Haz click aquí para copiar la URL

Encubridora

Western. Drama Vern Haskell recorre todo el Oeste en busca del hombre que violó y mató a su prometida. Alguien le dice que quizá lo encuentre en Chuck-a-Luck, un rancho que sirve de escondite a toda clase de criminales y cuya propietaria es la cantante Altar Keane. Para entrar en el rancho sin despertar sospechas, se hace pasar por un forajido. El problema es que en ese lugar hay una norma inviolable: está prohibido hacer preguntas. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 5 8 >>
Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
7 de diciembre de 2011
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
“ENCUBRIDORA” es una buena película… pero pudo ser una gran película. Lo tenía todo: Un estupendo director, Fritz Lang, quien, en su tercer western, demostraba que le había tomado muy bien el pulso a este difícil género y que sabía tanto de América como los mejores americanos. Un guión maduro de Daniel Taradash (“Sueño dorado” y futuro ganador del Oscar con “De aquí a la eternidad”), que privilegiaba la inmersión en la interioridad humana, permitiendo translucir los afanes de redención que siempre se albergan en los inadaptados y en los prepotentes. Una fotografía para enmarcar de Hal Mohr, en unos ambientes a veces artificiales, pero de sugerente belleza. Unas agradables canciones de Ken Darby, que hacen de éste el primer western que las incluye como elemento complementario a los hechos que se van contando. Y, por supuesto, grandes nombres protagónicos encabezados por la diva Marlene Dietrich con quien, Lang, tenía grandes deseos de trabajar.

La principal falla de “ENCUBRIDORA” se debe exclusivamente al productor Howard “tijeras rápidas” Welsch, quien sacrificó un tercio del filme con la excusa de que “le sobraba ambiente”. Por eso, imagino que notaron que el arranque es abrupto pues desaparecen los hechos que explican la relación afectiva entre Vern Haskel y Beth Forbes, la chica asesinada con la que pensaba casarse. Otras escenas, entre ellas la del último asalto, son despachadas con breves movimientos, pues Welsch quería acciones y sentía que sobraba todo lo que describiera sensaciones. Se extravió así, gran parte de la fuerza emocional que incluía este novedoso western que, no obstante partir del trillado motivo de la venganza, consigue forjar un puñado de personajes por los que logramos sentir una buena dosis de simpatía, aunque bien sabemos que actúan al margen de la ley.

Lo que hacían los productores con Fritz Lang, uno de los hombres más apreciables con que ha contado la historia del cine, eran golpes bajos al arte, a la cultura y a la dignidad del artista, tan reprobables como lo que hicieron los peores dictadores de la historia. De ñapa, enseguida entra en escena el soberbio Howard Hughes, como nuevo dueño de la RKO, y lo primero que considera es cambiar el título “Chuck-a-luck” (La rueda de la fortuna) pensado por Taradash y aprobado por Lang para la película, pues aludía al nombre de la ruleta vertical conque solía jugarse en la frontera mexicana y también al nombre del rancho donde, Altar Keane, reclutaba a los fugitivos. El mismo Hughes, pensando que los europeos no íban a entender lo que significaba aquel juego de palabras, decide bautizarla como “Rancho Notorious”… Taradash y Lang quedaron a punto de coger pa´l monte.

Título para Latinoamérica: “EL REFUGIO”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de octubre de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Encubridora” o “La leyenda de Chuck-a-luck” que es como debería haberse llamado, narra la historia de una venganza, es el tercer western que Fritz Lang rodó en América, el director germano nos ofrece un western espectral, con pinceladas surrealistas que muestra las afinidades de Lang con el cine negro. Sin embargo, no se trata tanto de afirmar que en “Encubridora” existe, late, se manifiesta una buena parte del cine negro langiano, como que el cine de Lang giraba en torno a las mismas obsesiones; principalmente los amores malditos y las pasiones turbulentas.

A pesar de su apariencia germánica, quizás ayudado por eso mismo. Es un western apasionado y profundamente romántico: tal como podía concebirlo un intelectual europeo enamorado de las sombras reflejadas en las paredes y de colores azulados que dan a los rostros una tonalidad de ultratumba; tal como podía imaginarlo un director que, rompiendo la normativa del género, se detiene a hacer una panorámica sobre el brazo de una mujer muerta; tal como podría planearlo un realizador enamorado de las casualidades y que va anudándolas a un ritmo vertiginoso: entre un asesinato y el cruel interrogatorio a un moribundo sólo media el aullido de un lobo, el brillo de una joya sobre un vestido de mujer reaviva el deseo de venganza.

