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El último viaje de Robert Rylands

Drama. Intriga Robert Rylands, un arqueólogo profesor de universidad del que se perdió la vista durante los últimos diez años, regresa a Oxford cuando está a punto de cumplir 70. Pasa una noche entera haciendo una declaración voluntaria en la comisaría de policía. Su historia establece vínculos entre varias personas: la pelirroja llamada Jill, su hija Sue, la india Ahira, el estudiante negro Abraham Jones y el joven español Juan Noguera, que acaba de ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
15 de mayo de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Rylands (William Franklin) es un eminente pero antipático profesor y arqueólogo ha regresado a Oxford ante la sorpresa de muchos y la desagradable reacción de otros, especialmente del profesor Cromer (Ben Cross) que justo a su llegada le han diagnosticado la fase terminal de una enfermedad irreversible. A la vez Cromer ha contratado a Juan (Gary Piquer), un español para que imparta clases de Lengua Castellana entre el alumnado mien tras se establece en casa de su hermana Jill (Cathy Underwood), que ha tiene una hija fruto de su relación con Robert.

A pesar de haber obtenido varios premios (cinco, incluido dirección y película) del círculo de escritores cinematográficos, la película no fue exenta de polémica por la reacción de Javier Marías, autor de “Todas las Almas”, novela en la que se basa la película y con la sentencia a su favor. Marias denunció que la ni en un momento la película no respetaba la intensidad de su relato, salvo la ambientación en Oxford. En los créditos iniciales se constata que es una libre adaptación de su novela, aunque nunca se llegó a cumplir la orden judicial de eliminar la constatación originariamente literaria, tal y como el escritor madrileño deseaba.

Gracia Querejeta (Cuando Vuelvas a mi Lado; Siete Mesas de Billar Francés) dirigió con pulso éste drama narrado a modo de “flash-back” por el propio protagonista del título, interpretado brillantemente por William Franklin, aparecido en un personaje fantasmagórico, leyenda local en Oxford pero que tambalea los cimientos de los seres más queridos que ha perdido por su orgullo; entre ellos un también memorable Ben Cross (Carros de Fuego) de que se insinúa tuvieron una relación homosexual en el pasado.
Natxo Borràs
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4 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A “El último viaje de Robert Rylands” le ocurre lo mismo que a buena parte de la filmografía de Gracia Querejeta o a la bibliografía de Javier Marías, que tienen elementos para poder ser mucho más de lo que finalmente acaban siendo. Precisamente basada en la novela de Javier Marías “Todas las almas” a pesar de la ira del novelista ante el resultado de su adaptación cinematográfica, esta mezcla de thriller, melodrama familiar de padres desconocidos y homosexualidades ocultas acaba siendo tan tímida, tan pacata, tan ensimismada en los ambientes elitistas y conservadores de Oxford que retrata, que termina resultando insulsa a todas luces y prescindible siempre.

Tampoco fue un acierto que ayudara a su resultado final el casting, porque que permanezca en tu memoria, entre todos los personajes de esta historia coral, la interpretación de la niña Perdita Weeks como lo único realmente llamativo de la función, ya dice bastante del desacierto también en ese territorio actoral.

Gracia Querejeta ha firmado fantásticas películas como “Invisibles”, “Siete mesas de billar francés” o “Héctor”, pero también medios tiempos difusos sin demasiada alma, capítulo al que pertenece sin lugar a dudas “El último viaje de Robert Rylands”.

Mención aparte merece la partitura de Ángel Illarramendi, quizás el único elemento que transmite emoción y eleva la propuesta de Querejeta, sobre el regreso una década después de un misterioso profesor universitario a Oxford llamado Robert Rylands, el cual comparece voluntariamente en una comisaría de policía e inicia una confesión que será la columna vertebral del artefacto narrativo de la cinta. Mientras tanto, otro profesor de la misma institución docente que se encuentra enfermo contrata a Juan Noguera para que imparta un curso de literatura en castellano. Obviamente, ambos episodios están directamente conectados y se terminarán encontrando.
Sergio Berbel
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10 de mayo de 2008
13 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he leído la novela de Julián Marías "Todas las almas" en que, según dicen, está inspirada libremente esta película. Pero seguramente, si la leyese, no me podría parecer tan desvaída.

Durante todo el rato estás esperando algún hecho o alguna explicación convincente que te ayude a reconocer como posibles todos esos amores y desamores blandos que van transcurriendo sin terminar de cuajar.

Se retrata un ambiente y unos caracteres amables, pero difuminados. La acción va transcurriendo muy lentamente sin llegarse a entender plenamente cuál es el problema que se quiere dramatizar. Los paisajes, eso sí, son bellos y elegantes. Pero el desenlace puede ser el que ha filmado el director, o cualquier otro que se le hubiese ocurrido al guionista.
Espectador ingenuo
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9 de octubre de 2021
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza con el tipificado como grave delito de odio contra la histórica y sistemáticamente sojuzgada minoría/colectivo de los pobres bizcos, es decir, muy mal, inmoral.
Pese a cierto aire de culebrón con ínfulas intelectuales en paraje universitario y romántico, de casta le viene al galgo, que no podenco, y una evidente deuda alicaída de novela de postín, no acaba de caer definitivamente en el ridículo ni en el desatino porque es contenidamente elegante, nada histérica y tampoco muy melodramática, se agarra los machos, no se suelta, no pierde los papeles, no cae en las más peligrosas y espurias tentaciones, te libraste del desastre, bravo.
Magia y muerte, sexo y secreto, infancia y padre. Una leyenda, un profeta y un misterio.
Todo queda esbozado a medias y aun así está finalizado, concluido, muerto.
Es como asistir en directo a la detonación de la bomba que destruirá un edificio ruinoso que nunca se acaba de producir del todo, que te mantiene con el alma en vilo, aguanta en pie, solo se cae a cachos pequeños, tonto bellos, no te deja hundirte definitivamente en el aburrimiento más profundo o perfecto con el que coquetea de lleno ni tampoco penetra en el vacío más engolado y hueco como también seriamente amenaza, tantos dinosaurios en Oxford, cementerio de elefantes pleno.
Se deja ver, no molesta nada, dos grandes piropos teniendo en cuenta el resto de la producción mundial que con tanta mala baba nos maltrata.
Lo tiene todo para ser muy mala y se salva por los pelos, o tal vez sea justo lo contrario, yo no sé.
El meollo es bobo y tópico, la forma es escueta y correcta, pero se intuyen grandes posibilidades dramáticas solo aquí susurradas.
No ayuda nada el doblaje ni la sensación un poco de pobretería en la fotografía ni los simpáticos actores, ni el color mustio y la poca fuerza de las imágenes, lirismo aguado y perezoso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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