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Rep. Dominicana El profesional (Léon)
73.329
Acción. Thriller. Drama
Mathilda es una niña de doce años que no se lleva bien con su familia, excepto con su hermano pequeño. Su padre es un narcotraficante que hace negocios con Stan, un corrupto agente de la D.E.A. (Departamento gubernamental contra las drogas). Un día, mientras Mathilda está en un supermercado, Stan mata a su familia. Se refugia entonces en casa de Léon, un solitario y misterioso vecino que resulta ser un asesino a sueldo, pero, como no le ... [+]
26 de agosto de 2008
52 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Falsaria gilipollez" (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
Este tal Carlos es un lince, si señor. Y se quedó tan ancho. No sé que es lo que le pasaría por la cabeza cuando vió la pelicula (si es que la vió), pero no deberia beber durante el trabajo, pienso yo.
Peliculón de los que dejan huella, una actuación excepcional de Jean Reno. Sin más.
Este tal Carlos es un lince, si señor. Y se quedó tan ancho. No sé que es lo que le pasaría por la cabeza cuando vió la pelicula (si es que la vió), pero no deberia beber durante el trabajo, pienso yo.
Peliculón de los que dejan huella, una actuación excepcional de Jean Reno. Sin más.
27 de abril de 2009
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poniendo como ejemplo esa sumamente escueta y burda crítica y comentario del maestro de la habladuría profesional (Carlos Boyero: "Falsaria gilipollez"), quiero referirme al malentendido general al que llevó esta película a crítica y público (o a gran parte de ella, al menos) desde su estreno. Se ha querido buscar lo que no existe en ella, se han hecho comparaciones que no venían al caso y creo que incluso se ha cometido el error de no entender la realidad de la película o, peor aún, no querer entenderlo.
Las interpretaciones:
Jean Reno. No creo que puedan encontrarse en la historia del cine actores que hayan encarnado personajes tan dispares a sus personalidades reales, con unas características tan peculiares y conseguir (hé ahí el gran mérito) atrapar al espectador y sumergirlo dentro de él.
Natalie Portman. 12 años, pérdida de la virginidad celuloide y no me digan que no consiguió encandilaros a todos con sus excéntricos comentarios y gestos, su mirada triste, atrevida y alocada, y ese juego de "adivina qué peli es" cuando sale disfrazada de Marilyn Monroe y le dice al bueno de León "happy birthday, mr. president"... el cual se queda perplejo con cara de lerdo excitado...
Gary Oldman. Quizá el que lo tenía más "fácil". Porque todos hemos podido comprobar la versatilidad de este actor en su trabajo, así como esa facilidad, al parecer innata, de poder encarnar y expresar lo desagradable y peligroso de las personas más singulares. Policía, corrupto, psicópata, maniático, asesino... Se dice que sobreactuaba, pero señores y señoras, con un guión y un personaje así, no lo pudo hacer mejor. Jim Carrey sí sobreactúa...
Danny Aiello. El gran olvidado de la película, con un papel hecho a su talla: "mafioso de bajo coste", ¿manipulador? cariñoso, figura que controla las responsabilidades de León, que gestiona su dinero y que cuida de su integridad, dándole consejos que el bueno de León nunca cuestiona. Personalmente es un actor que me supone un cariño singular, quizá porque su sóla presencia sea sinónimo de calidad y profesionalidad.
Las interpretaciones:
Jean Reno. No creo que puedan encontrarse en la historia del cine actores que hayan encarnado personajes tan dispares a sus personalidades reales, con unas características tan peculiares y conseguir (hé ahí el gran mérito) atrapar al espectador y sumergirlo dentro de él.
Natalie Portman. 12 años, pérdida de la virginidad celuloide y no me digan que no consiguió encandilaros a todos con sus excéntricos comentarios y gestos, su mirada triste, atrevida y alocada, y ese juego de "adivina qué peli es" cuando sale disfrazada de Marilyn Monroe y le dice al bueno de León "happy birthday, mr. president"... el cual se queda perplejo con cara de lerdo excitado...
Gary Oldman. Quizá el que lo tenía más "fácil". Porque todos hemos podido comprobar la versatilidad de este actor en su trabajo, así como esa facilidad, al parecer innata, de poder encarnar y expresar lo desagradable y peligroso de las personas más singulares. Policía, corrupto, psicópata, maniático, asesino... Se dice que sobreactuaba, pero señores y señoras, con un guión y un personaje así, no lo pudo hacer mejor. Jim Carrey sí sobreactúa...
