Los productores

"Me hunde una sociedad que pide constantemente el éxito mientras que yo sólo puedo ofrecer fracaso".

No estoy para nada de acuerdo en que los gags estén trasnochados o pasados de fecha. La película es una caricatura, una parodia dentro de el afán de buscavidas que poseen Leo y Max. Son dos perdedores que sueñan con un golpe que les cambie la vida, y para ese éxito lo que tienen que encontrar es el absoluto fracaso. Y nada les va a resultar más difícil. "Primavera para Hitler" es la obra teatral que han elegido para fracasar en Broadway, con unos malos actores y un mal guion, aunque la respuesta del público siempre es un misterio.

Cierto es que la película posee un corte marcadamente teatral durante toda la historia, pero claro, se trata de Broadway, y por lo tanto no creo que desentone mucho. Gene Wilder tiene menos protagonismo que Zero Mostel, ya que es este último el que lleva en todo momento el peso representativo y el ritmo de la película. Por lo demás, decir que es una amplia caricatura de alemanes nazis, gays, hippies, viejecitas, secretarias florero, americanos de calle... Un clásico que merece mucho la pena.

No me ha gustado mucho. Lo del sentido del humor puede ser algo necesario para que funcione.
A mi personalmente me ha aburrido y no ha llegado a entusiasmar. Todo muy forzado y pocos momentos de auténtica diversión.
Hace uso de un humor que se supone inteligente, pero es que poca gracia.
Las interpretaciones son pobres y poco funcionan.
Una película que no volveré a ver. Me ha aburrido y no me ha hecho gracia

Para llegar al momento cúspide, la gran obra, el clímax de la risa, se tiran la mitad de la película con las viejas y ellos dos solos y es cómo subir al Everest sin oxígeno, a pelo, una ardua fatigosa tarea, te quedas sin resuello, exhausto, pidiendo la hora, y cuando por fin ya entran en faena y aparece Hitler, el punto, se supone, fuerte de la comedia, en escena, vaya, tiene un pase, su gracia, alguna suelta, pero se mantiene la misma inviolable tendencia del amigo Brooks a la brocha gorda chabacana y a la machacona insistencia, a insistir en la misma puta broma hasta agotarla o desfallecerla, explotarla, asesinarla, a ver quién puede más o queda en pie, el espectador o el chiste, y yo, lo reconozco, confieso, en estos casos tan divertidos, soy más de rendirme, no doy abasto, saco la bandera blanca, arrojo la toalla, y el humor me pasa por encima con su recochineo agotador como un camión de las mudanzas, ese es el principal problema que yo le veo, nadie es perfecto ni en su tierra profeta, y que la trama o argumento está tan cogido por los pelos de la burra, es tan débil o flojo que se sostiene a duras penas por el titánico esfuerzo de los actores y por unos gags que son como una escopeta de feria, le tiran a todo (dentro de un rango más o menos limitado, bastante) y a ver si hay suerte o cuela, pero la mayoría no da en la diana, se queda a medias o se pierde en la marea.
Zero Mostel es lo mejor y alguna cosa nazi, el autor tiene sus momentos, lo demás deambula tristemente entre la risa burocrática forzada y el fárrago engorroso. Bueno.

El cine ha contado durante su existencia varias figuras claves del humor, cada uno de ellos con su propio estilo y formas de soltar carcajadas. Pese a que tiene sus detractores, Mel Brooks pertenece a una serie de artistas del humor que han dejado huella en la industria. “Los Productores” fue la primera muestra del talento del cineasta, donde ya mostró su talento para la comedia mostrando además el estilo por el que siempre sería reconocido.

La idea principal de la trama es muy original, donde un productor de teatro que sale con mujeres ancianas para obtener financiación y un neurótico contable se alían para lanzar una obra en Broadway procurando que sea un estrepitoso fracaso y así no tener que declarar el dinero invertido en la producción, el cual un gran porcentaje lo quieren usar para retirarse.

A los pocos minutos del inicio de la cinta, ya se hace un gran hincapié donde ya nos es familiar el estilo de Brooks. Pues, siendo fiel a sí mismo, el director emplea un humor de lo más socarrón, que hasta algunos puede parecerles irritante, donde muestra a todo un plantel de personajes progresivamente más grotesco que el anterior. El cómico emplea un humor que llega a rozar en muchos momentos la línea de lo más absurdo con personajes esperpénticos con un toque de humor muy forzado y exagerado, mostrando definitivamente el indiscutible toque de Brooks.

A algunos les parecerá que este tipo de humor sea poco original y demasiado forzado, pero hará las delicias de los más acérrimos seguidores de Brooks, que al fin y al cabo, representa el estilo por el que siempre se regiría el director de “La Loca Historia del Mundo”

En pocas palabras, estamos ante la ópera prima de un reconocido humorista con gran capacidad para hacer reír aunque su puesta en escena tan exagerada no sea del gusto de todos. Los actores resultan ser de lo más divertidos, destacando al dúo protagonista encabezado por Zero y Wilder. Tampoco hay que olvidar el papel del alemán que escribe la obra teatral, probablemente, el personaje con el que más nos reiremos. Toda una cita obligatoria para los amantes de Mel Brooks y del género cómico.

Gene Wilder y Zero Mostel hacen una estupenda pareja en una película de un Mel Brooks todavía un poco verde en esto de la dirección pero con las ideas bastante claras. El único fallo se encuentra en la ejecución, con un ritmo un poco pesado impropio de una comedia que a día de hoy se traduce como una película que no llega a los 90 minutos pero que parece que dure más de dos horas.

Aunque se hace un poco pesada por momentos la película está muy bien, con una gran idea para una comedia que mezcla el teatro con el cine de manera resultona. Los secundarios (sobre todo Dick Shawn) hacen un papel más que notable, a veces por encima de los propios protagonistas.

Película simple y entretenida, lo suficiente como para pensar que Mel Brooks no pretendía precisamente fracasar con ella.