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Sin Límites

Thriller El escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre una grave crisis de creatividad. Un día prueba una nueva droga que le permite sacar el máximo partido a sus facultades mentales. De este modo, consigue triunfar en Nueva York. Un poderoso magnate de Wall Street (Robert De Niro) siente una irreprimible curiosidad por averiguar qué se esconde detrás de tanto éxito. (FILMAFFINITY)
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Críticas 167
Críticas ordenadas por utilidad
9 de abril de 2011
39 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda la vida mi madre diciéndome que las drogas no eran buenas y ahora descubro que pueden potenciar mi capacidad cerebral. Pero vayamos al meollo.

La película se desenvuelve ágilmente, pero con algunos altibajos, pretende ser más de lo que es, pero te entretiene... así que,siendo realistas, no está mal. La trama no es que sea lo mejor que haya visto, pero es mucho mejor de lo que se espera ya de muchas películas,aunque eso sí, predecible.

Bradley Cooper cumple en su papel de guaperas (como ya ha hecho anteriormente) aunque sigo sin verlo como el actor sobre el que se pueda centrar una peli entera y se agradece ver a Robert De Niro aunque no sea ni sombra de lo que fue. El resto del reparto cumple bastante bien.

Si vas a verla porque esperas mucho de ella, no lo hagas, si vas a verla para entretenerte y no tienes nada mejor que hacer, entonces adelante.
Sebas
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11 de julio de 2011
26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema de la inteligencia aumentada es un tópico ocasionalmente tocado en la ciencia ficción, y pocas veces visto en el cine. Creo que el último film rodado en torno al tema fué “El hombre del Jardín” (The lawnmower man). Novelas famosas en esta línea serían "Flores para Algernón" de Daniel Keyes, "Mercader de inteligencia", de John Boyd, y algunas otras cuyo título no recuerdo ahora, aunque mencionaría muchas más si considerara la escencia de ciertas historias, puesto que esencialmente contempladas, muchas cosas que parecen diferentes son iguales.

La película que nos ocupa, en ese sentido, es original, y además, goza de otros atributos como una música pegadiza que exuda optimismo y algunos efectos fotográficos interesantes, además del uso del ojo de pez para representar, muy apropiadamente, la omnipercepción. Las actuaciones son normales y no se necesita más, en un argumento orientado a las posibilidades de una herramienta y no a las sutilezas de las relaciones interpersonales.

Un escritor desinspirado y en bancarrota se topa con un ex-cuñado que le facilita una droga para aumentar las capacidades intelectuales. A partir de allí comenzará una exitosa carrera, primero literaria, luego económica, con mucha pelea física -nada de metáforas- por el dinero, el poder, las dichosas grageas y sus efectos adversos.

Lo único malo de la cinta es apegarse a esa manía tan normal de transformar todo argumento en un policial, como si no pudiera hacerse nada más con una inteligencia de 4 dígitos que correr detrás del vil billete, pelear mejor y conquistar poder político. ¿A nadie se le ocurre buscar la manera de vivir más y mejor, sin necesidad de pelearle el poder a nadie y sin llamar la atención, y de paso, comprender el Universo?. Caray, eso pasa por proveer la droga a cabezas huecas. Dios le da pan al que no tiene dientes, dicen.

La historia daba para más. Hubiera sido interesante presenciar la transformación de mundanos personajes en filósofos, de cultores de la violencia gratuita en apacibles hombres, de pirañas del poder en desprendidos pensadores, para mostrar cómo el solo conocimiento es poder; y más aún, cómo la simple virtud es poder, porque conduce a la comprensión y esta al dominio de la realidad.

Bueno, todo no se perdió, tal vez un poquito de eso hay, y quizás así se explique el giro final: el cinismo es natural, pero el humanismo también.

Teniendo en cuenta que cada film no tiene porque ser un canto a la filosofía de uno, y que no hicieron el planeta para complacernos, Limitless se transforma en una sorpresa agradable, original y graciosa en medio del desfile de monstruos espaciales, traficantes de mala catadura, fantasmas vengativos, superheroes traumados y almitas sensibles torturadas por el capitalismo que invade la cartelera continuamente.

Caray, se me quedó pegada la musiquita optimista del final.
FranciscoG
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23 de abril de 2011
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo de listos, el empastillado es el rey. Y es que en tiempos de crisis (cinematográfica también) parece que toca empastillarse. ¿NZT o MDT-48? Creo que da un poco igual porque la cultura del éxito no tiene nombres ni reglas. Sí resultados (aquí instantáneos) y efectos secundarios. Estar siempre en la onda y sintonía de la conquista universal pasa por chupar y tragar. El nuevo Soma te hace dejar de parecer un indigente y fracasado y te convierte en el cerebro de Stephen Hawking con el cuerpo de Ryan Reynolds. Aunque aquí hay trampa porque Bradley Cooper suele figurar en las listas de los más sexys del planeta. ¿Pero qué pasaría si no eres el único que toma esa droga? ¿Si todos la quieren y cada vez quedan menos dosis? ¿Y si sus efectos secundarios si no la tomas son letales?