Danny Aiello. El gran olvidado de la película, con un papel hecho a su talla: "mafioso de bajo coste", ¿manipulador? cariñoso, figura que controla las responsabilidades de León, que gestiona su dinero y que cuida de su integridad, dándole consejos que el bueno de León nunca cuestiona. Personalmente es un actor que me supone un cariño singular, quizá porque su sóla presencia sea sinónimo de calidad y profesionalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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Pobres criaturas
8 de octubre de 2009
51 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leones por corderos. Jean Reno es Leon, pero basta una minúscula Madonna de doce años, muy mona, muy lista y muy necesitada de cariño para que se transforme, por arte y magia del cine y de la venganza, en un corderito enamorado. Porque no me toméis el pelo, lo de Reno con la cría es más romance platónico que instinto paternal: es en esta relación, repleta de ambigüedad, en lo que reside la calidad de "El profesional". Porque el Oldman está de lo más sobreactuado y ridículo y la subtrama mafiosa y el rollo redentor ya lo tenemos visto en diversas producciones, mirad como ejemplo la interesante "El oso rojo" (algún día habrá que analizar qué subyace bajo la costumbre cinematográfica de totemizar a los antihéroes urbanos).
La nena te choca un montón, básicamente porque tiene doce años pero mentalmente se comporta como si tuviera doscientos y al final lo más curioso de todo es que el personaje de Jean Reno acaba pareciendo mucho más infantil que ella.
Siendo modesta, "Leon" está superando la prueba del tiempo sin fuegos artificiales pero con paso seguro, supongo que más que nada por la química que rebosa entre el león y la cordera (¿o era el cordero y la leona?). El resto, thriller europeo con tics Besson. Pero está recomendable para ver incluso más de una vez.
La nena te choca un montón, básicamente porque tiene doce años pero mentalmente se comporta como si tuviera doscientos y al final lo más curioso de todo es que el personaje de Jean Reno acaba pareciendo mucho más infantil que ella.
Siendo modesta, "Leon" está superando la prueba del tiempo sin fuegos artificiales pero con paso seguro, supongo que más que nada por la química que rebosa entre el león y la cordera (¿o era el cordero y la leona?). El resto, thriller europeo con tics Besson. Pero está recomendable para ver incluso más de una vez.
2 de abril de 2007
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésa es la única regla de Léon, un asesino a sueldo con escrúpulos que descubrirá al fin, que es lo que necesita en su vida para ser uno más, encontrar la felicidad, y comprender el significado de lo que es amar y ser correspondido, hasta el punto de hacer cualquier cosa por una niña de la que es imposible no enamorarse.
Puede que sea un sentimental no lo niego, pero la química entre la imposible pareja de la Lolita y el asesino a sueldo funciona como un reloj suizo, más que nada por las exquisitas interpretaciones de Reno, quién encarna a un asesino freak de pocas luces pero escrupulosos principios, y de la encantadora, y en esta cinta provocativa, Natalie Portman, en el papel de la pobre Matilda, la vecina de Léon que será acogida por éste convirtiéndose en su protector.
Fruto de esta extraña relación son multitud de memorables escenas, algunas emotivas, conmovedoras otras, o algunas que nos harán sonreir por la ingenuidad de Léon y los líos en que lo mete la niña, que de ingenua no tiene nada.
Grandísima también la interpretación de Gary Oldman, y a mi parecer para nada exagerada... su personaje está tan loco como parece, y por lo menos a mi me lo hace creer. Asusta si, incluso a sus subordinados, como debe ser, y ese toque de hiperactividad adicta a las pastillas refuerza esa impresión de chiflado desquiciado que Oldman quiere dar a su personaje.
Por ahi he leido que los decorados podrian pasar por los de una película de sobremesa, y si, es cierto, pero es así como deben ser, pues al fin y al cabo lo que hace tan encantadores a los personajes es que no dejan de ser unos tirados (mirad la familia de Matilda). Por el contrario las escenas de acción estan rodadas con sentimiento, garra y dramatismo: Léon es la perfecta máquina de matar, el mejor profesional, el que no siente dolor y hará lo que haga falta para salvar a Matilda, su único punto débil.
Yo disfruté viendo como una niña cambia la gris y monótona existencia de un asesino a sueldo, que en verdad no ha sabido gozar de la vida hasta que no conoce a Matilda. A él como a mi, nos ha sido imposible no enamorarnos de ella y de lo que representa. Una maravilla de película a la que coger cariño fácilmente.
