El guía del desfiladero (Pathfinder)

Después de ver lo mal recibida que ha sido esta película no me esperaba nada bueno, aunque ciertamente tenía la esperanza de ver una película cuando menos entretenida y digna de su realizador al que aunque sólo sea por “La matanza de Texas” me merece todo el respeto. El caso es que Marcus Nispel no es de los que parece que tengan un interés especial por hacerse notar en el campo de la originalidad, de hecho si “La matanza de Texas” era un remake, este “Pathfinder” también lo es, lo cual nos sitúa al director dentro de un terreno en el que apuesta por la elaboración de un nuevo punto de vista que el de un mal inventor de historias desgastadas. En suma con este film me he encontrado con una aventura más fresca de lo que esperaba, aunque con ese regusto que te deja casi todo lo que vemos, por no resultar especialmente único. Nispel cuenta nuevamente con Daniel Pearl para la fotografía, espléndida, oscura, con tonos fríos muy apropiada para la historia, un excelente y espectacular vestuario para los Vikingos. Una historia cuyo principal problema reside en la sensación de que falta algo, una perspectiva quizás más manufacturada y menos directa. Quizás se note que no se trata de una producción como “Troya” o “Gladiator” que evidentemente lucen más, no obstante es visualmente atractiva y sabe disimular sus carencias consciente de ellas. No es una película perfecta, pero es bastante animada y si te dejas llevar, una mezcla de géneros bastante curiosa. La incógnita que me queda ¿se habrá quedado algo por el camino? Veremos si con el DVD hay alguna versión del director que arroje algo de luz a este misterio.

Tantos años preguntándome por qué los vikingos sólo se quedaron en Terranova sin arriesgarse a adentrase más en territorio continental americano y resulta que “El guía del desfiladero” me la ha dado. Resulta que entre los bucólicos y pacíficos indígenas habitaba el trastatarabuelo de Rambo, que era por supuesto nórdico y que como dice el dicho reparte y se queda con la mejor parte.

Aunque no queda muy claro si son vikingos los que van allí o más bien orcos de la saga de “El señor de los anillos”, tampoco podemos afirmar que se traten de verdaderos indígenas Beothuk de plena Edad Media pues parecen shonones del siglo XVIII. Es lo mismo, cuando el protagonista se calienta y comienza a salirse lo aprendido cuando era un niño (menos mal que no llegó con 18 tacos) lo mejor que puedes hacer es emigrar del país, si te pilla te pone a caldo.

Seguimos haciendo la historia, las aventuras o la simple acción en el cine como si de un videojuego se tratara. Vaya lumbreras.

¿Qué pensaría un Pizarro o un Cortés de esta basura?

Marcus Nispel vuelve a demostrar que no ha cambiado su forma de filmar con respecto a su remake de la clásica "La matanza de Texas": cuída el ambiente al detalle, y se centra principalmente en los litros de sangre que se derramen, pero lo demás está despreocupado.

Un guión cuya historia tambalea, un desarrollo del film del que se notan cortes como consecuencia de minimizar la duración del metraje y, aunque el diseño de vestuario está muy cuidado y resulta sorprendente, sigue quedándose hueco en el espectador.

Nispel demuestra que se esfuerza en conseguir tomas arriesgadas a una velocidad de águila, pero peca demasiado de ello dando tumbos y vueltas imposibles que dificultan la adaptación del espectador en las escenas de batalla.

Sombrío y poco vertiginoso; estamos ante un film de acción y aventuras que logra caer en lo que no debería ninguna cinta de su género: en el aburrimiento.

Entiendo y suscribo la mayor parte de los comentarios que se han vertido aquí respecto a este bodriete, pero antes de que nadie me salte a la yugular por haberle concedido el aprobado a la peli de Nispel, permitidme matizar algunas cosillas.

Cierto es que el guión de “Pathfinder” cabría en un sello de correos, que sus personajes son más planos que los pezones de Heidi y que su verosimilitud antropológica es algo más que discutible. Pero, aún así, “Pathfinder” no me ha disgustado del todo. Es más, hasta estaría dispuesto a admitir que –en términos generales- me ha entretenido bastante. Tanto, que me la he tragado sin bostezar y sin emitir gruñido de insatisfacción ninguno.

Considero, pues, que “Pathfinder” no es mucho peor que “300” o “Apocalypto” y que, pese a no aportar nada al espectador, contribuye a relajarle las neuronas con cierta eficacia. Y aunque Nispel abusa de las secuencias de lucha rodadas a cámara lenta y de planos montados con excesiva torpeza y precipitación, su ambientación y preocupación estética, qué queréis que os diga, a mi no me parece tan fallida.

Los filtros empleados para otorgarle un tono más lúgubre y siniestro a la fotografía cumplen su objetivo y el vestuario de los vikingos –aunque exagerado- mola que te cagas. Pero si en algo destaca “Pathfinder” es en el desbordante y desinhibido uso de la violencia. Si eres de los que exclama ¡uau! cada vez que decapitan a alguien y la sangre salpica el rostro de su brazo ejecutor, disfrutarás. Si no, te recomiendo “Vickie, el vikingo”. Es algo más light.

La película puede estar plagada de defectos, pero tiene una virtud que los compensa todos: ENTRETIENE. La fotografía es recargada y está megaretocada, la historia es bastante simple, los fundamentos históricos son de risa, las interpretaciones bastante limitadas, los vikingos parecen orcos y los indios parecen cherikawas... Pero ¿y qué? En conjunto, el resultado es espectacular (lo mínimo que se espera cuando se pagan 6 euracos por una entrada). El que quiera aprender historia que vaya al museo y el que quiera aburrirse en el cine que vaya a ver "La Soledad" o alguna de Almodóvar.

En fin. No creo que Marcus Nispel estuviese pensando en los oscar cuando pensó en hacer la película. Cuando se hace una película de aventuras sin pretensiones cinéfilas, lo mínimo es que consiga entretener y "El guía del desfiladero" entretiene hasta el punto de merecer la pena verla o alquilarla (lo cual ya es mucho decir hoy día).

¿Que no llega a la altura de la original noruega? Cierto, estoy de acuerdo. Recuerdo haberla visto con 13 añitos una tarde de domingo (en aquellos tiempos sólo existía TVE, así que si ponían una peli lapona no había escapatoria como ahora) y alucinar en colores con una película en la que no pasaba nada durante 1 hora y de pronto... Bueno, no sigo. El remake se le parece como un huevo a una castaña, pero aunque el estilo sea completamente distinto, merece la pena igual.