La novela de Alan Glynn revisitada por Hollywood dejado claro que esos ‘campos oscuros’ de su título original, “The Dark Fields”, van a mostrarnos un thriller inteligente pero parece que Neil Burger se equivocó de pastilla y tomó un placebo. No consiste en escribir un libro en cuatro días sino de ser rico y famoso. Ir a más. Tiene elementos como explorar los efectos secundarios en esas amnesias con contacto con el lado oscuro del olvido pero la acción se utiliza para desarrollar un para nada inteligente thriller. “Sin límites” quiere vivir de Fincher y Nolan mostrando su anticlímax desde el arranque como falsa promesa y mentirijilla habitual del cine comercial americano. Se le pueden perdonar sus carencias aunque con este material los nombrados al principio construirían algo realmente inteligente. El director de “El ilusionista” simplemente se dedica a vender el producto y el género como un camello con mercancía adulterada.

El avance de la trama consiste en crear antagonistas equiparándolos con las mismas ventajas pastilleras. Se trata de ser una persona diferente, de hacer cosas que nunca se haría en condiciones normales, de ser una persona tan invencible y perfecta que puede voltear el mundo que le rodea a conveniencia. La cultura del éxito americano pasa por el triunfo con trampa. Esa lectura puede ser interesante en una sociedad que evoluciona a años luz gracias al nuevo Soma del siglo XXI. Su apego al thriller como aumento de tensión en el desarrollo se maltrecha con una revisión a un “Wall Street” meets la parte ‘Felix Felicis’ de “Harry Potter y el misterio del príncipe” con dosis de un curso multi-idiomas.

Ir de chulo por la vida tiene una ventaja sobrecogedora: caes como el culo aunque nunca te caigas con él.
Maldito Bastardo
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27 de mayo de 2012
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pareció una idea original y bien planteada, el protagonista Bradley Cooper muy adecuado y el guión relativamente cuidado durante la primera hora. Más allá las ideas se agotaron y un planteamiento curioso se quedó tan solo en eso. A medida que avanza pierde su capacidad para asombrarnos sumiéndonos en derivaciones absolutamente convencionales.
Pese a todo entretiene y el ritmo del que Neil Burger ha dotado a su trabajo resulta muy adecuado, frenando en cierta media sus otras carencias.
Valoración entre un siete y un ocho.
LEUGIM
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21 de marzo de 2011
33 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre está sentado delante de su portatil. Observa esa pequeña linea vertical e intermitente que le indica que puede escribir. Se pasa las manos por el grasiento y greñudo pelo recogido en una coleta en su nuca. Suspira profundamente. Vuelve a mirar esa pequeña linea que parpadea sola en una hoja en blanco. Escribe tres palabras y las borra. Va al baño. Empieza a jugar golpeando una pelota contra la pared. Vuelve a fijar su vista en esa maldita linea parpadeante. Así días, semanas, meses.
Camina cabizbajo por las calles de Nueva York entre la marea de gente. Se llama Eddie Morra (Bradley Cooper) y es un fracasado. Ex-drogadicto, desempleado, intelectualmente bloqueado escritor que no ha escrito nada en su vida, y recientemente abandonado por su novia Lindy (Abbie Cornish. De pronto una voz masculina pronuncia su nombre "¿Eddie? ¿Eddie Morra?". Eddie reencuentra un viejo amigo que le da una pequeña pastilla del tamaño de una aspirina pero totalmente transparente :"NZT-48". Asegura que le permitirá alcanzar su potencial en maneras que solo puede soñar. Eddie duda pero la coge. ¿Qué puede perder?
De pronto empieza a cambiar. Eddie puede recordar todo aquello que alguna vez leyó, vio o escuchó aparte de poseer un irresistible carisma.Las manos de Eddie vuelan sobre el teclado y a la mañana siguiente le presenta un libro a su editora. Así, con ésta nueva claridad, Eddie utiliza sus nuevas habilidades para llegar a la cima del mundo financiero. Su ascenso meteórico obtiene la atención del gurú de los negocios Carl Van Loon (De Niro), pero también le pone en el punto de mira de personas que harían cualquier cosa por poner sus manos el alijo de NZT que posee. Es entonces cuando el fármaco muestra su verdadera cara: un caramelo envenenado que introduce a Eddie en una espiral de paranoia y esquizofrenia. Con su vida en peligro y los brutales efectos de la droga cobrando sus cuotas, Eddie esquiva a misteriosos acosadores, un gánster vicioso y una intensa investigación policial mientras intenta agarrarse a sus menguantes suministros lo suficiente para burlar a sus enemigos. La pregunta es: ¿Hasta cuando podrá resistir? ¿Cuando llegará a su límite físico y mental?
Se dice que solo usamos el 10% de nuestro cerebro, pero ¿quien no se ha preguntado alguna vez de qué seríamos capaces si pudieramos utilizar el 90% restante? Esto es lo que nos ofrece “Limitless”, una película basada en un libro escrito por Alan Glynn que dirige notablemente Neil Burger ("El Ilusionista"). Con escenas visualmente potentes Burger crea una cinta llena de suspenso, acción y paranoia inteligentemente rodada que nos introduce en la mente del protagonista de una forma cautivadora, llevándonos por los laberintos de una mente infectada tanto por un fármaco como por la sed de poder.
Meroe
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