Mirai, mi hermana pequeña
2.942
Animación. Drama. Fantástico
Kun, un niño mimado y consentido de cuatro años al que sus padres dejan de prestar atención cuando nace su hermana Mirai, empieza a sufrir situaciones en casa que nunca había vivido. Pero entonces, la versión adolescente de su hermana viaja en el tiempo desde el futuro para vivir junto a Kun una aventura extraordinaria más allá de lo imaginable. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2019
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez vista, tengo que decir que me esperaba más viendo las nominaciones que ha obtenido esta cinta de animación del gran maestro Mamoru Hosoda.
La podría haber visionado en Japón ya que se estrenó en verano, justo cuando estaba alli de vacaciones, pero lo he hecho en un reciente evento manga-anime en Murcia.
Me ha aburrido la película a pesar de la gran animación y banda sonora que tiene. Me gustaron mucho mas las dos obras anteriores.
(Mas cosas en espoilers)
La podría haber visionado en Japón ya que se estrenó en verano, justo cuando estaba alli de vacaciones, pero lo he hecho en un reciente evento manga-anime en Murcia.
Me ha aburrido la película a pesar de la gran animación y banda sonora que tiene. Me gustaron mucho mas las dos obras anteriores.
(Mas cosas en espoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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11 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cinéfilo que no está muy habituado al cine de animación japonés quizás pueda encontrar dificultad en conectar con según qué tipo de estas películas. "Mirai, mi hermana pequeña" tiene muchos de esos ingredientes que hacen del anime algo tan particular y diferente: El estilo de animación, la temática fantástica mezclada con la realidad o cierto tono bucólico. Es una fábula de la niñez y de las relaciones familiares, un homenaje a los antepasados y una oda a esos lazos que nos dicen de dónde venimos y por qué, en cierta medida, somos lo que somos. Resulta un pelín irregular (tiene momentos muy bonitos mezclados con otros quizás más surrealistas o aburridos, muy al estilo del cine oriental), pero en líneas generales es muy interesante.
8 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Detallista y preciosista, una mirada muy atenta, tiene cuidado de contar la historia de tal manera que te deje boquiabierto y emocionado... sólo que no cuenta ninguna historia. Sí, hay una moral detrás, y te puede parecer mejor o peor pero la expone con mucha delicadeza, pero es un "cómo" que no se ha detenido lo suficiente en pensarse el "qué".
El juego de la realidad es fácil de guionizar, ¿qué es cierto? ¿qué no? Con no responder a esa pregunta parece que todo se puebla de una profundidad mágica. Pero no. Y el formato en capítulos también facilita la tarea, así no hay que conectar y todo parece una escalera perfectamente dibujada, pero las verdaderas historias (perdón, las historias que me gustan), no son así.
Así que te entretiene con tropos bellos que sólo acompañan sin contar nada más que "pues un niño que aprende mágicamente lecciones de empatía". Fin.
El juego de la realidad es fácil de guionizar, ¿qué es cierto? ¿qué no? Con no responder a esa pregunta parece que todo se puebla de una profundidad mágica. Pero no. Y el formato en capítulos también facilita la tarea, así no hay que conectar y todo parece una escalera perfectamente dibujada, pero las verdaderas historias (perdón, las historias que me gustan), no son así.
Así que te entretiene con tropos bellos que sólo acompañan sin contar nada más que "pues un niño que aprende mágicamente lecciones de empatía". Fin.
20 de marzo de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a El viaje de Chihiro, Porco Rosso o La princesa Mononoke, Hayao Miyazaki consiguió que mucha gente se enterara de que el cine de animación no es todo para niños ni un género en sí mismo y de que puede dar auténticas obras maestras. Pero por desgracia la edad ha hecho mella en él y ha tenido que retirase.
Afortunadamente hay una generación más joven de cineastas que sigue sus pasos (y no solo en Japón) y probablemente Mamoru Hosoda sea el mejor gracias a películas tan magníficas como esta y porque en su cine, a pesar de que las influencias están ahí (como en el uso de la fantasía), en vez de copiar al maestro tiene un estilo propio algo más pausado y experimental además de una temática recurrente que también está en Mirai: la infancia, el aprendizaje durante la misma, el paso a la madurez y las relaciones entre padres e hijos.
Aquí Hosoda ha hecho su película menos convencional arriesgándose en el aspecto formal, con una mezcla de estilos de dibujo y de animación, todos ellos espléndidamente realizados; pero sobre todo se la ha jugado narrativamente, al contar casi toda la historia desde la óptica de un niño de 4 años. Y en mi opinión ha acertado de pleno, demostrando un enorme conocimiento del comportamiento y la mentalidad infantiles (y también de los adultos) además de un impresionante talento como director y guionista, tanto en los momentos dramáticos como en los cómicos o los fantásticos. Pero por lo que he leído en varias críticas a algunos espectadores les ha desconcertado el peculiar punto de vista narrativo, además del hecho de que no esté dirigida al público infantil aunque en principio lo parece.
Por ponerle alguna pega diré que en algunos momentos resulta un poco lenta de más y que la banda sonora no me ha terminado de gustar, haciendo que añorara al gran Joe Hisaishi, sobre todo en las canciones de los créditos iniciales y finales que me han parecido horrorosas.
Afortunadamente hay una generación más joven de cineastas que sigue sus pasos (y no solo en Japón) y probablemente Mamoru Hosoda sea el mejor gracias a películas tan magníficas como esta y porque en su cine, a pesar de que las influencias están ahí (como en el uso de la fantasía), en vez de copiar al maestro tiene un estilo propio algo más pausado y experimental además de una temática recurrente que también está en Mirai: la infancia, el aprendizaje durante la misma, el paso a la madurez y las relaciones entre padres e hijos.
Aquí Hosoda ha hecho su película menos convencional arriesgándose en el aspecto formal, con una mezcla de estilos de dibujo y de animación, todos ellos espléndidamente realizados; pero sobre todo se la ha jugado narrativamente, al contar casi toda la historia desde la óptica de un niño de 4 años. Y en mi opinión ha acertado de pleno, demostrando un enorme conocimiento del comportamiento y la mentalidad infantiles (y también de los adultos) además de un impresionante talento como director y guionista, tanto en los momentos dramáticos como en los cómicos o los fantásticos. Pero por lo que he leído en varias críticas a algunos espectadores les ha desconcertado el peculiar punto de vista narrativo, además del hecho de que no esté dirigida al público infantil aunque en principio lo parece.
Por ponerle alguna pega diré que en algunos momentos resulta un poco lenta de más y que la banda sonora no me ha terminado de gustar, haciendo que añorara al gran Joe Hisaishi, sobre todo en las canciones de los créditos iniciales y finales que me han parecido horrorosas.
18 de diciembre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Delicado el trabajo de Mamoru Hosoda que mezcla la vertiente más intimista del punto de vista de un niño, explicado con ejemplos de buen gusto visual y metafórico. Todo el guion se enhebra con una puntada exquisita en su organización como en su estética. La historia es pequeña pero universal, con personajes cercanos y elegantes en su conjunto. Las tramas tienen ese punto de realismo que nos empatiza, que nos llega por su objetividad y precisión en la narración. El abanico de acciones visten más aún a los personajes. Además la parte técnica y estética agrandan la delicadeza de la historia con bellas imágenes y secuencias. Un trabajo fino y detallista.
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