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Decálogo 9 (TV)

Drama "No desearás a la mujer de tu prójimo": La vida de Roman, un joven médico, se derrumba cuando descubre que es impotente... Noveno de los diez mediometrajes realizados para la televisión entre el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz, denominados genéricamente "Decálogo", e inspirados cada uno en uno de los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
8 de febrero de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
20/20(30/01/12) Turbador y deprimente noveno y penúltimo episodio de la serie de culto del realizador y guionista Krzysztof Kieslowski que retuerce los 10 mandamientos en este caso el de <No consentirás pensamientos ni deseos impuros>. Un cirujano, Roman (buen Piotr Machalica), es diagnosticado como impotente sexual, deprimido se lo cuenta a su esposa, Hanka (buena Ewa Blaszczyk) y l e propone separarse para que no eche en falta el sexo, ella le responde que no, que el amor es algo más que deseo carnal, poco después Roman comienza a sospechar que Hanka lo engaña, por lo que decide espiarla hasta que sus miedos se hacen realidad. Este es un capitulo de los más amargos de esta obra, de una intensidad y asfixia anímica enfermiza, el eterno debate de que es el amor, pregunta universal a la que Kieslowski con su guionista Krzysztof Piesiewicz hacen una radiografía en la que todo se ve borroso, es de una gran complejidad. Puede haber amor sin sexo? Puede sostenerse una relación sobre el amor espiritual? Se confunde el amor con la compasión? Las respuestas se quedan en el aire y es que a Kieslowski rasca en la condición humana y solo haya ambigüedad moral. El realizador dirige con gran pulso la historia, riega de notables momentos el relato, ese juego con un cuaderno en una guantera, la tristeza con que espera en la escalera a los amantes, el modo en que observa por una entrepuerta a los adúlteros, las delicadas charlas con una paciente que está ante una encrucijada vital, grandes momentos adornados por la bella música de Zbigniew Preisner. Es un excelente fresco sobre la infidelidad, el amor, los celos, el perdón o el instinto primario del sexo son temas muy bien tratados, no exentos de suspense e intriga, con un dúo protagonista que destila gran melacolía, y con los que es fácil empatizar. Como tarta debo ponerlo su final demasiado complaciente, te deja una conclusión demasiado dulzona. Reseñar el gusto que tiene Kieslowski por la gente que espía, es algo que ha tocado en varias ocasiones a lo largo de su filmografía. Recomendable a los degustadoresde este gran realizador. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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7 de agosto de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tribulaciones de un médico que se queda impotente y empieza a obsesionarse con que su mujer le engaña. El filme nos cuenta, con economía de medios, la vida íntima de unos personajes anónimos de la Polonia del momento. Aparte de la habilidad narrativa y las buenas interpretaciones, interesa como documento sociológico de un momento en el que Polonia acaba de salir de la órbita soviética.
Fuman2
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6 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida de una pareja que ha sido tocada por la desolación. Kieslowski ha tratado en el noveno decálogo una historia que se mece por las delicadas cuerdas del amor, el sexo, la compasión y el cariño.
Como en cada film de este genio, no puedes parpadear sin perderte una particularidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Orión
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26 de noviembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capítulo 9. "No consentirás pensamientos ni deseos impuros".
¿En qué se cimenta el amor en un matrimonio o pareja estable? ¿Qué es lo que hace que perdure, o que se rompa? Eso sólo cada pareja puede determinarlo. Puede haber muchas razones por las que una unión fracase. Se trata de un hilo tan frágil como una telaraña.