"Léon... creo que me estoy enamorando de ti"
Puede que sea un sentimental no lo niego, pero la química entre la imposible pareja de la Lolita y el asesino a sueldo funciona como un reloj suizo, más que nada por las exquisitas interpretaciones de Reno, quién encarna a un asesino freak de pocas luces pero escrupulosos principios, y de la encantadora, y en esta cinta provocativa, Natalie Portman, en el papel de la pobre Matilda, la vecina de Léon que será acogida por éste convirtiéndose en su protector.
Fruto de esta extraña relación son multitud de memorables escenas, algunas emotivas, conmovedoras otras, o algunas que nos harán sonreir por la ingenuidad de Léon y los líos en que lo mete la niña, que de ingenua no tiene nada.
Grandísima también la interpretación de Gary Oldman, y a mi parecer para nada exagerada... su personaje está tan loco como parece, y por lo menos a mi me lo hace creer. Asusta si, incluso a sus subordinados, como debe ser, y ese toque de hiperactividad adicta a las pastillas refuerza esa impresión de chiflado desquiciado que Oldman quiere dar a su personaje.
Por ahi he leido que los decorados podrian pasar por los de una película de sobremesa, y si, es cierto, pero es así como deben ser, pues al fin y al cabo lo que hace tan encantadores a los personajes es que no dejan de ser unos tirados (mirad la familia de Matilda). Por el contrario las escenas de acción estan rodadas con sentimiento, garra y dramatismo: Léon es la perfecta máquina de matar, el mejor profesional, el que no siente dolor y hará lo que haga falta para salvar a Matilda, su único punto débil.
Yo disfruté viendo como una niña cambia la gris y monótona existencia de un asesino a sueldo, que en verdad no ha sabido gozar de la vida hasta que no conoce a Matilda. A él como a mi, nos ha sido imposible no enamorarnos de ella y de lo que representa. Una maravilla de película a la que coger cariño fácilmente.
"Léon... creo que me estoy enamorando de ti"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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5 de octubre de 2010
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraño, porque la atmósfera que despide León es decididamente barroca, recargada, detallista sobre elementos que hacen a la personalidad de los sujetos implicados: León y su deseo de echar raíces, de allí su amor por las plantas, su analfabetismo contrastante con su compromiso a la hora de ejecutar su oficio con pericia; luego la Portman, esa estrella cadente en un cuerpo de niña fragil que con una lágrima en su mejilla izquierda te transmite esa tensión que tres actores juntos no saben transmitirte durante tres pelis seguidas; ese malo maloso desequilibrado y su adicción al...¿éxtasis? Andá a saber, pero esas pastillas pegan, es evidente, junto con su amor a Beethoven.
Alrededor de estos personajes ejes, una legión de extras/carne de cañón: o bien duros concientemente estereotipados, o bien seres humanos que a pesar de tener metralletas y trabajar de mercenarios escuchan un tiro y tiemblan.
Personajes sobriamente retratados que hacen juego con ese ambiente de pasillos y locaciones estrechas, no necesariamente claustrofóbicas, más bien herméticas, como los sentimientos que allí se manifiestan: desde esa ternura rayana en lo erótico entre ambos protas o las relaciones laborales entre personajes que entran y salen de escena. Parecen arbitrarios al principio, luego te vas dando cuenta que establecen esa red/micro universo del que nada sale, por lo menos vivo, o ileso.
Lo extraño de todo esto es que, a pesar de ese aura romántica y solemne que despide la peli, toda la periferia se desarrolla sobre bases bien realistas, como los universos de Tarantino pero con un ancla más grande encallado sobre tierra firme. Una película que vuela desde la habilidad de Besson, pero que paradójicamente nunca abandona los terrenos de la verosimilitud más rastrera y sucia.
Alrededor de estos personajes ejes, una legión de extras/carne de cañón: o bien duros concientemente estereotipados, o bien seres humanos que a pesar de tener metralletas y trabajar de mercenarios escuchan un tiro y tiemblan.
Personajes sobriamente retratados que hacen juego con ese ambiente de pasillos y locaciones estrechas, no necesariamente claustrofóbicas, más bien herméticas, como los sentimientos que allí se manifiestan: desde esa ternura rayana en lo erótico entre ambos protas o las relaciones laborales entre personajes que entran y salen de escena. Parecen arbitrarios al principio, luego te vas dando cuenta que establecen esa red/micro universo del que nada sale, por lo menos vivo, o ileso.
Lo extraño de todo esto es que, a pesar de ese aura romántica y solemne que despide la peli, toda la periferia se desarrolla sobre bases bien realistas, como los universos de Tarantino pero con un ancla más grande encallado sobre tierra firme. Una película que vuela desde la habilidad de Besson, pero que paradójicamente nunca abandona los terrenos de la verosimilitud más rastrera y sucia.
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