Al servicio de las damas

El precipitado arranque no es engañoso, se trata de una película que ya desde el inicio apunta alto, presenta un humor basado en diálogos inteligentes y posee un ritmo acelerado. Lo extraño de ciertas comedias que quedan atrás es que sigan convenciendo con el paso del tiempo y en este caso, como bien indica un acertado usuario de por aquí, "Al servicio de las damas" podría ser de Ernst Lubitsch. Dicho esto, por supuesto, en el buen sentido. Sus idas y venidas, el escaso espacio de tiempo para digerir lo que va sucediendo y la acertada trama, hacen de esta comedia un título imprescindible para aquellos que valoran el cine de calidad que queda tan atrás en el tiempo. Con bastante miedo a que me decepcionara he querido verla de nuevo y la he vuelto a encontrar fresca, lo cual es mucho, ¿qué digo?, lo es todo cuando hablamos de humor.

Puede que la crítica social sea epidérmica y no haya un gran despliegue juicioso acerca de las clases sociales, los desfavorecidos y los burgueses y todo lo que tiene que ver con ese tipo de desafueros... pero lo que es ofrecer motivos para reír, que es lo que cuenta, tiene más que suficientes. Powell está que toca el cielo en su personaje ambiguo, y aunque haya quienes no encuentren adecuado el carácter de la protagonista, en realidad de otra manera no podría ser. Puede que haya sido demasiado generoso con la nota de "Al servicio de las damas", pero lo que me ha ocurrido al volver a verla es algo que raramente sucede: sigue haciéndome muchísima gracia las locuras de esta familia adinerada en la que un mayordomo entre a trabajar de forma casual, ¿qué le voy a hacer?, con el padre orondo y la madre florero hay material suficiente como para echar unas buenas risas.

Deliciosa y elegante comedia romántica con toques alocados, y apariciones de animales made in Howard Hawks. A mediados de los 30 La Cava realizó esta obra de arte, en medio de la gran depresión, época en la que se hacían este tipo de comedias, sin que por ello se dejara de hacer una aguda crítica social, como en este estupendo film. Un William Powell inconmensurable es el "falso" y encantador mayordomo llamado Godfrey, que se encuentra rodeado de una nobleza y riqueza superficiales. La recomiendo para todos aquellos que quieran tener una sonrisa durante toda la proyección, y puntuales momentos de risa incontenible.
Mi mención especial para la escena en la que uno de los personajes imita a un mono...completamente fabuloso y desternillante.
Otra película de obligado visionado.

“Al servicio de las damas” es uno de los momentos mágicos que el director norteamericano Gregory La Cava legó a la historia del cine, esos momentos mágicos que se producen muy de vez en cuando, sin que se sepa muy bien el porqué de las cosas. Sin perder un segundo, la fascinante presentación de la película ya da una idea del gusto por el detalle y la inventiva discreta, pero constante, que caracterizaba el trabajo de La Cava y también, claro, de este clásico del vodevil americano de altos vuelos, de la vertiginosa Screwball Comedy.

Esta versión por libre del cuento de la cenicienta arranca en un vertedero, el personaje que de ahí surge será testigo cruel de la Jet Set en el puesto privilegiado de mayordomo, en concreto en el seno de una familia de descerebrados muy superficial y decadente. No entro en el detalle sobre esta comedia con mensaje humanista que parece responder a los ideales de la política social proclamada por el entonces presidente Roosevelt, los diálogos son trepidantes, rezuman complicidad y compenetración, son la base de la película, tanto o más que el guión escrito por Morrie Ryskind, un ganador del Premio Pulitzer, que no es mala referencia para adaptar la novela de Eric Hatch. La Cava pulía todas las noches los diálogos de las escenas previstas para el día siguiente, a sus 44 años, se acababa de divorciar y vete a saber si esa circunstancia afilaba sus palabras, como también pudo jugar el emparejamiento artístico de William Powell, inmenso actor, y Carole Lombard, que habían sido marido y mujer por espacio de unos meses tres años antes, más tarde la actriz se casó con Clark Gable.