El rancho “La rueda de la fortuna”, es un refugio de perseguidos y desesperados (donde está prohibido hacer preguntas personales); los primeros son desconfiados, mezquinos, mediocres, traicioneros; los segundos arrastran consigo, como la misma propietaria del rancho, una aureola maldita sintiendo la angustia de vivir. Bello western que desvela el sentido trágico de la existencia, de fascinaciones opuestas de extrañísima y desconcertante factura en el cine de la época, debido al hecho de haberse rodado casi íntegramente en estudio, donde apenas hay exteriores. Como en las mejores películas de Lang, la nocturnidad crea, con la bárbara cadencia de sus sombras, la pasión. El día, en “Encubridora”, crea una tensión corporal, física, casi insoportable. La noche crea una tensión intelectual, es más fácil morir de noche.

La canción que escuchamos en los títulos de crédito, en la exposición del conflicto y en los momentos finales. El tema, interpretado por William Lee, es un cantar de gesta moderno, sus resonancias son claramente épicas y sirve para anclar el relato en el territorio del mito, en ese espacio propio de la leyenda que se alza como semilla constituyente del western. El recuerdo de la gesta, presente mediante esa música popular de carácter melódico admirablemente punteada por el ritmo de una guitarra, nos conduce hacia un héroe que busca un lugar perdido, un espacio misterioso que está marcado por las aleatorias vueltas de la rueda de la fortuna. Se moviera donde se moviese, Fritz Lang supo extraer, ¡Y cómo!, lo más escondido de las conciencias de unos personajes que se crean a sí mismo con su furia y su dolor.

Continúa en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de marzo de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un western diferente, con el sello de un genio, que consigue transformar el amor, la ilusión y el típico sueño de una vida tranquila en un rancho; en odio, muerte y venganza; una búsqueda incansable para el protagonista pero algo para el espectador, donde se van sumando personajes a través de la leyenda del Chuck-a-luck, la narración es perfecta pero, a pesar de su corta duración, puede ser algo cansina, cierto que está repleta de tradición de la época en todos los sentidos, y presenta un magistral sendero hacia la perdición, la justicia y la codicia, también habla sobre la cobardía y las mujeres sin titubeos en un escenario donde todos los forajidos se esconden bajo las faldas de Dietrich, un personaje intachable e imborrable para la historia del cine, por lo que representa y por cómo fué representado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
stikma
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de noviembre de 2021
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el brutal asesinato de su prometida, un vaquero emprenderá la búsqueda del asesino.

"Encubridora" pertenece a ese género de películas que empiezan pareciendo una cosa y luego se convierten en otra totalmente inesperada. Tras el magistral arranque, uno cree asistir a la típica historia de venganza, pero pronto ésta pasa a un segundo plano. El camino hacia Marlene Dietrich, sembrado de flashbacks, nos conduce hacia un singular enclave, refugio de delincuentes, un establecimiento donde encontraremos a la mítica actriz.

Las leyendas del Oeste se han hecho mayores, lidian con el desencanto, conscientes de que el destino las alcanzará más pronto que tarde. Los días de gloria quedaron atrás; los antiguos amores, como las viejas melodías, ya sólo existen en el recuerdo. Hacen lo que hacen porque no saben hacer otra cosa; porque, agotadas sus posibilidades, no pueden permitirse el lujo de cambiar de actitud; porque los tiempos cambian, pero ellos no.

Lang propone un triángulo amoroso turbio, raro, en el que también importa la amistad. Lo forman un pistolero en decadencia, una cantante retirada y un vaquero obsesionado con hacer justicia. Moldea un western anómalo, psicológico, colorido, rodado en estudio, marcado por unas relaciones ambiguas, que nos subyuga a través de su inquietante atmósfera.
Jackie Daytona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de junio de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaría de acuerdo con que no es uno de los grandes de Fritz Lang; estaría de acuerdo con que no es "La mujer del Cuadro" (10/10); estaría de acuerdo que no es la Marlene de J.V. Sternberg; estaría de acuerdo con que el decorado es pobre. No estaría de acuerdo con que la realización, sobría, concisa y la forma de contar la historia no de una venganza sino de la huella que deja en los seres la relación hombre/mujer, no es adecuada, casi perfecta a pesar de ser clásica y de los años 50. !Cuántas concomitancias con Nicholas Ray! No le daría un siete si no fuera porque hoy en día se regalan las "score" a pastiches que pasan, para algunos, como obras maestras, por ejemplo: Django del Sr. Tarantino.
rocamadur01
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 8 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow