tramo de la obra, en el que Chaplin desborda el talento infinito que poseía para regalarnos unas secuencias magistrales y reveladoras de la terrible mecanicidad a la que eran sometidos los trabajadores de estas monstruosas fábricas. Con la gran comicidad y soltura que le caracterizaba, Chaplin critica sin piedad aspectos tales como el control ejercido desde arriba o la extrema vigilancia a la que los trabajadores se les sometía (genial la pantalla en el baño mientras Charlot se fuma un cigarrillo en su "descanso"). El momento de la máquina para comer es absolutamente bestial, derrocha un talento y una inteligencia dignos de admirar.

La segunda tiene que ver con el genial manejo que siempre hacia Chaplin de la comedia y el drama. Si el primer tramo de Tiempos Modernos se basa en la comedia, posteriormente se va convirtiendo más en un drama con toques cómicos. Esto sucede especialmente, desde que conoce a la joven huérfana. Sin abandonar nunca la crítica mordaz a las fallas de un sistema inhumano, Chaplin nos muestra la cara más amarga del mismo pero siempre sin perder la esperanza.

Además de todo esto, hay varias escenas para el recuerdo, que son arte en estado puro, como aquella en la que Charlot patina con los ojos vendados en el centro comercial o el número final en el bar.
Como siempre, Charlot es torpe en el trabajo y desborda talento en lo que al arte se refiere. Su torpeza no tiene límites y ello le lleva a meterse en todos los "fregados" sin saber cómo. Son incontables las veces que acaba en la cárcel, pero siempre sale con una sonrisa y un halo de esperanza dibujado en su rostro.

Por todo esto, por su música, por su historia, por las grandes interpretaciones de Chaplin y Goddard y por muchas más cosas, Tiempos Modernos fue, es y será por siempre un hito en la historia del cine.
Raul
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31 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encontramos en “Tiempos Modernos” una maravillosa invitación a la diversión y a la reflexión, ambas características que tiñen las obras de arte que Charles Chaplin nos fue dejando a lo largo de su carrera. Es esta una película que luce con maestría en dos terrenos diferentes que se consiguen entrelazar perfectamente. Por un lado brilla la feroz crítica que se realiza del capitalismo más abyecto, aquel que aprieta y estrangula sin compasión al trabajador para intentar sacarle hasta la última de sus entrañas y aprovechar cada segundo de su trabajo como
el que exprime a una famélica vaca a la que ya no le queda más leche que ofrecer. Por otro lado y brillando igualmente, nos conquista con una enternecedora historia de amor que habrá de mantenerse a flote pese a todas las maquiavélicas adversidades que se derivan de la pobreza y la escasez de oportunidad laboral.

Todo esto dicho así nos encajaría perfectamente como argumento para una película cargada de drama y malestar, pero Chaplin lo engalana y viste todo con un punzante, audaz e inteligentísimo humor que todo lo ameniza y satiriza, recurriendo a la metáfora y la hipérbole para mostrarnos la cruda realidad de las cosas y minimizar su daño a la carcajada más pura y sincera. Constantemente enamora con esa capacidad para convertir el contratiempo en caricatura y dejar volar la imaginación para buscar una salida a cada renglón torcido que nos
pueda ofrecer la vida.

80 minutos cargados de un valiosísimo material para divertir y hacer reflexionar a partes iguales con una puesta en escena, una fotografía y una innumerable secuencia de planos que son tesoros en sí mismos. Bien es cierto que en la época del cine mudo (aunque aquí ya se inician algunas escenas con voz) todo esto tenía que cobrar más valor que en la actualidad para llamar más la atención, pero aquí especialmente se nos deleita la vista con escenas y planos que son verdaderos cuadros andantes.

En mi caso esta película la pude ver por vez primera estando en mi primera década de la vida y ya por entonces me hizo reír y disfrutar más que muchas de las películas de animación que pudiera haber visto por entonces. Hoy por hoy la sigo viendo y me sigue haciendo pasar ratos agradabilísimos y casi siempre me deja alguna cosa nueva cada vez que la vuelvo a disfrutar. Así que, ¿película en blanco y negro aburrida y pesada solo para adultos? NADA DE ESO. Yo más bien diría: Película llena de luz y color para pasárselo de cine en familia.

(Sigo en spoilers).
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JulesVincent
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30 de julio de 2005
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un excelentísimo actor, que con 46 años, realizó a la par que dirigió esta excelente película con un fondo sensacional, una gran actuación y una película que siempre será recordada. Realmente es de las mejores películas de la historia, solo mencionar que es imprescindible verla.

Pros:Charles Chaplin

Contra:Muy escasos.
Pablo
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