Al frente de un reparto muy poderoso, Powell y Lombard son el eje de la historia y encabezaron la media docena de nominaciones que tuvo “Al servicio de las damas”, una de las películas más taquilleras de 1936. La Cava siguió flirteando con el tema en “La muchacha de la quinta avenida” (1939) y en “Camino de rosas” (1940”, en 1941 Universal contrató a La Cava y a Lombard para que hicieran por fin una continuación de esta película, Lombard firmó pero la película nunca se hizo, la actriz pereció en un accidente de aviación con su madre y una serie de gente cuando sólo tenía 33 años y acababa de rodar “Ser o no ser”. El remake llegó en 1957, “Al servicio de las damas” pasó a ser “Un mayordomo aristócrata” con David Niven y June Allyson, pero bueno, fue otra cosa y corrían ya otros tiempos.

Sucede con más frecuencia de lo podría pensarse: Hombres muy cultos, talentosos, caballerosos y honrados, carecen de un empleo estable y viven ahora en el mayor olvido. En cambio, tipos ignorantes, incompetentes, soberbios y deshonestos ocupan altos cargos, son exaltados en las páginas de los diarios y se les rinde pleitesía en los estratos más altos. Pero, ¡así es la vida!, y no es porque sea injusta sino porque la humanidad sigue estando ciega.

Irene Bullock es, sin duda, una mujer profundamente sensible e intuitiva. Lo demuestra cuando, tras haber escuchado solamente unos minutos al vagabundo Godfrey, opta por tomarlo como su protegido y lo contrata como nuevo mayordomo de la familia. Para todo el mundo ésta es la gran sorpresa, y para su hermana Cordelia, será la ocasión de cobrarse el desprecio del vagabundo y el que la hubiera tumbado entre la basura del vertedero.

Screwball comedy -escrita por Morrie Ryskind, Eric Hatch y Zoe Akins-, realizada en tiempos de la depresión; con una acertada crítica a las actitudes de la burguesía que, en tiempos difíciles, sigue pensando tan solo en sus extravagancias y ostentaciones. Una trama con los consabidos personajes en contraste: el rico y el pobre; la chica sensata y la pretenciosa; el tipo cómodo y la doncella que ve, analiza y calla; la esposa que apenas sabe lo que quiere y el marido que sufre los despropósitos que van y vienen... y junto a ellos, Godfrey “Park” Smith, buscando entenderlos, tratando de jugar sabiamente el papel que le ha dado la vida y procurando, de manera silenciosa, demostrar con creces que quien adopta a una mascota abandonada, pronto verá lo leal que ésta se vuelve.

Gregory La Cava, fue uno de esos virtuosos cineastas que, como Pál Fejös, Henry Koster o Douglas Sirk (búsquenlos en las enciclopedias para que vean cuán breve se les menciona), vivieron siempre en un relativo olvido, y tenían más talento y sensibilidad que muchos de aquellos que llenan sus bibliotecas con estatuillas, y ocupan páginas y más páginas en las revistas.

Con, <<AL SERVICIO DE LAS DAMAS>>, La Cava consigue otro momento clave de la comedia norteamericana pues, con fino humor, toques de buen gusto y personajes que reflejan muy claramente cosas de la vida, consigue aleccionarnos y dejar plantadas cosas que, va siendo hora, que consigamos entender.

Carole Lombard, William Powell, Gail Patrick y el resto del conjunto, se merecen un fuerte aplauso.

Título para Latinoamérica: LA PORFIADA IRENE

Pasen y vean señores. Si tuviera que elegir una comedia, sin duda elegiría "My man Godfrey"posiblemente porque sea la más loca de todas las realizadas ó porque ,es un continuo absurdo encantador que te divierte y a la vez te enternece ó porque, están todos los actores simplemente geniales, ó porque la dirección de La cava es sutil, rápida y concisa lo que hace que no entorpezca el desarrollo natural de esta "screwball comedy", sino que lo potencia en los actores y unos gags contínuos. Por esos motivos o mejor dicho por la suma de todos ellos estamos ante una comedia tremendamente divertida en la que es dificil entender la actitud de los personajes (casi todo roza el esperpento), de algún modo reflejan la superficialidad de la sociedad ,son tremendamente egoistas y vanidosos, pero a la vez son entrañables y humanos.
Señores si aún no han visto esta película se la recomiendo, es mejor que el prozac, quita culaquier depresión.