Esta película no trata sobre el número 23. Es sobre la capacidad que tiene el ser humano para mentirse, para encontrar patrones donde hay azar, e invita a hacer introspección y a no creerse a uno mismo.
Si alguien cree que trata sobre el número 23 y que si se hubiese llamado el número 17 sería diferente es que no ha entendido nada; por ejemplo la mayoría de las críticas (no digo que tenga que gustar, ahí cada uno, pero me atrevo a decir que muchos simplemente no la han entendido, aunque suene soberbio)

Percibo en el desarrollo de la serie dos fuerzas: las ganas de hacer un buen producto fiel a HellBlazer (y al cinismo del antihéroe, al humor negro y la moral gris, y esas cositas que son idiosincrasia del cómic y que nos encantan) (sin tabaco), y por otro lado las ganas de hacer un producto vendible, usando las argucias vacías de Hollywood.
En lo que llevan ha abundado más lo primero y es bienvenido. No quieren que aceptes incondicionalmente a John (pero sí), no quieren mostrar todas sus cartas para impresionar (pero sí) y no quieren convertirse en Buffy+Hellboy+Danny Succo (está por verse).
A mí me han dado ganas de ver más.

Y esto, damas y caballeros, es lo que ocurre cuando un director hace lo que quiere, con un buen material entre manos. Sin las presiones de agradar al público general con pormenorizadas escenas de dramática explicación de los personajes. Sin las presiones de DC de mantener una continuidad. Sin presiones de género, ni comedia, ni romanticismo, ni adolescencia, todo por llegar a más público. Sólo respeto a los personajes, a la linea argumental y a los espectadores.
Igual hay que robarles el cine a los relaciones públicas, de vuelta a los directores.

Excepción#1 Casi nunca vuelvo a ver películas, porque rara es la que te aporta tanto en el segundo visionado.
Excepción#2 Creo que una película de acción es buena si, quitándole la acción, queda película. No sabría decirte cinco casos. Hoy uno nuevo.
Excepción#3 Los japoneses son muy amantes de ir acumulando argumento sofisticado hasta que al final se les hace bola y cruzan un horizonte en que el lenguaje cinematográfico no puede copar, satisfacer, las cuestiones planteadas. Nomura y Shirow resuelven.
Excepción#4 Mis votaciones en FA siguen una gaussiana: no me gustan las puntuaciones excesivas. Un 9.
Excepción#5 Las escenas de acción pura gustan a la masa testosteronada; golpes, explosiones, disparos y adrenalina sin motivación extrínseca (y sensualidad, que aunque no es lo mismo en este argumento sí). Rara vez se usan como herramienta narrativa.

Toda película tiene su "yo mejoraría [...]". Ésta no es una excepción, pero menudos 90 minutos.

Las historias que empiezan flojas o sin tino pero van ganando fuerza tienen un sutil encanto. Sus simétricas, empezando fuertes y perdiendo calidad en el proceso, aunque cuentan con la misma calidad neta son verdaderamente una calamidad cinematográfica. Bueno, estás leyendo mi crítica al radical máximo exponente de esa segunda categoría. Creedme, si separo la película en dos mitades las notas habrían sido 8 y 2, respectivamente, y eso que mis notas suelen seguir una gaussiana fiel. ¡8 y 2 (no pudiendo poner números en mayúsculas)!

La película empieza impoluta, tanto que me ha hecho plantearme el porqué de la mediocre nota. Pocos deslices de trama, física o guión. No inventa nada (que es una crítica que a veces hago), pero imita maravillosamente y entretiene. Pero cae tan inesperadamente en el absurdo que parece que el director ha muerto y su sobrino adicto al cloretilo en bolsa de papel ha tomado el testigo. La historia cambia, nada de lo anterior tiene importancia ya. No se respeta a sí misma en absoluto.

Podría pormenorizar por qué y cómo, pero si la vas a ver o ya la has visto seguro que sacas tus propias conclusiones y yo siento ya que me repito. Lo malo es que la primera mitad es digna de ser vista, pero no se puede cortar a la mitad e irte a comer helado. -Sigh-