Si es puesto duramente a prueba, si pasa por obstáculos o dificultades formidables, en esa situación de amenaza y riesgo es cuando se descubre su verdadera calidad, su profundidad. Se intuirá si no avanza más lejos de lo superficial y accesorio, o si por el contrario se ha asentado con unas raíces gruesas y abundantes. En los tiempos de bonanza todo es más fácil y llevadero; pero cuando soplan las borrascas, se comprueba si resiste a los embates de la adversidad.
¿Cuál es una de las pruebas de fuego para unos cónyuges? Kieslowski, como acostumbra, da en la diana del conflicto que le toque tratar en cada episodio del decálogo. En este caso, al marido le anuncian que es impotente. Además, y para empeorar su situación, se insinúa que en otros tiempos ha sido un poco casanova. Se desconoce si lo fue solamente antes de casarse o si ha tenido alguna aventura después. Pero lo que está claro es que el sexo es un componente muy importante en su vida, si no fundamental. A cualquiera le sentaría como un tiro semejante anuncio, pero a alguien marcadamente sexual le debe de caer como una sentencia a trabajos forzados sin reducción de la pena.
El problema no le vendrá de ahora mismo, si ha ido a consultar al especialista ya debe de llevar un tiempo padeciéndolo y su mujer también será consciente de ello. Pese a todo, la confirmación del profesional es un fuerte golpe tanto para la virilidad de Roman, como para los cimientos de su relación con Hanka. Vuelve a casa deprimido y ella trata de consolarlo, asegurándole que su amor no se limita a cinco minutos en la cama y que puede sobrevivir al escollo.
Ninguno se creerá la mentira, aunque se esforzarán en hacerlo.
A partir de entonces, la inseguridad y los celos se instalan en su rutina. La incomunicación y las dudas se manifiestan por medio de las imágenes indirectas o borrosas, casi siempre a través de espejos que reflejan o de cristales empañados y mojados por la lluvia. También nos convertimos en furtivos observadores ocultos para no ser descubiertos, como Roman cuando sigue a Hanka atravesado de sospecha y angustia, escondiéndonos tras una escalera o en un armario, espiando el teléfono, aguardando odiosas llamadas y detestando el timbre estridente y machacón del aparato, y también odiándolo cuando no suena.
Sí, Roman, en un alarde de generosidad, agobiado por no querer condenar a su mujer a un celibato forzoso, la animó a que se buscara un amante. Pero una cosa es que uno tenga en un momento bajo un honesto gesto de ofrecimiento, y que luego resulte que la sugerencia se convierta en realidad.
¿Por qué si el sexo es sólo sexo si no hay amor, Roman no soporta imaginarse a Hanka en brazos de otro por mucho que le diga que lo ama a él y a nadie más? ¿Por qué Hanka a su vez se siente fatal por el mismo motivo, si el sexo es sólo sexo?
La guantera del coche, que no cierra bien, es la delatora del engaño. Artur Barcis, el transeúnte misterioso, pasea en bicicleta y dirige su mirada triste a Roman. Nada puede hacer por él, por su mundo que se derrumba.
En el hospital donde Roman trabaja como médico y cirujano hay una paciente joven y bella que se debate en un dilema acerca de su futuro. Parece la personificación de las tentaciones que debieron de asaltar al joven seductor eras atrás. Un reproche de la suerte.
"En lo bueno y en lo malo", un compromiso terriblemente difícil de cumplir cuando lo afectado es precisamente la viga maestra del matrimonio. Y no, no es tanto el sexo como la confianza mutua.
Vivoleyendo
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5 de septiembre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kieslowski sorprende. A menudo usa en sus filmes una simbología solo descifrable por iniciados en alguna logia o gente de una inteligencia y una sensibilidad sin par. Otras veces, en cambio, para que no se le tache de elitista o snob, usa metáforas más cercanas al gran público, más burdas, más de andar por casa.

En este Decálogo 9, "No amarás", nos regala un par de estas últimas. Me refiero a ese primer plano de la manguera de la gasolinera entrando en el depósito del coche, o esa toma del sillín de la bici golpeando repetidamente la entrepierna del protagonista a causa de los baches. Ambas metáforas son reflejo de las preocupaciones del impotente personaje principal, preocupaciones que llegan a la obsesión.

Kieslowski para todos los públicos...
cherburgo
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